Knife

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Era de mañana. Xingchen no pudo dormir después de regresar a su departamento. Era un conjunto de tristeza, culpa y enojo. Los rayos del sol comenzaron a colarse por la ventana, invitando a que se levantara de la cama. Su cara estaba hinchada por el llanto de la noche anterior.

Buscó sus pantuflas para ir al baño. Lavó su cara y los dientes, con pereza, sin querer continuar. Era como la décima vez que entraba desde que llegó. En la sala había un Wei Ying durmiendo, y en su habitación estaba Zichen. Buscó su ropa, se vistió para salir. Ni siquiera quería ir a la universidad pero tampoco quería estar con su amigo.

Se arregló y fue a preparar algo de té para Wei Ying. Lo dejó en la mesa frente al sofá, poniendo una nota diciendo que mentiría por él, pero que asistiera a sus otras clases. Ingresó de nuevo a su habitación para tomar su mochila.

Un somnoliento Song Lan le miraba mientras sostenía su cabeza que zumbaba por dolor.

–Buenos días Xingchen – le dijo.

–Tienes que ir a la escuela – le recordó con voz apagada.

–¿Estás bien?– parecía sufrir de amnesia – ¿Qué sucedió anoche?– escuchó el suspiro pesado del joven luna, pero el dolor en su cabeza era tan fuerte que no pudo procesarlo.

–Me voy – avisó.

Salió de la habitación, enojado.

Es culpa de Song Lan, recordó lo que dijo GuangYao. Tal vez sí era su culpa pero, estaba ebrio, podía ser que... No, era un idiota.

Entró al elevador. La noche anterior había descubierto distintas cosas, como la relación poliamorosa de GuangYao, Jiang Cheng y Lan Xichen. Le pidió discreción, ya que su relación había sido así por años, siendo que solo Xue Yang sabía de ello. Obedeció en guardar el secreto, lo que menos quería es que las cosas salieran mal para el trío de jóvenes. Que locura.

Locura era estar llorando por alguien con quién solo se acostaba.

Xue Yang. Él.

Eso no era solo sexo.

Su corazón se sentía apuñalado. Debió detenerlo, debió de buscarlo más, tenía que hablar con él. Lo extrañaba.
GuangYao no se comunicó con él durante todo el día. Eso le hizo sentir peor.

A-Qing solo le avisó que no asistió a clases, por lo que tuvo miedo de que le hubiese ocurrido algo. Le contó a Wei Ying todo lo que sucedió (a excepción de como encontró a su hermano), recibiendo un consejo de darle tiempo, que todos cometían errores y que debía golpear a Zichen por besarlo.

Pero estaba ansioso, por muchas cosas. Preguntándose qué estaba pasando con Xue Yang.

No habló con Song Lan cuando volvió, guardando el tema para cuando fuera adecuado. Su amigo no le reprochó, creía que tenía demasiada tarea.

Intentó llamar a su chico. Nada. Quería preguntar si estaba bien, si acaso tuvo algún problema con el minino. Cómo siempre, cómo cada llamada y mensaje que tenían. Su pequeño loto, su pequeño Xue Yang. Un nudo se le formó en la garganta.

Entonces ya era de noche. Song Lan dormía plácidamente en su cama, como si no hubiera ocasionado una pelea con su casi novio. Song Lan tenía raspones en el rostro que ninguno de los dos sabía cómo se los había hecho.

Bebió de su té mientras veía la ciudad de noche. Era terapéutico ver cómo no había coches, muy poco ruido y absolutamente nadie en la calle. Todos dormían, excepto él.

Otra pequeña precipitación apareció. La nieve estaba cerca ¿Acaso siempre sería igual? Limpió la humedad que estaba apareciendo en sus ojos. Solo tenía que ser paciente, solo le quedó eso.

ToxicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora