¿Y si leemos juntos?

CAPÍTULO 1

Isabel.

-Isabel- me mueven gentilmente-. Te estoy hablando.

Parpadeo algunas veces para aclarar mi mente-. Lo sé, Vincent.

- ¿Qué estaba diciendo?- sus ojos cafés me miran con diversión.

Maldita sea, sabe que no estaba prestando atención a lo que me decía.

- ¿Era algo de la clase del profesor Alexandre?- pregunto, tratando de adivinar.

Vincent trata de esconder su sonrisa con su vaso de té, pero no hace un muy buen trabajo porque logro ver como sus labios se curvan hacia arriaba. Bien, no me estaba hablando de eso.

Me remuevo en mi asiento, concentrándome en mi comida. Nuestras clases acaban de terminar y vinimos por algo de comer al Bistro S'Dominique, un restaurante cerca de la universidad. Las paredes crema hacen juego con las mesas y las sillas del mismo color. Algo que aún no parezco ser capaz de entender a pesar de haber estado en París dos meses, es que a pesar de que un lugar parezca pequeño; los dueños de alguna forma juegan con el espacio para que muchas personas quepan sin problema. No te sientes sofocado por la gente, ni estresado. Es acogedor.

-No, Isabel- junta sus manos sobre la mesa-. No estaba hablando de eso.

-Lo siento- suspiro-. No puedo dejar de pensar en lo que el maestro Alexandre dijo- confieso.

- ¿Lo del examen del 26?- cuestiona.

-Sí- tomo mi croissant y me lo llevo a la boca. Una explosión de sabor aparece en lengua al instante.

Adoro este lugar.

- ¿Qué piensas que sea el premio?

- ¿Conoces a Adrien?- pregunto-. Pelo negro, ojos azules. Es dos años mayor que nosotros- lo describo, y Vincent asiente con la cabeza-. Bien, él está conmigo en la clase de Historia de la Literatura Francesa y me dijo que la última vez que el maestro Alexandre hizo esa propuesta a sus alumnos, logró que fueran exentados de todos los exámenes finales.

-Espera, ¿Por qué tienes clase con Adrien si es más avanzado que nosotros?

-Reprobó el curso- explico, restándole importancia con un movimiento de mi mano.

- ¿Reprobó Historia de la Literatura Francesa?

-Yup- respondo, frotándome las manos.

- ¿Quién demonios reprueba esa materia?

Ahora es mi turno de esconder mi sonrisa-. Él.

-Que idiota- se deja caer en el respaldo de su silla como si acabara de descubrir la cosa más decepcionante del mundo.

-No estamos hablando de eso- río, sin poder evitarlo.

-Ah, cierto. ¿Piensas que eso sea lo que va a ofrecernos a nosotros?

-Tiene que ser.

- ¿Por qué pienso que quieres ser tú la que saque la mejor calificación del grupo?- sisea.

-Porque estás en lo correcto- lo miro seriamente. Su cabello rubio está ligeramente desacomodado por la gorra gris que usó todo la mañana-. ¿Quieres ser mi rival?

-Ugh, no- se carcajea-. No quiero estudiar dos meses de clase solo para que me exenten en los exámenes finales.

¿Está loco?

-Vincent- digo, aún sin poder creer lo que dijo-. Te van a exentar de todos los exámenes finales. Todos.

- ¿Y?- pregunta, levantando una ceja.