CAPÍTULO 18

662 115 165
                                    

Isabel.

Jayden llegó veinte minutos tarde a nuestra sección de los jueves y ha estado más callado de lo normal. No puedo evitar preguntarme si tiene algo que ver con que me quedé en su apartamento noches atrás. Tal vez se arrepintió o simplemente decidió que era mejor mantener las cosas profesionales en vez de tratar de formar una amistad. No debería de incomodarme tanto como lo está haciendo. Lo cual es ridículo, totalmente ridículo considerando que llevamos un poco más de dos semanas de vernos casi diariamente gracias a Ella y tres semanas desde que trabajamos juntos. Sin embargo, realmente me encontré a mi misma ayer en la noche deseando que ya fuera nuestra reunión; tuve una tarde estresante. Entre hacer la tarea, proyectos, editar el video que subiré el domingo y terminar una traducción, terminé cansada, estresada y con mal humor. Pero por alguna razón, cuándo recordé que vería al estúpido de Jayden hoy, mi humor mejoró un poco. No puedo negar que es manejable estar con él, hasta divertido en ocasiones. Lamentablemente, hoy él decidió que sería un buen día para no dirigirme la palabra.

Me concentro en seguir traduciendo otra sección del guion, pero el silencio en el que estamos no me deja trabajar con tranquilidad.

- ¿Todo bien?- pregunto, quitándome los audífonos que no tenían otra función más que aparentar que estaba escuchando música, cuando en realidad no lo estaba.

-Claro- responde, concentrado en sus hojas de tarea, sin mirarme-. ¿Y tú?

-Sí- contesto, mirándolo con sospecha-. Bien.

-Bien- dice, borrando algo en su hoja para volver a escribir algo.

-Perfecto- ruedo los ojos, fastidiada de repente.

Eso capta su atención, provocando que sus ojos verdes se posen en mí, curiosos-. ¿Segura que todo bien? ¿Pasó algo?

-No, nada- regreso mi atención a mi computadora, pero él sigue observándome.

-Eres una terrible mentirosa- puedo escuchar la diversión en su voz, haciéndome fruncir el ceño.

-A que no- comienzo a traducir una frase.

-Claro que sí- me molesta-. Si quieres decirme que pasa, estoy aquí para lo que necesites.

-De acuerdo- sigo sin mirarlo, sin entender la irritación que recorre mis venas.

- ¿Isabel?

-Ya terminé de traducir por hoy- miento-. Podemos irnos ya, si quieres.

Me mira perplejo, cruzándose de brazos y enderezándose en su silla-. Bien, dime qué te pasa.

-No me pasa nada- miento de nuevo.

¿Qué demonios me pasa?

-Mmhm- me mira de arriba abajo-. Mentirosa.

Cierro mi computadora, ignorándolo-. No lo soy, ya terminé y no veo la necesidad de seguir aquí cuando es claro que no quieres estarlo- sigo guardando mis cosas.

Su mano se posa sobre mi muñeca, impidiéndome seguir lo que estaba haciendo-. ¿Quién te dijo que no quiero estar aquí?

Mierda.

-Nadie- me volteo a verlo.

-Lec...Isabel, no sé qué te pasa, pero no me molesta estar aquí. Si quieres la verdad, lo que me molesta es poderte llegar a incomodarte.

-No me molestas- pongo mi mochila en mi hombro, lista para salir del cuarto.

Se queda quieto, observándome con cautela-. ¿Qué clase tienes después de esto?

¿Y si leemos juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora