CAPÍTULO 3

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Isabel.

Una vez más descubro que estudiar mientras trato de ver la televisión no es una muy buena idea.

Llevo dos días estudiando para el examen del 26, y aunque las primeras dos tardes en las cuales logré repasar mis apuntes fueron productivas, este día mi cerebro no está cooperando conmigo. Y eso es culpa de la serie que se reproduce en mi televisor. Siendo sincera, es mi culpa, pero es más fácil culpar a otras personas- o cosas- que a uno mismo.

Rindiéndome, cierro mi libreta y apago mi computadora. Ya invertí tres horas de mi vida haciendo nada, no planeo seguir haciéndolo cuando puedo estar viendo la televisión alegremente mientras tomo algo caliente.

Me acomodo en el sillón antes de tomar la sabana azul que está doblada al lado opuesto y cubrirme con ella. Mi concentración se posa totalmente en la pantalla, dejándome llevar por la historia que se siente tan real, pero no lo es.

Son las ocho de la noche cuando finalmente decido arreglarme para dormir.

Camino hasta mi cama y dejo que la calidez de las sabanas me permitan sumergirme en un muy merecido sueño.

Camino hasta mi cama y dejo que la calidez de las sabanas me permitan sumergirme en un muy merecido sueño

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- ¿Por qué no está Vincent contigo?- me pregunta Hélène.

-Baja el tono, Hèl- susurro, de vuelta al darme cuenta de las miradas que cayeron sobre nosotras-. Y no está aquí porque tenía que ir a ayudarle a su padre con algo.

-Mmm- responde ella, volviendo a la lectura que tiene enfrente.

Ruedo los ojos, concentrándome en mi propia tarea. Lo único malo de venir a trabajar a la biblioteca- si es que encuentras lugar- es que debes de estar de frente con otra persona. Los bancos están acomodados de esa forma, creando líneas y líneas de pupitres que permiten que los estudiantes vengan aquí a trabajar en sus deberes. Hay lámparas cada dos bancos para cuando se vuelve demasiado oscuro. El techo está decorado con miles de pinturas que estoy segura que se hicieron en el renacimiento, reconozco como se utilizan las luces y las sombras en cada cuadro, así también como es posible notar que el ser humano es e centro de cada pintura.

La primera vez que entré aquí, tuve dolor de cuello todo el día gracias a que no podía dejar de mirar hacia el techo.

Los libros maravillosamente acomodados también llamaron mi atención. Más estantes de los que había visto en mi vida están colocados alrededor de las paredes, permitiendo que cualquier estudiante vaya y agarre ese pedazo de conocimiento que solo un libro puede brindar. En el pasillo de la entrada hay una pequeña exhibición de libros que tienen años de antigüedad; están dentro de una plataforma de cristal que previene que se dañen. Siendo una universidad humanista, tienen escritos de famosos filósofos hasta políticos importantes. El libro más antiguo que tienen data del año 1659. Más de una vez me he imaginado pasando mis manos por el desgastado lomo, sintiendo sus delicadas páginas entre mis dedos, observando más de cerca los dibujos que habían perdido su color a lo largo de los años, pero eso es imposible.

¿Y si leemos juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora