CAPÍTULO 12

679 116 109
                                    

Isabel.

Vincent estando estresado es igual a un rato de silencio. Sus ojos cafés ven ansiosos hacia la puerta cada cinco segundos y se me hace imposible no sonreír. Hace solo unos días era él quien se estaba riendo de mí por estar nerviosa por un resultado, supongo que ahora es Vincent quien muere de nervios por saber su resultado.

-Vas a hacer un agujero en el suelo si sigues caminando de un lado al otro- lo molesto, recargándome sobre la pared.

- ¿Por qué se tardan tanto?- se queja, frotándose su cuello. Un gesto que he descubierto que suele hacer cuando comienza a sentirse nervioso-. No es como que estén revisando cada respuesta del examen con cada alumno.

-Tú mismo me has dicho como es tu maestro de esta materia- mis ojos lo siguen de un lado al otro. Su abrigo café se mueve de un lado al otro de manera curiosa-. Así que relájate o te van a salir canas antes de tiempo.

-No estás ayudando, Isabel- frota su cara con sus manos.

- ¿Quién dijo que estaba aquí para darte apoyo moral?- pregunto, sabiendo que no estoy siendo de apoyo, pero sin poder evitarlo.

Vincent decide ignorarme-. Voy a ir a tocar.

Mi mano está en su brazo al instante-. No seas impaciente.

-No te recuerdo muy quieta cuando te dieron resultados a ti- me mira a los ojos.

-No, pero aunque sea yo no estaba desesperando a las personas a mi alrededor.

-Como sea- retoma su caminar de un lado al otro.

La puerta se mueve un poco y Vincent ya está frente a ella, listo para entrar. Tengo que morderme el interior de la mejilla para evitar soltarme a reír. La pobre chica de cabello rubio no tiene ni siquiera un pie en el pasillo cuando Vincent ya está entrando al salón.

Solo espero a que le den su resultado y me doy por terminado mi día escolar. Lo único que quiero hacer es llegar a mi casa y dormir por horas. Ayer cuando llegué a mi apartamento, me di cuenta que no había terminado de lavar alguna ropa y que había dejado platos sucios. No me acosté hasta que terminé todo y que me haya despertado temprano para intentar hacer ejercicio no ayuda mucho al cansancio que se está formando en mi cuerpo.

- ¿Por qué no me dijiste que hoy ibas a trabajar con Jayden?- dice Hélène, apareciendo de la nada y atrayendo la atención de todos en el pasillo al mencionar el nombre del actor.

Su cabello rojizo está recogido en una cebolla alta y por ese simple gesto sé que no tuvo tiempo de arreglarse en la mañana. Hélène nunca se peina de esa manera a menos que se le haya hecho tarde.

Ladeo mi cabeza, confundida-. Porque hoy no trabajo con él.

-Mentirosa- pone sus manos en sus caderas-. ¿Ya tan rápido lo escondes de los demás?- me molesta, sonriéndome de manera maliciosa.

-No entiendo de que estás hablando- puedo sentir la atención de todos en nosotros, sus miradas perforan mi espalda como si se tratara de un taladro.

-Estoy hablando de que media facultad lo vio entrar a la oficina del maestro Alexandre- eleva más su tono de voz. Sabe lo que hace y le encanta.

Frunzo el ceño-. No sabía que iba a venir- confieso.

-Mmm- dice, con sospecha fingida-. Entonces, supongo que Jayden Jones se estará yendo de la universidad en menos de una hora- suspira, soltando demasiado aire para ser real.

Apenas las palabras dejan su boca, varios de los compañeros y compañeras de Vincent se van a paso apresurado por el pasillo, dejándonos casi solas.

¿Y si leemos juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora