Jayden.
-Está decidido- dice Ella, dejando el control en el sillón-. Eres un tramposo.
Río, mirando a mi mejor amiga-. Ella, que sepa jugar mejor que tú no significa que sea un tramposo.
-Voy por papitas- se para del sillón negro, indignada.
- ¡Tráeme un agua!- pido.
-No por tramposo- la escucho decir.
Niego con la cabeza, apagando la televisión. Ella fue la primera en llegar a París después de que dijeran que la premier de la película de Eyes on Me iba a ser aquí. Aún faltan tres meses para el estreno, y por más que le aseguré a Ella que estoy bien, no hizo caso.
- ¿Dónde está mi agua?- pregunto cuando vuelve a mi lado.
-En el refrigerador.
Ruedo los ojos, tomando el plato con papas y poniéndolo en la mesa.
- ¿Cómo vas con tu clases?- pregunta.
-No entiendo porque demonios tiene que ser tan complicado- me quejo.
Ella me mira divertida, sus ojos cafés iluminados por mi situación.
-Eres la peor.
-Debiste de haber comenzado a estudiar francés, no español- me mira como si estuviera loco-. Estás en Francia, ocupas más el francés de lo que ocupas el español.
-El francés no me llamaba la atención- tomo una papa de su plato.
- ¿Por qué estudiar español?
-Ella...- advierto.
Suspira-. ¿Has intentado contactarla?
- ¿Por qué haría eso?- las palabras dejan un sabor amargo en mi boca.
-Porque ambos están aquí.
-Ella, que ambos estemos en París no me da el derecho de buscarla- digo, no importa cuantas veces haya pensado en hacerlo desde que la vi hace un mes en el rio Sena.
-Merece saber, Jayden- la preocupación que sé que no ha dejado su cuerpo desde que puso pie en mi apartamento hace acto de presencia.
-Lo que merece es que me disculpe con ella formalmente- digo, acomodándome en el sillón.
-Jayden, puedo hablar con ella- toma mi mano, pero yo alejo la mía. Ella está helando-, puedo decirle que...
-No- la interrumpo-, no vas a forzarla a hacer algo que no quiere.
- ¿Tú cómo sabes que quiere?
-A veces me pregunto si realmente tienes la capacidad de pensar- la fastidio.
Me levanta el dedo corazón-. Idiota.
-Vamos a poner a tu cerebro en uso- digo, haciendo que ella me mire curiosa-. Vas a ayudarme a hacer tarea.
-Jones, jamás hacía mis deberes, ¿qué te hace pensar que voy a ayudarte ahora con los tuyos?
-Prometo comprarte un libro- digo, sabiendo que no podrá resistirse.
-Trato.
Sonrío, poniéndome de pie para ir a buscar mi libreta.
ESTÁS LEYENDO
¿Y si leemos juntos?
Romance"Ellos amaron tan apasionadamente que eran capaces de poner en vergüenza a los escritores que se habían atrevido a hablar de amor en épocas antiguas, pero a pesar de todo, al final del libro ella sonrío y se fue; él aceptó que la había perdido y tra...