CAPÍTULO 11

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Jayden.

Supe que el momento de humor había pasado cuando Isabel dijo que iba a ir a trabajar en una de las mesas de afuera por unos minutos. Me acomodo en mi silla mientras Ella hace lo mismo. Humor aún se refleja en sus iris cafés, pero también una pizca de seriedad que no estaba antes.

- ¿Bien?- pregunto, ansioso por terminar con esto y volver a como estábamos hace unos minutos.

-Tenemos que hablar de unas cosas- se limita a decir, haciendo más grande el suspenso que crece en mis venas.

Le regalo una sonrisa burlona-. Eso es obvio, Ella, pero, ¿de qué?

-Ambos somos adultos- comienza y yo asiento con la cabeza-, y somos capaces de dejarnos de dramas y arreglar las cosas hablando.

-Estás en lo correcto.

-Entonces, eso es lo que vamos a hacer: hablar- pone sus codos en la mesa-. Tú y yo no estamos bien.

Mi ceño se frunce-. Claro que lo estamos, Ella.

-Claro que no. Deja de mentirte, sabes que no. No lo hemos estado desde que Adelaide llegó.

-No metas a Adelaide en esto. Las cosas estaban mal entre nosotros desde hace mucho tiempo.

Ella suspira-. Tienes razón. Ella solo vino a intensificar las cosas.

-Ella- advierto-. No metas a terceros, esto es algo que debemos de resolver nosotros dos. Nadie más puede y nadie más tiene la culpa.

-Bien- me mira a los ojos-. Lo lamento, Jayden.

Sus palabras me toman por sorpresa. De todo lo que pensé que diría, esas palabras nunca cruzaron mi mente. Desde mi punto de vista soy yo quien debería de disculparse.

- ¿Por?-pregunto.

-Fuiste un idiota, eso no te lo voy a negar- me sostiene la mirada-, pero eso no justifica que yo lo haya sido.

-Ella, ya te dije que te entiendo. No tienes que disculparte por eso.

-Ese es el problema, Jayden. Lo entiendes, pero necesito que comprendas que yo también estuve mal. Estaba enojada, sí, y también necesitaba tiempo para procesar lo que hiciste- sus ojos viajan hasta Isabel, quien está trabajando felizmente en barra. Sonrío al darme cuenta que sus pies no alcanzan a tocar el suelo-, pero debí de haberte explicado, debí de haberte dicho que necesitaba tiempo, no solo haberte alejado. Sé que si te hubiera dicho, lo hubieras respetado, Jayden y no me hubieras buscado hasta que yo estuviera lista. Por eso lo siento: por haberte alejado sin explicación porque dejé que mis emociones sacaran lo mejor de mí.

-Ella- me pongo de pie y camino hasta su lugar-. Está bien.

-No, no lo está- sus ojos se llenan de lágrimas, haciéndome sentir que me golpearon en el estomago. No me gusta que llore, jamás me ha gustado y nunca la hará-. Tienes que saber que te extrañé, Jayden. Cada maldito minuto te extrañé. Cada que veía algo tonto en internet, me encontraba a mi misma a punto de mandártelo para que te rieras conmigo, pero después recordaba todo y ya no quería mandarte nada. Cuando fue tu cumpleaños me la pase muy mal. Supe que Adelaide te organizó una fiesta sorpresa en Italia y después vi las fotos que subiste y no sabes cuanto quería estar ahí contigo, como todos los años- Ella se acerca y limpia las lágrimas que no sabía que habían dejado mis ojos-. Solo podía pensar que yo debía estar ahí y me sentí enojada de que Adelaide no me haya invitado, pero luego pensé: ¿Cómo quieres que te invite si no le hablas?. Cada vez que ibas a buscarme y me pedías que te abriera la puerta...que habláramos, yo...lo siento.

-También te extrañé- susurro-, pero eso ya lo sabes.

Ella ríe tristemente, tomándome las manos-. Fue ahí cuando me di cuenta que necesitaba hablar contigo. Cuando no podía dejar de culparme por no haber estado en un día tan importante para ti, uno que sé que adoras y celebras hasta más no poder, fue cuando decidí que no iba a dejar que pasara otro día, que ya había procesado las cosas y que estaba dispuesta a escucharte y perdonarte con el tiempo- me aprieta las manos justo cuando un dolor inhumano pasa por sus ojos, haciéndome que quiera protegerla de todo y todos con tal de no volver a ver la agonía que acabo de presenciar-. Pero después tuviste tu accidente- solloza, rompiéndome el alma-, y Beatrice me llamó diciendo que tal vez no ibas a sobrevivir la noche y jamás había conocido un miedo tan aterrador, nunca. Solo podía pensar: "Jayden puede morir pensando que lo odio, puede morir pensando que no tiene a su mejor amiga al lado"

¿Y si leemos juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora