CAPÍTULO 35

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!Advertencia de un poco de +18!

Isabel.

Los rayos de sol se filtran por las cortinas, permitiéndome sentir su calor. Una sonrisa se forma en mis labios al oler el característico olor del mar. Es increíble que aún estando a distancia de las olas y con paredes y paredes entre nosotros, aún sea capaz de identificarla con tanta facilidad.

Abro mis ojos al fin, recordando las últimas 24 horas. Recuerdo haberle mandado un mensaje a mi mamá para decirle que me recogiera del aeropuerto, recuerdo su llamada llena de confusión cuando le dije que viniera por mí, pero lo que más recuerdo es el grito de emoción que soltó cuando se dio cuenta de qué estaba pasando. Recuerdo haber despertado con los brazos de Jayden rodeando mi cintura y su cara enterrada en mi hombro. Recuerdo haberle acariciado su cabello hasta que despertó para regalarme una sonrisa llena de sueño. Recuerdo nuestro desayuno en su Jet y la mitad de la película que vimos antes de llegar. Jamás podré olvidar las caras de incredulidad de mis familiares cuando lo vieron parado al lado mío. Jayden dijo que no estaba nervioso por conocerlos, pero sus manos se cerraban y se abrían una y otra vez. Cada vez que intentaba acércame a él, se alejaba cinco pasos, haciéndome reír. Después de abrazarme y de decirme de que hubiera avisado de mi cambio de planes, pasaron con Jayden, quien se presento con una sonrisa en la cara mientras me daba miradas de vez en cuando. Creo que estuvimos alrededor de dos horas en el aeropuerto en lo que hicimos las presentaciones y en lo que Jayden les mostraba el Jet porque Leo preguntó si se podía subir. Al acercase la hora de comida, decidimos terminar con la comida del Jet. Mi tía me miró con esos ojos que indicaba que quería detalles y mi madre aún me miraba entre emocionada y confundida.

Y entonces llegó el momento que más había temido desde que supe que vendría conmigo a México. Despedirnos por tres semanas antes de reencontraros en Paris. Él parecía notar lo mismo porque en el momento en el que todos salieron del Jet me besó de una forma que me hizo perder los sentidos antes de darme otro pequeño beso en mi sien para comenzar a despedirse. Voy a comprarle todos los juguetes que quiera a Sergio por haber sugerido que se quedara en Vallarta con nosotros. A mi familia le pareció una buena idea porque empezaron a planear actividades antes de que Jayden hubiera aceptado la oferta. Cuando él me miró sorprendido y dijo que no quería incomodar, pero que estaba muy agradecido por que lo hubieran considerado, mi abuela, quien conoce más al padre de Jayden que a Jayden mismo, lo tomó del brazo y comenzó a guiarlo a la salida del aeropuerto. No pude evitar carcajearme al ver su cara. Cuando por fin estuvimos solos y vi que iba a comenzar a decir otra escusa, me acerqué a su oído y le dije en forma de broma: "Les robaste el corazón, no puedes rompérselos".

Un intento, me dije a mí misma, un intento de que se quedara y si la respuesta seguía siendo no, yo misma lo acompañaría hasta el Jet de nuevo. Pero la respuesta fue sí justo después de preguntarme si no me incomodaba.

El resto de la tarde fue hacer el Check-In de las habitaciones de Jayden y la mía porque Jayden no quería dar malas impresiones. Después de eso fue instalarnos en los cuartos mientras mi madre no paraba de abrazarme y de escucharme hablar del examen, del guion, de mi semestre.

Jayden desapareció por unas horas para ir a comprar ropa adecuada para la playa con la compañía de mis tíos, quienes parecían estar más que felices de ir con él. Lo volví a ver en la hora de la cena y cuando mis ojos se posaron en él tuve que hacer todo lo posible para no hacer muy obvio el sonrojo en mis mejillas. Ver a Jayden Jones con camisa de manga corta después de verlo meses usando suertes y manga larga fue suficiente para robarme la respiración, ¿pero verlo caminando hacia nuestra mesa con esa confianza y esa sonrisa en su cara? Dios, eso fue suficiente para que no pudiera dejar de mirarlo.

Cuando él explicó que el motivo por el cual no se quitaba el gorro y la gorra era para evitar que lo reconocieran, mi familia llamó al camarero en seguida para pedir que nos movieran a una sala del restaurante que tenía vista al mar. Jayden se opuso a dejarlos pagar el monto extra por comer el resto de la semana en este lugar, pero mis tíos se negaron y dijeron que era un regalo de agradecimiento por haberme traído.

¿Y si leemos juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora