CAPÍTULO 43

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Isabel

Los truenos siguen azotando la ciudad con fuerza, asustándome de vez en cuando. Jayden y yo comemos en silencio con nuestros ojos fijos en la ciudad. Son más de las dos de la mañana y por mi cuerpo sigue corriendo energía, espantando cualquier pizca de sueño que pueda cubrirme. Soy la primera en acabar porque cierto chico de piel bronceada y ojos verdes me quita la dona de la mano y se la mete a la boca de una sola mordida.

No me molesto en decirle algo al respecto, me limito a rodar los ojos y dirigirme al baño a lavarme los dientes. La tela del Hoodie de Jayden además de ser suave, es muy calientita, así que decido que por esta noche, esa prenda será mi pijama. Puede que el hecho de que huela a él tenga algo que ver con que no me lo quiero quitar.

El baño sigue exactamente igual que cómo lo recuerdo. Las paredes de granito gris siguen igual de hermosas que hace un año y la vista del otro lado de la ciudad me deja sin palabras... de nuevo. Mis ojos caen al Jacuzzi insertado en el piso, recordando como se sentía estar sumergida en burbujas mientras Jayden masajeaba mi cabello. Me lavo los dientes con rapidez antes de recoger mi cabello en un chongo alto y salir a reencontrarme con él. Cualquier rastro de nuestra cena ha sido recogido, dejando en su lugar una impecable limpieza.

- ¿No vas a cambiarte para dormir?- escucho la voz de Jayden en la cocina.

-No- respondo, caminando hacia él-. De hecho creo que te robaré este Hoodie, es muy cómodo- sin contar que me queda como vestido-. Es más, ¿puedes darme cada uno de tus Hoodies? Los necesitaré- lo molesto, apoyando mis codos en la isla donde antes estaban todos los dulces que le traje.

Jayden pasa su mano por su cabello. Los músculos de su brazo se contraen y no soy capaz de apartar mi mirada. Su piel bronceada resalta gracias a las luces de la cocina, su cabello desacomodado se ve perfecto, lo cual es injusto, yo con el cabello desacomodado me veo como un espantapájaros. Pensar en pasar mis manos por sus desordenados chinos es una imagen que se penetra con fuerza en mi mente, haciéndome ruborizar.

Él levanta un dedo en señal de que lo espere antes de desaparecer por la puerta de su habitación. Voy por mi celular para matar algo de tiempo cuando Jayden reaparece en mi campo de visión; en sus manos hay dos Hoodies de diferente color-. Elije con sabiduría, Lectora.

Me quedo boquiabierta-. Jayden, era una broma.

Levanta una ceja-. ¿Eso significa que no los quieres?- pregunta, acercándose.

-Claro que los quiero- río-. Ahora que la oferta está en la mesa, sí, los quiero.

Me pongo de pie para tomarlos. Me quito el Hoodie que traigo puesto para probarme el rojo. Siento su mirada en mí, viendo cada movimiento que hago y es entonces que recuerdo que no me puse ninguna otra prenda debajo de la Hoodie negra. Siento la vergüenza comenzar a formarse en mi pecho, pero la destrozo, convirtiéndola en cenizas.

-Me gusta- digo, examinando como queda la prenda en mi cuerpo-. Ideal para dormir.

Sin decir una palabra Jayden me pasa el siguiente Hoodie. Es color verde y aunque puedo notar que hicieron el esfuerzo de recrear el color de sus ojos, fallaron miserablemente. Sonrío como tonta al ver la palabra JONES escrita con finas letras color doradas en la parte de la espalda. Olviden el Hoodie negro, el verde ahora es mi favorito. Con suma rapidez me lo pruebo y Jayden solo asiente con la cabeza con aprobación cuando me doy una vuelta, mostrándole la parte trasera de la prenda.

-Son tuyas si las quieres.

-Si pudieras darme esta- Dios, sueno como una adolescente enamorada-. Sería más que feliz.

¿Y si leemos juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora