CAPÍTULO 19

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JAYDEN.

Tener que decirle adiós a Adelaide es una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mucho tiempo. Me rehúso a soltarla porque si lo hago, no sé cuando la volveré a rodear con mis brazos y sentir sus lágrimas mojar mi cuello solo hace más complicada la situación.

-Voy a extrañarte mucho- susurra, abrazándome con más fuerza.

-Y yo a ti, A- huelo su perfume una vez más porque no tengo ni idea de cuando lo volveré a hacer. Ese pensamiento hace que una ola de tristeza choque contra mi cuerpo.

-Tienes que prometerme que me hablaras todos los días- se separa de mí para mirarme a los ojos-. Promételo.

-No pasará un día sin que sepas de mí- beso su frente, sintiendo la calidez de su piel sobre mis labios.

-Eso espero- suspira, reprimiendo un sollozo antes de tomar mis manos-. Hice... hice algo- la tristeza en su mirada cambia a un brillo de esperanza-. Tienes que dejarme hablar y no interrumpirme.

La miro, intrigado antes de asentir con la cabeza.

-Me dijiste que... que no podías irte de París por ahora, ni tampoco por mucho tiempo- suspira, bajando su mirada unos segundos antes de volver a toparse con la mía. Es cómo si estuviera preparándose para decir sus siguientes palabras, lo cual solo hace que la anticipación hormiguee en mi interior-. Y lo entiendo. Ella está aquí y ahora que arreglaste las cosas con ella es más que obvio que no te quieras ir- me sonríe con tristeza-, aparte Adam también llegó.

-Sabes que si pudiera ir, iría aunque sea unos días- digo.

Una parte de mí aún se siente culpable por el alivio que me invadió cuando mi doctor me dijo que todavía no estaba en condiciones de viajar. Decirle a Adelaide y ver la decepción llenar su cara fue algo que odié ver, y eso solo me hizo sentir más culpable; pero realmente la idea de irme de París no es una que me agrade del todo.

-Lo sé, es por eso que hablé con tu doctor para preguntarle cuando podías viajar- comienza a buscar algo en su bolsa-. Un mes y medio más- me informa, extendiendo unos papeles. Me quedo viéndolos antes de tomarlos con inseguridad-. A finales de noviembre y principio de diciembre vendrás a Italia a pasar un fin de semana conmigo- termina, su voz contiene una emoción que hace que ponga toda mi atención en ella.

- ¿Agendaste el vuelo?- observo con atención la hoja, viendo el permiso en escrito de Adelaide para poder usar su jet el último fin de semana de noviembre sin que ella esté presente.

-Sí- sonríe-, ya está todo listo. Tu doctor lo autorizó y hasta dijo que era una buena idea porque te iba a ayudar a despejarte después de estar tantos meses encerrado.

Las palabras me fallan-. Adelaide, yo...

-No puedes decir que no, ya está todo listo- se acomoda su bolsa antes de rodearme con sus brazos una vez más-. Te voy a extrañar, Jayden- antes de que pueda responder, se pone de puntitas y me da un beso en la comisura de los labios-. Nos vemos a finales de noviembre.

Y sin otra palabra sube las escaleras hasta desaparecer dentro del Jet.

Mierda.

Mierda

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