Capítulo| 35

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—Verás cariño... —los miro impaciente.

—¡Ay, por favor ya!. Sólo digánlo —bufo y ambos me miran confundidos—. Ya sé que no eres mi madre, sólo quiero saber su versión de la historia.

—¿Versión? —papá frunce el ceño y mira a mamá—. ¿De qué hablas? ¿Alguien te dijo algo más?

—¿Quién te dijo sobre ésto Charlotte? —pregunta mamá y me encojo en mi puesto. La cague, se suponía que debía hacer como si no supiera nada y ahora tendré que decirles. Mierda.

No importa quién —ruedo los ojos con nerviosismo—. El caso es que quiero, no, necesito saber que es lo que pasó.

—¿Qué fué lo que te dijeron exactamente? —pregunta mamá y yo entrecierro los ojos en su dirección. Claramente no les voy a decir exactamente lo que sé ¿Qué clase de persona hace eso, sabiendo que corre el riesgo de que editen la información? ¿O te digan que eso es todo lo que ocurrió? No soy tan estúpida.

—No voy a decir nada hasta que ustedes me cuenten su versión —me encojo de hombros—. Depende de lo que digan les contare lo que sé.

—Bien, pues —papá suspira—. Si así lo quieres. Hace aproximadamente 19 años yo conocí a...

—Espera —mamá interrumpe y la miro con cara de pocos amigos—. No pretenderas contarle eso.

—¿Por qué no? Ella está pidiendo la verdad, ya es hora —mamá asiente un poco desconfiada y papá continua—. Bien. Como decía, hace tiempo yo conocí a tu verdadera madre —mira un punto fijo a mis espaldas como si estuviera recordando algo y noto como su mirada tiene una chispa que nunca antes había visto en él—. Era una mujer hermosa, fuerte, soñadora, toda un artista —ríe con nostalgia mientras mamá se remueve incómoda en su puesto—. Así como tú pequeña, era muy parecida a tí. Un dí...

—Ya va —levanto mi mano deteniendo la historia—. ¿Porqué hablas de ella en pasado?

—Ella... Tu madre —mira a Mónica y luego a mí—. Murió al tú nacer, mi amor.

Todo a mi alrededor deja de existir. ¿Murió? ¿Yo le quité la vida al nacer? ¿Rebecca no es mi madre?. No puedo creer que todo esto me esté pasando, mi madre no es mi madre y quién dice serlo tampoco lo es ¿Por qué tanto empeño en hacerse pasar por mi madre?. Suspiro con frustración.

—¿M-murió? —papá asiente con los ojos cristalizados—. Pero, no... Yo la vi.. Y-yo estuve hace poco con ella —suelto sin pensar y papá gira su cabeza en mi dirección tan rápido que casi temo le fuera doblado el cuello.

—¿Que tú qué? —se levanta de su puesto y se sienta a mi lado—. ¿La viste en sueños? —niego—. ¿En fotos? —vuelvo a negar—. ¿Entonces?

—Ella me llamó —miro a todos lados intentando explicarme—. Un día ella me llamó y yo no... No sabía que hacer así que fui a su encuentro y la vi.

—Eso es imposible. No pudo haber quedado viva —dice mamá y la miro frunciendo el ceño al igual que papá—. Digo —carraspea—. Tu padre dijo que ella murió a penas naciste. No creo que después de tanto tiempo ella... Sobreviva.

—Es cierto, cariño —papá se gira en mi dirección—. Yo vi cuándo ella... Ella murió.

—¿Cuál es...digo era su nombre? —pregunto impaciente.

—Su nombre era Pa... —papá se interrumpe a sí mismo al oír el timbre—. ¿Esperas a alguien? —pregunta en mi dirección y niego antes de ponerme de pie para dirigirme a la puerta.

Simplemente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora