Capítulo| 34

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Charlotte

—¿Qué tanto buscas ahí? —pregunta Alice al otro lado de mi habitación señalando mi móvil.

Cuando llegué nuevamente a casa Alice me avisó que venía para charlar un rato, ya que Mack se fué con su novio.

—Te juro que me pareció ver un mensaje —digo.

No entiendo cómo es que de la nada desapareció el mensaje que, claramente estaba ahí. ¿Será que me estoy volviendo loca?

—A ver, dame y lo busco yo —Alice camina en mi dirección extendiendo su mano—. A lo mejor, y sólo crees que viste un mensaje o algo.

—Es que sí había un mensaje —digo ahora comenzando a irritarme—. No estoy loca Alice, sé lo que vi.

—Bueno, pues aquí no hay nada —me entrega el celular y se lanza de espaldas a mi cama—. Ahora, cuentame que hiciste con Jacob. No duraste ni media hora y ya estabas aquí ¿Tan mal fué?

—¿Tan mal fué qué? —frunzo el ceño.

—Antes de yo venir, Mack me llamó y me dijo algunas...cosillas —me mira con una sonrisa perversa en sus labios.

—¡Dios! —levanto los brazos al cielo antes de girar mi cabeza en dirección a mi amiga—. Que no hicimos nada de nada. Ya basta.

—¿Pero por qué no?

—Pues porque no —ruedo los ojos y me levanto—. Ahora, cuenta.

—¿Qué cuento? —ladea la cabeza confundida.

—Pues... ¿Qué sucedió con Matt? —pregunto impaciente.

—¿Cuál Matt?  —la miro con una ceja arqueada.

—¿Matthew? —digo remarcando lo obvio.

—Ah... —alarga la expresión—. Matty.

—¿Matty?

—Sí, bueno. No ha pasado nada —la fulmino con la mirada—. En serio, sólo hemos hablado, lo he ayudado con algunas cosas, hemos salido una que otra vez —se encoje de hombros—. Nada importante.

—¿Nada importante? —la miro incrédula—. Voy a hablar con Matt. Desde que está saliendo contigo, ya ni me escribe.

—¿Y debería escribirte? —arquea una ceja.

—Sabes que no lo digo en ese sentido —ruedo los ojos nuevamente.

—Sí, bueno —se encoje de hombros—. No es como que me importe. Y ahora dejemos el tema.

—Como quieras —agarro nuevamente mi móvil y encuentro un mensaje.

Mamá
Voy a casa en compañia de padre. Necesitamos hablar contigo cariño, nos vemos.

—¿Qué pasa? —oigo a Alice preguntar—. Te has puesto pálida de la nada, ¿Estas bien?

—¿Eh?... Sí, sí —trago saliva. Aún no tengo la información verdadera o lo que sea que el señor Carter debería de darme, ¿Cómo voy a contarles algo de lo que ni yo estoy segura?

—¿Charlie? —Alice se para en frente de mi con el ceño un poco fruncido—. ¿Qué sucede?

—Mis padres vienen para acá —digo y ella me mira esperando a que le diga qué tiene eso de malo—. Y quieren hablar conmigo de algo importante.

Simplemente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora