Capitulo| 11

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Al llegar me doy cuenta de que mis padres aún no llegan, subimos directo a mi habitación para bañarme mientras Mack arregla las cosas para prepararme.

Al salir de la ducha, me encuentro a Mack texteando con una gran sonrisa en su rostro.

—¿Y esa sonrisa es gracias a...?—pregunto.

—Louis —dice y luego suspira.

—¿Y ese es...? —me siento a su lado.

—El chico que conocí en la fiesta de disfraces pero solo nos hemos visto unas veces y ya.

—Espera... ¿Se han visto y tú no has tenido el descaro de contarnos? —me coloco la mano en el  pecho fingiendo estar indignación.

—No quería contarles porque eso significaría algo serio —bufa—. Pero no lo sé Charlie. Creo que me gusta y mucho.

—Eso esta bien amiga —la abrazo—, y sabes que puedes contar con nosotras. Siempre estaremos para ti, no importa lo que pase.

—Lo sé y sólo espero que él sienta lo mismo.

—Ya verás que sí Mack. Además si no se da cuenta de lo grandiosa que eres está loco.

—Lo sé cariño soy grandiosa —se encoje de hombros mientras yo ruedo los ojos y reimos—. Ahora señorita hay una boda para la cual debe arreglarse.

Comenzamos con el maquillaje, Mack me coloca unas sombras que combinan con el vestido, rimel, labial mate del color del vestido y listo, el cabello lo dejé totalmente lasio, con un recogido de lado.

El vestido es manga larga con la espalda descubierta, tiene un broche en la cintura de hojas echas con pedreria y es suelto hasta las rodillas, color vinotinto, y los tacones son sencillos de color negro.

Al mirar la hora en el reloj me doy cuenta que solo tengo 15min para que Jacob llegue así que bajo a esperarlo en la sala dónde se encuentra mi amiga, ya que bajó a prepararse algo.

—¿Y... qué tal? —pregunto al llegar a la cocina.

Cuando voltea se queda mirándome de pies a cabeza con la boca abierta.

—¿Qué pasa? —pregunto inquieta al ver que no dice nada.

—Amiga estas... ¡Impresionante! —grita de repente haciendo que pegue un brinquito—. Hoy consigues novio Charlie estas hermosa —agarra su móvil y coloca la cámara—. Déjame sacarte una foto para Alice.

Hago una pose y ella toma la foto.

—Estás divina —me estrecha entre sus brazos—. Estoy orgullosa de mi trabajo.

—Gracias amiga —tomo un vaso con agua y escucho el timbre sonar—. Bueno nos vemos luego Mack.

—¡Diviertete Charlie! —grita cuando me dirijo a la puerta.

Cuando abro me quedo estática y hasta creo que tengo la boca abierta, decir que parece un principe es poco, se veía sexy y... ¡Dios!

Lleva un esmoquin color negro sin corbata y con los dos primeros botones sueltos, imagino que aún no se a terminado de arreglar, no deja de escanearme, ahora estoy peor de nerviosa.

    Jacob

  ¡Jo-der!

—Estás... —intento decir algo, pero juro que no puedo formular ni una oración completa.

Ese vestido se le ve genial, está mas que hermosa, sus piernas, sus ojos, su figura, su manera de morderse el labio creo que indicando que está nerviosa haciendo que desee besarla, todo en ella está perfectamente sexy.

—¿Estoy...? —pregunta enarcando una  ceja.

—Hermosa —suelto al fin—. Estás más que hermosa, estás perfecta —la miro a los ojos y me doy cuenta que tiene un pequeño sonrojo—. ¿Nos vamos? —pregunto cuando desvia su mirada.

—Gracias y claro vamos —responde sonriente y con ese simple gesto me siento satisfecho.

De camino a la boda vamos en silencio pero uno cómodo, ella solo mira por la ventana y aveces a mi, cosa que me hace reír.

—¿Ya vamos a llegar? —pregunta.

—Sí pequeña, solo cruzamos y llegamos a la iglesia —respondo—. Por algunos problemas con el vestido la novia aún no llega pero mi hermano sí estará.

—Está bien —de reojo veo como me inspecciona con la mirada y hace que me remueva un poco en el asiento.

Dios. Esto es una tortura. Tengo un inmenso deseo de besarla, pero no puedo y no lo haré. Al menos no hasta que ella muestre que también lo desea.

—¿Qué pasa? —pregunto cuando me doy cuenta que no ha dejado de mirarme.

—También te ves bien —dice y luego se voltea.

—Lo sé —digo cuando me mira y le guiño un ojo haciendo que ella ruede los suyos pero sonría.

Cuando aparcamos bajo, rodeo el auto y abro su puerta.

—Gracias —dice tomando mi mano la cual ofrecí haciendo que de nuevo me recorra esa extraña sensación y creo que ella también lo nota porque me mira y luego me da una sonrisa ladeada.

Concentrate Jacob. No la beses. Aún no...

Hago acopio de todas mis fuerzas y caminamos juntos hacia la iglesia.

Simplemente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora