Simplemente tú

Capitulo| 8

Al día siguiente me levanto, me alisto, bajo a desayunar y mamá está en la cocina.

—Hola cielo, buenos días —dice dándome un abrazo.

Esperen, ¿de que me perdí?, mamá no es de las personas que abrazan y hacía tiempo no la veía tan temprano en casa, bueno es mejor no decir nada para no arruinar el momento.

—Hola mamá, buenos días —respondo agarrando una tostada.

—¿Cómo has estado cariño?, tu papá me ha dicho que no lo has llamado y quiere saber de ti.

—No creí que quisiera hablar conmigo, ya le llamare luego.

—Hija yo quería hablar contigo —dice seria, yo asiento, miro el reloj para confirmar que no llego tarde al instituto, me siento a su lado y continua—. Tu padre y yo decidimos que a partir de ahora él trabajara y yo me quedaré en casa contigo, ya estamos cansados de casi nunca verte y yo no he podido ser la madre que se que quisieras tener —dice seria pero con cierta nostalgia en su voz.

—Si a ustedes les parece bien, tranquila, todo está bien, y a pesar de todo ustedes han sido buenos padres así que si ahora tomaron esta decisión quiero que sepas que los amo y estoy muy feliz —la abrazo.

—Gracias por no tomarte nuestra falta en casa de malos modos cariño. Espero que algunas cosas cambien.

—Yo también mamá.

Le comento sobre la boda del hermano de Jacob y me dice que no hay problema, así que creo que al final le diré que sí, solo espero no haberme equivocado. Agarro las llaves del auto y salgo directa al instituto.

                           *******

Al salir de clase me encuentro con las chicas. Nos dirigimos a la plaza que queda enfrente del instituto y nos sentamos.

—Y entonces amiga, ¿qué le vas a decir? —pregunta Alice.

—Creo que sí iré chicas —respondo.

—Bueno Charlie, sabes que te apoyamos en todo, solo ten cuidado con él ¿sí? —habla Mack.

—¿Cuidado? —frunzo un poco el ceño confundida.

—Ay vamos, lo sabes, él es un chico mujeriego, aunque eso no le quita lo guapo, no lo sé sólo digo que no quiero que te haga sufrir —responde como si fuera la cosa más obvia del mundo.

—¿Crees que me enamoraré de Jacob? —pregunto arqueando una ceja mientras recuerdo ese beso que de alguna manera me dejo con ganas de más.

—No Charlie —interviene Alice—. Sólo que sabemos como es Jacob, se dicen muchas cosas de él y sus amigos no son los más santos que se diga, mira, sólo nos preocupamos por ti.

—¡Ay por Dios, chicas!, como creen, ni que fuera tan tonta como para terminar enamorada de él, yo sé la reputación que tiene, tanto él como sus amigos y aunque no me guste juzgar antes de conocer creo que sus actos han demostrado suficiente —digo rodando los ojos.

—Bueno amiga solo decimos, pero te creemos —habla Alice.

Luego de hablar unos 20 minutos más nos despedimos y me voy a casa. Al llegar subo a mi habitación, me doy una ducha, me cambio y veo la hora en mi móvil, aún es temprano, saldré a caminar un rato. Bajo las escaleras y me encuentro con mamá en la cocina.

—Hey ma —digo dándole un beso en la mejilla.

—Hola cariño, ¿vas a salir?

—Si, iré a caminar un rato .

—Bueno cielo, ten cuidado ¿si? —me dice cuando voy saliendo mientras como una manzana.

—Sí mamá, ¡Te quiero!—le grito antes de salir.

Salgo de casa, no sé a donde voy, pero siempre me relaja caminar, cantar, dibujar y tocar el piano -aunque esas últimas tres son triviales- y encontrar lugares geniales en los cuales pueda crear mi espacio, hace poco tenia una casa del árbol en un bosque cerca de casa, pero un día cortaron el árbol y desde entonces no he buscado otro sitio.

Camino sin rumbo alguno, hasta que me doy cuenta que llevo más de 20 minutos. Llego a una especie de lago tras unos arbustos, es hermoso, tiene una piedra que parece una silla, el cielo esta precioso, todo en este sitio es precioso, hay silencio, paz, no se encuentra ninguna casa cerca.

Este será mi nuevo lugar, pienso con una sonrisa en mi rostro. Es perfecto.

Aprovecho que estoy sola para llamar a Jacob, ya solo faltan unos días para la boda de su hermano y mejor darle una respuesta rápido, saco mi móvil y lo llamo.

—¿Sí?

—Hola, Jacob es Charlotte.

—Sí, lo sé —ríe.

—Mmm... Sólo te quería decir que acepto.

—¿Aceptas? —pregunta.

—Sí, para ser tu acompañante en la boda de tu hermano —respondo con tranquilidad.

—Perfecto —vuelve a reír—. Es dentro de cuatro días, ¿Te paso buscando?

—Sí claro.

—¿Te parece a las cuatro? Para presentarte a mi hermano.

—Perfecto —respondo—. Nos vemos.

—Adiós —dice y colgamos.

Luego de hablar, me quedo ahi sentada un rato mas y canto un poco. Desde hace mucho que no lo hago y eso es una de mis cosas favoritas. Al cabo de media hora decido volver a casa ya que es un poco tarde.