Capítulo| 51

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–Pues... yo voy a ayudar a los chicos –digo vagamente.

–¿Cuáles chicos? Y ¿Ayudar con qué? –me mira de reojo y suspiro profundamente.

–Voy a ayudar a Jaiden y Nathaniel con su trabajo –frunce el ceño, pero asiente lentamente como analizando algo. Espero cualquier comentario en cuanto a Nathaniel, pero me sorprende diciendo:

–¿Y cuál es ese trabajo? ¿Equitación? –mira mi ropa con una pequeña sonrisa y ladeo la cabeza. ¡Al fin un amago de sonrisa!

–De hecho... es una fiesta para una niña que cumple sus dulces 16 y la agencia en donde las copias trabajan ya cerró por sus semanas de vacaciones, entonces llamaron a los chicos porque los padres de la niña olvidaron la cuestión del catering y necesitaban tres personas.

–Y te llamaron a ti –asiento repetidas veces y el coloca su mano en mi muslo–. ¿Entonces estás vestida de vaquera, por la fiesta?

–Sí, la temática es de Vaqueros –coloco mi mano sobre la suya–. No sé qué hacer específicamente, pero los chicos me dijeron que no era tan complicado.

–Sí, no creo que sea tan difícil. Son niños ¿no? –asiento un poco preocupada, no creo que sólo haya niños, pero él no tiene por qué saber eso–. Llegamos.

Estaciona el auto justo detrás de una Mercedes-Benz y lo apaga. Por la ubicación de la casa la familia debe de tener dinero.

–¿Te busco? –pregunta mirándome fijamente.

–Termina a las doce, probablemente a la una para nosotros –acerco mi mano a su mejilla y él la agarra con la suya para dejar un beso en mi palma–. No quiero que estés despierto toda la noche para luego buscarme.

–No pasa nada –sonrío y el también.

–Lo sé, pero lo más probable es que los chicos me lleven, así que no te preocupes –me acerco a él para plantar un suave beso en sus labios.

–¿Me avisarás cuando llegues a tu casa? –pregunta juntando nuestras frentes.

–Si eso te hace estar tranquilo, sí –sonríe y sus hermosos hoyuelos aparecen. Me vuelve a besar, pero esta vez con más fuerza. Al separarnos por falta de aire puedo sentir su respiración acelerada al igual que la mía. Deja un beso en mi frente y se acomoda en su asiento.

–Nos vemos mañana entonces, preciosa –asiento y dejo un beso en su mejilla para bajarme del auto. Camino hacia la casa y agradezco que mi chaqueta sea lo suficientemente gruesa como para que me abrigue.

Toco el timbre y me volteo para ver como el auto de Jake desaparece por las calles. Me alegra que esté aprendiendo a confiar en mí, pensé que diría algo por estar junto a Nathaniel toda una noche, pero no.

Cuando abren la puerta un sonriente Jaiden me recibe.

–¡Pequeña! Pensé que no venías, te envíe un mensaje, pero no respondiste –se hace a un lado para que yo pueda pasar y lo abrazo una vez adentro–. Estás hermosa, aunque eso no es una novedad.

–Gracias Jai, tú no te ves nada mal –y es cierto. Trae puesto un chaleco de jeans con una camisa de cuadros azul oscuro por debajo, unos vaqueros rasgados en las rodillas, unas botas marrones y una especie de trapo en su bolsillo trasero–. Se me hizo un poco tarde, pero no les podía fallar –sonreímos y me guía dentro de la casa. Me quedo perpleja al salir al patio, todo está espectacular.

Hay sillas y mesas de madera a los laterales del patio, en el centro hay una colcha gruesa y al centro de esta se encuentra un toro mecánico, ¿No que cumplía 16? Pequeñas luces amarillas están alrededor de la cerca de madera del patio dando así un ambiente agradable.

Simplemente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora