Jacob
–¿A dónde vamos? –pregunta Charlotte desde mi cama. Hoy decidí invitarla a salir, me pareció una buena idea pasar tiempo sólo ella y yo, juntos.
–Es una sorpresa –le guiño y un ojo y me acerco para darle un beso. Me encanta como está vestida, esa faldita ¡Joder! Mi novia es hermosa. Aunque espero que ningún baboso se le ocurra posar sus ojos en ella.
–Vamos, dime –se levanta de la cama, coloca sus manos alrededor de mi cuello y yo las mías en su cintura–. Sabes que no me va mucho eso de las sorpresas.
–Pues tendrás que esperar, preciosa. Porque no pienso decirte –hace un puchero de lo más ridículo y le agarro su labio inferior con mis dientes–. Deja de intentar dañarme la sorpresa. Sé que te va a gustar.
Y es verdad, reserve en un restaurante informal que ella me había contado era su favorito por las vistas que tenía de la ciudad y su extenso menú variado en cuanto a la gastronomía mundial, además de que la mesa que reserve queda justo en el balcón y si llegamos a la hora correcta podremos ver el hermoso atardecer.
–Igual quiero que me digas –niego con mi cabeza y ella se inclina hacia adelante para juntar sus labios con los míos; siento mil explosiones dentro de mí, esto es algo especial, cada vez que estoy con Charlie todo es perfecto, aunque discutamos por bobadas. Le muerdo el labio le paso la lengua por encima de este, ella hace lo mismo y luego se separa. Lo vuelvo a decir, me encantan sus besos.
Me encanta ella.
–Deja que me termine de vestir, preciosa –ella sonríe y se suelta de mí.
–Está bien, cariño –se voltea nuevamente a la cama y se sienta–. ¿Me das tu móvil? Quiero que nos saquemos una foto.
–Claro –termino de colocarme los zapatos y me paso la chaqueta negra por encima. Camino al baño, me rocío colonia, me coloco el reloj y cuando vuelvo a cuarto Charlotte me mira con el ceño fruncido y mi móvil en sus manos no para de sonar con notificaciones de mensajes.
–¿Qué pasa? –le pregunto y ella sólo extiende el teléfono en mi dirección. Lo tomo un poco confundido y maldigo internamente al ver lo que me acaba de llegar. Joder con Emmy.
Son fotos de la vez que intentó algo conmigo y la rechace en el coche, cuando estuvimos en la heladería. En las fotos se ve claramente que ella está sobre mí y ambos nos besamos. ¿En qué momento sacó esas fotos? Y lo que más me cabrea es ver el mensaje:
Emmy
Cuando quieras lo repetimos bebé. Un beso.
–¿Qué demonios significa eso, Jacob? –volteo a mirar a Charlotte quién ahora me mira furiosa, si pudiera estaría echando humo por las orejas y con razón–. ¿Estuviste con ella? ¡Porque te juro, Jacob O'connor, que si me engañaste con ella de mí no vuelves a saber un carajo!
Vale, está súper cabreada. ¡Joder! No quiero discutir con ella. Mucho menos hoy.
–Mierda –mascullo cerrando los ojos–. Nena, eso fue antes de que tú y yo saliéramos. No pasó nada, te lo juro.
–¿Ya estabas tonteando conmigo cuando pasó eso? ¿Ya nos habíamos besado?
–Sabes que sí, preciosa. Pero no pasó nada, yo quería ver si seguía sintiendo lo mismo por ella y por eso deje que me besara, pero...
–¡Dios, no puedo creerlo! –se volteó dándome la espalda–. ¿No tenías claro si querías estar con ella o conmigo?
–Charlie... –vamos a llegar tarde–. Deja que te lo explique en el camino ¿Sí?
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Simplemente tú
Teen Fiction~Y cuando mejor te va, es cuando más cuidado debes tener~ La vida da más vueltas de las que esperábamos, si no preguntenle a Charlotte, una chica la cual a crecido creyendo que las personas a las que ama nunca le mienten. Pero lo que ella no sabe es...