Capítulo| 15

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  Jacob

Cuando me levanto, agarro el celular y me doy cuenta que son las 9am y tengo 2 llamadas de Nial, una de Lewis (un chico del instituto) y un mensaje de Emmy.

Abro primero el mensaje y leo:

Emmy <3
Hola Jake, ¿Nos podemos ver hoy?

Ayer cuando volví a la fiesta ella ya se había marchado sin dejarme recado alguno.

Yo
Hola Emmy, si puedo, dime hora y lugar.

Me levanto voy al baño y tomo una ducha, cuando salgo agarro el celular y leo nuevamente.

Emmy <3
A las 2 en tu casa.

Yo
OK, te espero.

Me visto y salgo, cuando llego a la cocina me encuentro a Nial preparando el desayuno.

—Hey hermano —saludo, no se me hace raro verlo aqui, ya que vive al lado en su apartamento y tiene una copia de la mía.

—Hola —responde sirviendo en 2 platos la comida—. Te llamé temprano para ver si estabas —frunzo el ceño. Él nunca me llama para venir y ahora que lo pienso prepara el desayuno sólo cuando necesita darme una noticia.

—¿Qué pasa Nial? —pregunto serio.

—¿Por qué deberia pasar algo? Soy tu amigo y prácticamente vivo aqui —dice rodando los ojos.

—Vamos amigo, tú nunca llamas cuando vas a venir y además sólo haces el desayuno cuando quieres decirme algo importante —digo y el suspira derrotado. Sabe que es cierto.

—Está bien, sí, pasa algo —se agarra el cabello y se queda callado.

—Lo sabía. ¿Y bien? —lo presiono ya que al parecer no va a hablar por si sólo.

—Mis padres vienen de visita —suelta haciendo que yo me atragante con un pedazo de tostada lo cual hace que él suelte una carcajada y yo lo fulmine con la mirada—. Joder, sí hombre, yo se que es extraño pero es cierto, me llamaron esta mañana y me lo dijeron de la nada.

Es extraño porque hace un año que sus padres no lo visitan y eso había hecho qué el se sintiera mal, pues bien, no es que ellos siempre lo hayan hecho, pero antes solían visitarlo seguido y todo cambió hace un año cuando decidió dejar la carrera de derecho por la medicina.

—Pues... Felicidades hermano —le palmeo la espalda.

—¿Gracias? —reimos.

—¿Y estás preparado? —pregunto refiriéndome a tener organizado su apartamento y comida en el refrigerador.

—No —arqueo una ceja—. Por eso vine tan temprano, necesito que me acompañes.

—Hoy en la tarde tengo planes pero te acompaño a eso de las cinco ¿Bien?

—¿Planes? —pregunta frunciendo el ceño.

Simplemente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora