Capítulo| 45

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Jacob

Idiotizado.

Esa es la palabra correcta para mí en estos momentos. Joder, verla salir como toda una reina de su casa me ha puesto como idiota. Yo sabía que se iba a ver preciosa pero no me la imaginaba así. Soy un puto hombre con suerte; aún no sé qué hice para terminar aquí pero no me arrepiento ni un poco.

Se suponía que me iba a colocar una corbata del color de su vestido, pero terminé optando por una pajarita y al ver cómo me miraba me siento orgulloso de mi elección.

En menos de cinco minutos estaremos en casa de Mack, mientras mantengo su mano entrelazada con la mía sobre su muslo. La siento un poco ansiosa pero no quiero presionarla para que me cuente que le sucede, si confía en mi me lo dirá en cualquier momento; soy un hombre paciente.

–¿Los chicos que Mack contrato ya están allí? –pregunto sacando conversación y la siento tensarse un poco.

–Sí; ellos llegaron temprano para ayudarnos con las cosas. Se quedaron arreglándose mientras nosotras fuimos a mi casa.

–¿Y qué tal son?

–¿Ah?

–Los chicos –aclaro al ver su desconcierto–. ¿Si son buenos en lo suyo?

–Ah... Sí, son geniales –murmura mirando por la ventana–. Necesito decirte algo.

–Claro –digo estacionando el auto en el garaje de casa de Mack. Veo a los chicos bajarse con Alice y Mackensy haciéndonos señas de que nos esperan adentro. Me volteo nuevamente a Charlie–. ¿Qué sucede? –pregunto al verla morderse el labio intranquila.

–Es que... verás –me acomodo de lado para verla bien, pero ella no me mira–. ¿Podemos salir del auto?

–Claro, como quieras preciosa –ahora estoy un poco preocupado ¿qué es tan importante para que la tenga así? Salimos del auto y caminamos saliendo del estacionamiento en dirección al jardín de la casa. Una vez caminando entrelazo nuestras manos y la detengo –. Me estás preocupando preciosa, ¿Qué sucede?

–Oh, lo siento –me da un rápido beso en los labios y la sujeto de la cintura–. No debes preocuparte, sólo es algo que quiero contarte, nada más –asiento lentamente y ella sonríe derritiéndome por completo.

Es hermosa. Y es mi novia.

–Bueno preciosa, entonces dime –ella está por abrir la boca, pero un carraspeo a mi espalda la detiene.

–Mack me mando a buscarte, mi niña –un tipo de mas o menos mi edad me mira de arriba abajo, pero eso no me importa, lo que sí lo hace es el hecho de que el pelinegro acaba de decirle mi niña a Charlotte y eso me cabrea y lo hace un montón.

–¿Y tú quién diablos eres? –pregunto acercando a Charlie más a mí.

–Mmm... bueno, eso es algo que no debe importarte –su respuesta me hace alzar las cejas con asombro. ¿de qué va este tipo?

–Eso es obvio –respondo rodando los ojos–. No me importas tú, pero si el hecho de que acabas de decirle mi niña a MI novia –el tipo suelta una carcajada que hace que quiera darle un puñetazo, pero el agarre de Charlie me lo impide.

–¿Tú eres su novio? –pregunta y juro que le voy a tumbar todos los putos dientes.

–Nathaniel, ya basta –volteo a mirar a Charlotte quién no vi en qué momento se separó de mí y ahora se encuentra en medio de ambos.

–Pero si yo no estoy haciendo nada, mi niña –joder con el puto mi niña.

–Olvídalo nena –le digo a Charlotte entrelazando nuestras manos–. Vamos dentro, los chicos deben de estar esperándonos para iniciar esto.

Simplemente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora