Capítulo 21

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Llegó a casa tras su clase tardísimo. No había tomado el autobús a tiempo porque retrasó un poco la clase para compensar su retraso al llegar, y había decidido volver caminando hasta su barrio que no quedaba lejos precisamente.

Le dolían los pies de caminar con las incómodas zapatillas desgastadas, el hombro de cargar su bolsa y la carpeta de papeles y partituras y tenía las manos frías y rojas.

—¡Qué solita estás! ¿Buscas compañía? —Gritó un hombre visiblemente más mayor que Sohyun desde la acera de enfrente. Asqueada apretó los labios y aceleró el paso.

Le gustaría gritarle algunas cosas, pero comenzaba a caer la noche y nunca se veía muy valiente en esos casos. Quería llegar a casa y aunque pareciese raro, hablar con su hermano y encontrar algo de confort en él.
No quería molestar a su amiga con el tema de Doyoung, menos sabiendo que el chico realmente parecía gustarle. Necesitaba a Jaehyun.

—¡Eh! ¿Te ha comido la lengua el gato? —La voz se escuchó con mas fuerza y Sohyun tuvo miedo de que aquel tipo se le estuviera acercando. Ya podía ver la cuesta de su barrio, faltaba poco y tenía esperanza de evitarlo. —¡Guapita, te estoy hablando! —Repitió insistente.

Vio a los lejos a alguien en los contenedores de basura deshaciéndose de sus deshechos y rezo porque fuera otra mujer en la que buscar refugio o el mismísimo Jaehyun. Pero para su desgracia, si las cosas podían irle peor, la figura que tiraba la basura era Doyoung.

—Joder estoy harta de los hombres. —Gruñó. Intentó acelerar el paso y subir la calle sin que el pesado hombre viejo siguiese molestándola ni la viera Doyoung.

—¡Qué rápido mueves las patitas! ¡A ver si en la cama eres igual de rápida! —Con una mueca de asco se acercó a la esquina de la calle, lista para subir.

—¡Eh! —Sohyun detuvo la marcha. Esa era la voz de Doyoung. —Piérdete, déjala tranquila. —El señor murmuró un par de cosas y Sohyun se apoyó en la pared con los ojos cerrados sabiendo que Doyoung subía la calle hasta donde estaba ella. —¿Estás bien?

—Sí. Gracias. —El silencio reinó entre ambos. Ahora notoriamente mucho más incómodo y Sohyun carraspeó. —Puedes volver a casa, yo... Me marcharé en un rato. —Doyoung negó y se apoyó en la pared de ladrillo a su lado, quedando a una altura más baja.

—No. Podría volver. —Habló refiriéndose al hombre.

—En serio, no te preocupes, ya estoy al lado de casa y...

—Quieres hablar conmigo tan poco como yo contigo. —Interrumpió. —Pero no me marcho hasta que hayas entrado en casa. —Sohyun suspiró.

—¿Tanto te molestó saber que era yo? —Preguntó en voz baja. Llevaba el pelo recogido con una pinza y al apoyarse del todo contra la pared, se la clavó descuidadamente en la cabeza.

—Si supiste desde el primer momento que era yo el que te llamaba, ¿por qué no me lo dijiste? —Dijo agotado. —Es que... No lo entiendo.

—Te lo dije antes. —El semblante de Sohyun se tornó serio. —Separo mi vida de Sohyun de mi vida como consultora espiritual. —Cruzaron las miradas en silencio durante un rato y Sohyun se separó de la pared decidida a irse a casa. —Ah, Doyoung. —Se detuvo a metros del chico y rebuscó en el bolsillo trasero del pantalón. —Si acudiste a mi por respuestas, finalizaré de explicarte mi ultima tirada. —Sostuvo la carta del tarot que aun llevaba consigo entre su dedo índice y el corazón y jugueteó dándole la vuelta. —Saltó del mazo.

—¿Qué carta es? —Quiso saber el chico. Se acercó a donde estaba Sohyun y tomó la carta para examinarla. —¿El Diablo? Menuda tirada...

—Enfado, ira, celos... Todo lo malo que te puedas imaginar lo representa esta carta. —Puntuó. —Una situación sin escapatoria a un trágico destino; autoengaño y sabotaje, resentimiento... Una carta relacionada con capricornio y la prudencia así que si lo vas a intentar con Yujin, se prudente o mantente atrás.

—¿Relacionada con capricornio? Tú eres capricornio. —Dijo Doyoung levantando su vista de la carta.

—Sí, y tú un idiota. —Le arrebató el arcano de las manos y se giró para llegar a su casa. —Me duele que pensases que podría utilizar las cosas que me habías dicho abriéndote conmigo en tu contra, o que... te pudiese juzgar. —Continuó caminando y Doyoung le agarró de la muñeca, justo de la mano donde sostenía la carta.

—¿Y si... has leído mal las cartas? —Sohyun frunció el ceño. Vio donde su piel se encontraba con la de las yemas de los dedos de Doyoung y luego se centró en sus ojos oscuros

—Llevo años echando las cartas. No me equivoco Doyoung. —Se zafó de entre los dedos del chico y le miró con superioridad. —Allá tú si quieres mantenerte escéptico y no saber nada más de brujas ni de Sohyun. —Hizo el ademan de darse media vuelta otra vez y Doyoung volvió a detenerla.

—¡No, no! ¡Joder! Me refiero a... ¿Y si la carta está bien interpretada, pero ha fallado... el momento? —Sohyun volvió a arrugar el entrecejo. —¿Y si esa carta no hablaba de Yujin y mi relación con ella?

—¿Y de qué iba a hablar sino? Fue eso lo que preguntaste. —Espetó seria. —Doyoung estoy cansada y si vas a reprocharme otra vez que no te haya dicho que yo era la bruja, no quiero oírte. Compondré las tres canciones y te las enviar é al correo con el instrumental para que las grabes ¿vale? Tendrás tu diez y...

—¡Cállate un momento! —La sostuvo de los brazos e hizo que le mirase a la cara. —¿Y si la carta hablaba de nosotros? —Murmuró.

—Deja de decir locuras, lo único relacionado que el tarot te ha dicho conmigo fue el primer día.

—Hablas de todo lo malo, el conflicto, el enfado. Pero como un aviso, ir con prudencia para evitar el final trágico y... ¡todo eso!

—No me mates la cabeza de noche. ¡Suficiente tarot por hoy!

—¿Pero y si el final trágico con el que tengo que ser prudente eres tú? —Sohyun le miró en silencio y abrió la boca para reprochar.

—Que te hayas abierto conmigo no es algo que usaré en tu contra. ¿Qué tengo yo de final trágico? Mantengo la profesionalidad y sé que lo sabes muy bien.

—¿Qué tienes de trágico? —Doyoung chasqueó la lengua. —Siempre nos peleamos, nos echamos de todo en cara y sé tan bien como tú que rodarían cabezas entre nosotros. La ira, el resentimiento... Todo es claro entre nosotros. —Sohyun parpadeó un par de veces sorprendida y un mechón de su flequillo desfilado cayó sobre su rostro. —Mi final trágico es saber cómo son las cosas entre nosotros y aun así... Querer besarte.

—¿Qué? —La voz de la chica sonó aguda dada la sorpresa.

—Y a tomar por culo las cartas porque... ¡Porque no quiero ir con precaución! —Sohyun vio como el rostro decidido de Doyoung tiraba de sus muñecas hacía él.

Irónicamente, ella tampoco hizo nada para impedir que sus labios se chocasen con los de Doyoung aun a pesar de conocer a las mil maravillas las consecuencias que acarreaba un gesto como aquel entre ambos.

Doyoung sintió el tacto de los labios calientes contra los suyos y como su bolsa de tela se había deslizado por su brazo para acabar rozando sus dedos que rodeaban con suavidad las muñecas de la chica. Cerró los ojos con fuerza, tratando de ignorar por qué aquel roce entre sus labios se sentía tan mal pero a la vez, le gustaba tanto.

No pudo evitar sorprenderse cuando Sohyun le mordió el labio inferior y entreabrió los párpados sintiendo la enorme necesidad de darse un pellizco para verificar que todo eso estaba pasando en la vida real y no lo había soñado.

Le gustaba Sohyun. ¿Le gustaba Sohyun? No tenía respuestas para aquellas preguntas, y no se las iba a preguntar a su hechicera de confianza sabiendo que era nada más y nada menos la chica que le había revuelto cada día desde el inicio del curso.

Movió los labios vagamente poniendo en práctica lo poco que había visto en series y películas románticas de las que se sabía la banda sonora hasta del revés. Aflojó el agarre de las muñecas de la chica pero fue ella quien tomó los dedos de Doyoung entre los suyos. Ladearon sus rostros para evitar el ligero choque de sus narices y el moreno sintió su cuerpo entero estallar como si hubiera recibido un calambre.

Sohyun era todo lo que había estado buscando y todo lo que estaba mal.

Hard for me |Kim Doyoung; NCT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora