Capítulo 43

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Sohyun no creía que Doyoung le hubiera compuesto una canción a ella. No pudo aguantar las ganas de llorar que le producían el nudo en la garganta que se le estaba comenzando a formar y tomó a Doyoung de la mano para arrastrarlo hasta el teclado que tenía a un lado del salón. Ella se sentó con la partitura que le había regalado en frente y tras fijarse en el compás se dispuso a tocarla.

—Cántamela, por favor. —Pidió la chica. Doyoung asintió y acercó una silla para sentarse al lado de Sohyun. Aunque sabía la letra de memoria y había estado cantándola a menudo desde que empezó a componerla, quería estar cerca de Sohyun para ver sus manos acariciando las teclas del piano entonando la canción que le había regalado.

Comenzó a sonar la melodía y la voz de Doyoung la acompañó. Sohyun peleaba contra sus lagrimas para poder leer bien la partitura y no fallar ninguna nota, pero sucumbió cuando notó el brazo de Doyoung por encima de sus hombros y el piano dejó de escucharse en la sala.

—¿Te gusta? —Preguntó el chico.

—Me encanta. —Apretó los labios mientras asentía y pasaba sus ya empapados puños del jersey por su rostro una vez más. —Te ha quedado preciosa, tu voz le queda fenomenal.

—Gracias. Me alegra que te guste. —Dijo con sinceridad Doyoung.

—Oye Doyoung, cuando seas un cantante famoso saca esta canción, ¿vale? —El chico comenzó a reírse. —Lo digo en serio, quiero escucharla en la radio todos los días.

—Trato hecho. Pero solo si tu trabajas conmigo. —Sohyun le sonrió asintiendo y su momento se vio interrumpido por el teléfono de la chica, sonando en el sofá. ¿Por qué no podía estar más de media hora bien con Doyoung sin que alguien le llamara?

Lo tomó cuando vio el nombre de su hermano en el indicador de llamadas, con miedo después de la noche anterior pero confiando en él, que se había quedado en casa.

—¿Cómo qué no encuentras las ollas? ¿Eres idiota Jaehyun? —El motivo de llamada del castaño era tan trivial como sus dificultades en la cocina para hacer la comida, pero suficiente para que Sohyun tuviera que despedirse de Doyoung y volver a su piso a atender las estupideces que le surgían a su hermano. —Este niño es el más idiota que conozco. —Se quejó mientras Doyoung le ayudaba a ponerse el abrigo.

—No le culpes, intenta ayudarte. —Le excusó el chico acompañándola hasta el marco de la puerta.

—Sé que lo hace con buenas intenciones, pero la cocina es pequeña y a las ollas no les han salido patas, sigue siendo un estúpido aunque su voluntad sea buena. —El moreno se rio y Sohyun terminando de calzarse se dispuso a despedirse. —Bueno Doyoung, ya nos veremos, no se cuando pero lo haremos. —Se puso de puntillas para darle un beso, como acostumbraba, pero se detuvo avergonzada. —Eh... Perdón. La costumbre.

—Puedes besarme ¿sabes? —Dijo él. Sohyun negó frenéticamente y Doyoung frunció el ceño confundido.

—No, no. Si he decidido dejar esto es porque no quiero atarte a ningún sitio ¿vale? —Explicó. —Si mañana conoces a una chica o un chico o... ¡te enamoras de Taeyong! ¡Yo que sé! ¡Tienes todo el derecho a estar con esa persona!

—¡¿De Taeyong?!

—Oye yo no juzgo, yo también pasé por mi fase Taeyong y os he visto y...

—¡Sohyun! ¡Silencio! —Exclamó abriendo la puerta. —¡Me queda claro, no mas besos! —La empujó hasta el rellano mientras se reía, no queriendo irse de ahí. —Pero a partir de mañana, ¿vale? —Le robó un fugaz beso de despedida en los labios y Sohyun le miró boquiabierta.

—¡Kim Doyoung! ¡Ponme las cosas fáciles y coopera, inútil!

—¡Lo siento! —Se disculpó. —Pero lo necesitábamos los dos. Anda vete, márchate antes de que Jaehyun se ponga a hervir fideos en un macetero.

—Vale... —Sonrió dando un par de pasos hasta el ascensor y pulsando el botón para que llegara. —Adiós Doyoung.

—Adiós Sohyun, —El ascensor había llegado y ella abrió la puerta para entrar. —Te quiero. —Doyoung se despidió agitando la mano en cuanto la puerta se cerró tras ella y las quejas de la chica al oírle quedaron silenciadas y retenidas dentro del ascensor.

Doyoung entró a su casa de nuevo, dolido porque no sabía cuando podría volver a pasar un tiempo así con ella y aunque hubieran pasado segundos, sentía que ya la echaba de menos.


Le habían invadido unas ganas raras pero enormes de componer más y más canciones sobre Sohyun, sobre ellos dos. Quería hacer un repertorio musical entero que pudiera dedicarle a la chica, un Decamerón musical que pudiera cantarle a Sohyun y ver otra vez su reacción enternecida a sus canciones.

Volvió a desplomarse en el sofá y con su móvil, puso canciones de Taylor Swift de fondo que llenaron el vacío del salón, donde solo se percibían leves ruidos de la calle y el ronroneo de los gatos en la parte más alta del sillón.

No le parecía que aquello hubiera sido una ruptura, se había imaginado cortar con alguien como algo mucho más doloroso y agresivo, pero también tenía una idea hecha a raíz de las películas y las series de televisión que veía con su madre.

Con Sohyun todo había sido, y era, diferente a como se lo había imaginado. Fuera de lo convencional, de lo normalizado y establecido pero aun así, muchísimo más reconfortante y sano.

A pesar de que el tiempo que pasara con ella a partir de ahora fuera muchísimo menor, sentía que de esa manera valoraría aun más cada instante en el que los dos coincidieran en clase de composición.

Después de las navidades, el semestre estaba apunto de terminar y tendrían que presentar sus canciones y después de aquello, no sabía qué iba a pasar y la incertidumbre le desconcertaba y llenaba de agonía. Necesitaba saber qué venia después, qué iba a hacer. ¿Seguiría trabajando con Sohyun? ¿Coincidirían en las clases? Esperaba y deseaba que así fuera; que el año nuevo le trajese nuevas posibilidades de explorar su música junto a ella, de la que había aprendido muchísimas cosas.

Pasara lo que pasara con Sohyun, con él y con su relación; Doyoung siempre estaría agradecido con la bruja de pelo azul a la que aun le debía un par de zapatos nuevos.

Hard for me |Kim Doyoung; NCT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora