Jaehyun se sentía nuevo. Una persona renovada de pies a cabeza aunque hubiera pasado una semana desde que con la ayuda de su hermana había decidido cambiar el rumbo de su vida.
Sin fiestas, ni alcohol, ni drogas, ni sexo. Se había sorprendido al percatarse de que, lo que más echaba de menos de toda aquella vida eran sus amigos. Yuta le habría desfigurado la cara, pero Taeyong era importante para él y de verle casi cada noche o cada dos noches, había pasado desde la noche en la comisaría de policía sin ver a su amigo.
Le costaba madrugar, pero le mantenía entretenido el trabajo y le ayudaba a despejarse. Era colaborador en el programa de mañanas de la radio, presentado por su amigo Johnny con el que había quedado un par de veces a tomar algo y conocerse mejor. Su horario le hacía tener que dejar la casa por las mañanas a una hora muy temprana, y no se cruzaba con Sohyun hasta el mediodía cuando se veían para comer juntos.
Su objetivo principal había cambiado de evadirse y vivir las fiestas y s juventud al límite a ascender en su trabajo para que Sohyun no tuviera que trasnochar.
La chica había encontrado un trabajo, pero para su desgracia, en el único sitio donde le habían aceptado sin que se tuviera que cambiar el chillón color de pelo o sin que afectara a sus horarios de estudios era en la línea telefónica de atención al cliente de una empresa de fontanería.
Pensaba que un horario nocturno como el que tenía de doce de la madrugada hasta las seis de la mañana le permitiría descansar de vez en cuando, pero se sorprendió al ver la cantidad de gente que tenía problemas con las tuberías en plena noche.
Trabajaba las noches de los viernes y fines de semana, pero era suficiente para que su horario de sueño se trastocara de arriba abajo. Tendría que aguantar, al menos durante cuatro meses, en aquellas condiciones si quería ir más liberada con las deudas.
Sus compañeras de trabajo no ponían la situación fácil. Se tomaban libertades siendo veteranas y si el teléfono de Sohyun no sonaba una noche, le hacían atender las demás llamadas mientras ellas echaban una cabezada.
Había experimentado tres días de trabajo, agotadores, y sentía que ya había tenido suficiente para todo el mes.
No llegaba a casa hasta las siete, cuando los autobuses volvían a circular por la ciudad; y tenía que aprovechar los fines de semana para componer y hacer trabajos de la universidad aunque hubiera dormido solo dos horas porque de lunes a viernes tenía suficiente con ir a clase por la mañana y dar clases de música por la tarde.
El peor día sin duda alguna era el viernes. Se despertaba a las siete y no veía a Jaehyun, que se marchaba a trabajar a las seis de la mañana cada día laboral. Tenía clases en la universidad hasta la una del mediodía y después de venir y comer con Jaehyun, a las tres y media daba dos clases de música a un niño hiperactivo de familia adinerada cuyos padres creían que tocar la flauta le ayudaba a calmarse. Con la cabeza dándole vueltas después de dos horas con el pequeño Park Jisung y sus pésimas habilidades como flautista, volvía con el tiempo justo para ducharse y desconectar un poco con su hermano (si no optaba por echar alguna siestecita). Después de la cena, solo le quedaba apresurarse para tomar el último autobús de la noche que le acercase a las oficinas del trabajo y sufrir el comportamiento jerárquico de los demás trabajadores hasta las seis de la mañana.
Se había convertido en un vampiro, y con tanto ruido de teléfonos para aclarar que las tuberías de la gente no tragaban agua porque estaban llenas de bolas de pelo de sus gatos y anotar demasiadas incidencias, le había cogido asco hasta a su propio móvil.
Había hablado con Yujin un día de aquella semana, cruzándosela en el ascensor cuando volvía de dar una clase de música. Pero quitando a sus alumnos y a sus padres y madres, la única persona con la que cruzaba palabra era Jaehyun. Le alegraba escuchar las anécdotas del trabajo de Jaehyun a la hora de la comida; cómo se había perdido una memoria USB y al final la tenía en el bolsillo, como a Johnny se le había escapado una palabrota en directo y el equipo empezó a reírse...
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Hard for me |Kim Doyoung; NCT|
FanfictionKim Doyoung, que siempre ha sido extremadamente escéptico, se topa con un anuncio en el que una bruja ofrece sus servicios de hechicera. Un día, no siendo del todo él, cree que es buena idea llamar a la bruja para reírse un rato, pero la magia de la...