Hard for me |Kim Doyoung; NCT|

Capítulo 23

El tan esperado equinoccio de otoño, o Mabon, había llegado. Jaehyun y Sohyun se encontraban enfrente de la cafetería con sus mochilas y cestas; ambos vistiendo ropa cómoda y compartieron una mirada cómplice viendo a Yujin y Doyoung bajar la calle.

Los días anteriores a la quedada, a Sohyun se le había dado a la perfección ignorar todo lo que había pasado aunque sabía perfectamente que Doyoung en ocasiones se mostraba más tenso e incómodo, la chica había aprendido a actuar con total normalidad como si aquella noche de lunes no hubiera existido en sus vidas.

Jaehyun por otro lado, incapaz de enfrentar a la mejor amiga de su hermana mayor, había optado por un comportamiento más cauteloso, escondiéndose en la trastienda de la cafetería cuando la veía llegar y pidiéndole a uno de sus compañeros de trabajo que, si la morena preguntaba, le respondiese que estaba organizando pedidos o demás.

—¡Hola chicos! —Saludó Yujin. Como era normal, vestía una sudadera en tono pastel con un par de mallas cómodas.; al contrario del resto del grupo que llevaban puestos cada uno un par de pantalones holgados.

—¡Hola Yujin! —Sohyun se enganchó de su brazo y caminó con ella ignorando a los dos chicos hasta la parada del autobús. —¡Hace un montón que no nos vemos!

Entre las ajetreadas asignaturas y estudios de Yujin y las tardes de trabajo y composición de Sohyun, no habían coincidido mucho y aquello le molestaba especialmente a la peliazul, que tenía que confesarle a su amiga el incidente con Doyoung pero no lo había hecho todavía. Habían pasado 3 días y se sentía fatal por no habérselo contado. Deseó que Doyoung, que sí había quedado algunas tardes con Yujin, tampoco hubiera dicho nada de aquel beso de locos.

Tomaron el autobús que les dejaría en la zona alta de la ciudad y colindante al bosque. Justo al entrar tanto Yujin como Sohyun gritaron que se pedían ventana; comenzando así a discutir por ver quien se sentaba junto al cristal.

—Es igual, poneos cada una en un cristal, yo me sentaré contigo noona. —Habló Jaehyun. Sohyun se sentó en el asiento de la ventana, con esta a su derecha y justo a su lado se sentó su hermano.

En las mismas posiciones pero de los asientos de delante, se sentaron Yujin y Doyoung. El autobús no tardó en arrancar, y aunque el trayecto era algo lado debido a la distancia y las paradas que realizaba el vehículo, Sohyun se encargó de hacérselo pasar aun más tedioso a algunos de los presentes.

—...El equilibrio es perfecto hoy, entre absolutamente todo. —Sohyun llevaba un buen rato hablando para los tres de la festividad, curiosidades de los paisajes de la carretera o lo que se le pasara por la cabeza. —A parte de entre el día y la noche, que es lo más común porque de eso se trata el equinoccio, también entre las fuerzas de la naturaleza. Es... como si un día al año la balanza estuviera perfectamente en el medio, es satisfactorio saber que esto pasa y se deja atrás un ciclo que...

—¡Oh por favor, noona! —Protestó Jaehyun a su lado. —Cállate un poco, taladras la cabeza. —Se llevó las manos a las sienes y la peliazul abrió la boca sintiéndose ofendida.

—¡Pues duérmete si no quieres escuchar! —Replicó. —¿Verdad Yujin? —No obtuvo respuesta por parte de la chica. —¿Yujin? —Se levantó un poco de su asiento para ver el rostro de su amiga con la boca medio abierta, apoyada contra el cristal en el séptimo cielo probablemente. —¡Genial! —Jaehyun se rio al darse cuenta de que Yujin estaba dormida. —¡Nadie me escucha!

—Oh, yo sí te estaba escuchando. —Dijo Doyoung volteándose. —El equilibrio de Mabon y todo eso parecía interesante. —Sohyun le sonrió.

—¡Cámbiame el sitio Jaehyun! —Sohyun se levantó y pasó por encima de su hermano que quejándose se deslizó al asiento de la derecha. Ya en su nuevo sitio, Sohyun asomó la cabeza por el pasillo para hablarle únicamente a la única persona que parecía prestarle atención y prosiguió con su narrativa. —Como iba diciendo, es alucinante como se alcanza el equilibrio perfecto, por eso esta es mi temporada favorita del año. Además el paisaje es precioso cuando empiezan a caerse las hojas de los árboles es como un puente perfecto entre el invierno y el verano, un lugar de transición medido milimétricamente.