Sohyun se había ido a darle su clase particular a una de sus alumnas. Le daba clases de violín en un vecindario bastante adinerado y entre ella y algunos alumnos más de música conseguía pagar el alquiler.
Había salido de casa ignorando por completo a Jaehyun, se había despedido de Yujin sabiendo que ella volvería a su casa de enfrente en cuanto quisiera, pero había optado por no dirigirle la palabra a su hermanastro.
No estaba en absoluto de acuerdo con su decisión y se negaba a tener que contar con Jaehyun en casa si no ponía de su parte. Sabía que aun así, Jaehyun no dejaba de ser su hermano pequeño y por mucho que pareciese detestarlo, Sohyun no le dejaría irse a otro lado.
Tras terminar la clase de violín volvió a casa. Tenía llamadas perdidas en su número del consultorio esotérico, pero aquel día se negaba a escuchar y lidiar con los problemas de más personas. Suficiente tenía con los suyos.
Al llegar a las 8 de la tarde a casa, sabía que Jaehyun estaría con su portátil en el sofá quejándose de que no hubiera televisión en el piso y discutir con él era lo último que le apetecía. Aun no había tenido tiempo para ponerse a organizar sus horarios de la universidad, y ahora además tenía que hablar seriamente con Jaehyun para darle un ultimátum. O cumplía las reglas de su casa, o no tendría más remedio que echarlo.
Desconocía el motivo por el que su padre lo había echado y no tenía ni idea de qué podía ser. El señor Jung siempre se había mostrado algo hostil con ambos, pero la madre de Sohyun en cambio, siempre se había preocupado por los dos.
No había persona que Sohyun hubiera admirado más que a aquella mujer que la cuidó y mantuvo durante años completamente sola, antes de conocer al señor Jung. Incluso con Jaehyun en casa, la señora Kang se ocupaba perfectamente sola de los dos.
Sohyun no sabía que había visto su madre en alguien como el señor Jung, un completo hombre inútil que apenas movía un dedo en casa. Se excusaba en su trabajo y hacía que su madre cargara con todo.
Cerró la puerta de la casa y se sorprendió al no encontrarse a Jaehyun en el sofá. Escuchó ruido en la cocina y caminó hacía ahí, donde Jaehyun cocinaba un par de tortillas.
—Oh noona, ¿qué tal la clase? —Preguntó.
—¿Ahora tienes hambre? —Dijo Sohyun ignorándole mientras se quitaba el bolso y la chaqueta.
—No idiota, es la cena. Para los dos. —Sohyun abrió los ojos de golpe.
—¿Tú? ¿Haciendo la cena? Vaya... Tu padre ha debido de ser duro para que me hagas la pelota así. —Dijo con cinismo. Jaehyun terminó de hacer las tortillas y colocó cada una en un plato dirigiéndose al salón y dejando la comida en la mesa.
—Anda ven. Cenemos y te lo cuento.
—Voy a cambiarme primero. —Jaehyun asintió y mientras acababa de poner la mesa, Sohyun se puso cómoda.
Cenaron mientras Sohyun esperaba que su hermanastro le contase qué había pasado exactamente y por qué ella tenía que ser ahora un hotel para él y sus cosas.
—Dice que soy una carga y...
—En eso concuerdo con ese viejo. —Interrumpió Sohyun. Él suspiró y continuó ignorando a la chica.
—Se ha enfadado conmigo porque no llevo dinero a casa, estoy siempre fuera y he dejado los estudios. Me ha dicho que no parezco su hijo y que me perdiera por ahí "con la -cito textualmente- lastre de tu hermana" para no causarle más problemas.
—¿Disculpa? ¿Lastre de tu hermana? Ese payaso hace años que no me ve la cara. Me valgo y mantengo perfectamente yo sola, me hago cargo de mis estudios y...
—Ha vuelto a beber. Le pedí que no lo hiciera y que fuera un buen padre como Naeun y me ha echado de casa. —Dijo serio. Sohyun se mantuvo en silencio viendo como Jaehyun jugueteaba con un trozo de tortilla sin comérsela. —Ha tirado mis cosas fuera y llevo con las maletas hechas y sin volver a casa todo el día. Sé que no te caigo bien y estoy cansado de ser un lastre para todo el mundo pero déjame quedarme al menos esta noche noona. —Jaehyun le miró y Sohyun tragó saliva.
—Jaehyun voy a poner unas reglas y juro por el olimpo que voy a ser extremadamente estricta. Me dan igual las movidas que hayas tenido con tu padre, si no cumples las reglas de mi casa, la que te echa soy yo. —Jaehyun asintió. —Primero: No harás nada ilegal en mi casa; en serio Jaehyun: Nada. —Reiteró. —Nada de farmacéuticas Lee y toda esa puta mierda, tienes que empezar a centrarte.
—Pero mis amigos...
—Pero mi trasero Yoonoh.
—¡No me llames Yoonoh! —Exclamó. Sohyun sabía que aquel nombre, solo lo utilizaron con frecuencia su madre biológica y Kang Naeun, su madre. Pero de pequeña se había acostumbrado a escucharlo y en ocasiones, se refería así a Jaehyun.
—Perdón, perdón. —Se disculpó la chica. —Segundo, nada de jugar con chicas. Y como me entere de que acabas comportándote como el gilipollas de Yuta o te conviertes en un puñetero controlador te comes la patada de tu vida.
—Noona sabes que no soy así. —Dijo frunciendo el ceño. —Solo me gusta divertirme y follar y hay chicas dispuestas a ello sin ningún tipo de compromiso. Tanto tú como Taeyong sabéis de primera mano que aunque me niegue a comprometerme, jamás haría daño a una mujer como ha hecho Yuta. —Sohyun asintió.
—Tercero; busca un trabajo estable Jaehyun ¿te lo defino? Es-ta-ble. Parte de tu sueldo tiene que ayudar a pagar el alquiler.
—De acuerdo.
—Y por último: ayuda con las tareas de casa. No quiero desorden, no quiero ruido, no quiero suciedad, no quiero pasta de dientes sin cerrar, no quiero platos sucios y no quiero montañas de ropa sucia, ¿queda claro? —Jaehyun asintió. —Hazte unos horarios para trabajar en la cafetería y cooperar en casa y no me molestes cuando trabajo. Tú habrás decidido mandar a la mierda tus estudios, pero yo empiezo una carrera para colocarme en el mundo laboral.
—Joder noona... Un poco de tacto no.
—Friega los platos Jaehyun. Sabes perfectamente que no te quiero aquí, así que un fallo en las normas: y a la calle.
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Hard for me |Kim Doyoung; NCT|
FanfictionKim Doyoung, que siempre ha sido extremadamente escéptico, se topa con un anuncio en el que una bruja ofrece sus servicios de hechicera. Un día, no siendo del todo él, cree que es buena idea llamar a la bruja para reírse un rato, pero la magia de la...