Eli Clark

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You are in love.
Au; vida normal.

Miré el reloj que se encontraba en la sala de estar una vez más con nerviosismo, la hora sería pronto y apenas podía mantenerme de pie debido a los nervios

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Miré el reloj que se encontraba en la sala de estar una vez más con nerviosismo, la hora sería pronto y apenas podía mantenerme de pie debido a los nervios.

—Todavía puedes arrepentirte –la voz de mi hermano mayor sonó por la habitación, golpeé su brazo dirigiéndole una mirada de indignación.

—¿Qué? ¿Realmente quieres hacerlo? No es tarde para decir que no –esta vez reconocí la voz de Naib, a quién le lancé uno de los bombones que se encontraba en la mesa.

—Ya les dije que estoy segura –sabía que lo decían de broma, pero habían estado diciendo lo mismo las últimas dos horas.

—Cómo tú digas –mi hermano; Norton se encogió en hombros divertido, el reloj de la habitación marcó las 5:30 p.m, era hora.

—Si me dejas caer voy a patear tu trasero tan fuerte que recordarás a nuestros antepasados –le advertí mientras entrelazaba mi brazo con el suyo.

–Cuidado con donde pisas, enana –Naib salió de la habitación, debía irse antes de que nosotros saliéramos.

—Papá estaría orgulloso de la mujer en la que te convertiste –sus palabras hicieron que mi corazón se encogiera.

—Me harás llorar y me veré horrible –ambos reímos, la marcha nupcial comenzó a sonar.

—¿Estás lista? –preguntó, asentí aferrándome a su brazo casi como si mi vida dependiera de ello y comenzamos a caminar.

Cuando pude observar mejor la decoración estaba boquiabierta, Fiona había sido la mejor opción cuando le pedí ayuda para organizar nuestra boda.

—Fiona se lució –pareció que había leído los pensamientos que cruzaban mi cabeza, sonreí.

—Es hermoso –el lugar me había encantado y era apenas la entrada, no podía esperar a ver el pasillo por el cual finalmente me casaría con la persona que tanto amaba.

—¿Nerviosa? –moví mi cabeza afirmando lo que me había preguntado, sonrió —No te preocupes por eso, estoy seguro de que cuando lo veas olvidarás todo y serás muy feliz.

Sus palabras me emocionaron más de lo que había estado estos últimos meses, al girar para caminar hacia el pasillo pude verlo esperándome al final de este, Norton tenía razón. Inconscientemente sonreí al verlo, mi estómago parecía un zoológico y mi corazón latía con fuerza bombeando sangre con rapidez, estaba extasiada. Había imaginado millones de veces cómo sería este día, debía admitir que me sentía mejor de lo que imaginé.

—Más te vale cuidarla o tendré que golpearte –le advirtió cuando llegamos hasta donde se encontraba y extendió mi mano hacia la suya.

—La cuidaré muy bien, lo prometo –rió levemente mientras tomaba mi mano y me acercaba a el, ayudándome a subir los escalones —Todos los días eres hermosa, pero hoy estás radiante.

Mis mejillas se tiñeron al escucharlo, la boda transcurrió de forma normal a partir de ahí hasta que llegamos a la parte dónde se decía "que hable ahora o calle para siempre" en realidad no me preocupé, estaba segura de que nadie lo haría.

Norton vió que Naib estaba a punto de levantarse, por lo que lo tomó del saco —Ni se te ocurra arruinar la boda de mi hermanita con tus ocurrencias –el castaño lo miró como un niño pequeño al que le habían quitado su juguete.

—Oh vamos, siempre he querido decir eso en una boda –comentó divertido, Norton negó con la cabeza.

—Puedes hacerlo en la boda de Mary, ahora cállate y no hagas nada –lo pensó durante un momento y finalmente asintió.

Al haber silencio la boda continuó, no podía describir como me sentía pero si tuviese que utilizar una palabra, diría que estaba enamorada.

(...)

—Y como soy el hermano de la novia, daré un discurso en nombre de nuestra familia –Norton tomó el micrófono.

—Aquí vamos –me hacía una idea de lo que diría, comenzó a hablar.

—Mi pequeña hermanita _____ es lo más valioso e importante que tengo en mi vida –en sus ojos se acumularon lágrimas —Confío en que no harás nada para herirla, porque tengo un amigo que es policía y le diré que te arreste –su pequeño chiste causó que todos riéramos, tomó con fuerza la copa y la levantó —Así que propongo un brindis, ¡por mi hermosa hermanita y su tonto esposo!

Reímos, Norton nunca dejaría de ser ese pequeño niño que me cuidaba desde mi nacimiento.

—Mi turno –Eli se levantó dejando un beso en mi frente y caminó hacia el escenario, al subir Norton lo abrazó al mismo tiempo que lloraba y le pasaba el micrófono.

Esperaba que eso estuviera en la grabación o no podría molestar a Norton diciéndole que lloró como un bebé el día de mi boda.

—Antes que nada, buenas noches a todos y muchas gracias por acompañarnos en este día tan especial –por como se acomodaba la corbata y movía sus manos, supe que se encontraba nervioso —Vaya, tenía planeado todo un discurso y ahora me siento igual de nervioso que el día que le propuse matrimonio a ______.

—¡Yo estaba ahí! ¡Casi se desmaya de los nervios! –entre las demás mesas pude distinguir la voz de Fiona.

—¡El pobre apenas podía decir hola sin tartamudear! –le siguió Mary, el rostro de Eli se encontraba rojo.

—Bueno, ese no es el punto –rió mientras rascaba su nuca aún nervioso —____, cuando te conocí sentí algo que nunca había experimentado con otra persona. Me haces sentir completo, como si hubiéramos estado destinados a encontrarnos desde el principio, me tomó algunos años encontrarte y debo admitir que no me arrepiento de haber chocado contigo durante ese día nevado, de otra forma no te hubiera conocido. Amo todo de ti y no hay nada que no haría para ver que siempre estés feliz...no sé como se siente estar enamorado, pero supongo que se siente de esta forma; eres la única persona en el mundo que me conoce mejor que nadie, me gusta estar contigo porque me inspiras a ser mejor persona y me gustaría llevarte conmigo para siempre. Eres la única persona que me conoce y acepta, crees en mi antes que nadie o cuando nadie más lo hizo —hubo un pequeño silencio, ambos llorabamos a mares —Y no importa que pase siempre te amaré, nada puede cambiar eso.

—La hiciste llorar –se burló Norton mientras se acercaba a abrazarme, me había quedado sin palabras.

—Brindo por mi bella esposa –levantó su copa al igual que los demás, después de chocarlas y beber un poco de su contenido bajó del escenario.

Caminó hasta donde me encontraba aún llorando por las lindas palabras que me había dedicado, sus manos se colocaron en mis mejillas y las limpió.

—¿Sería tan amable de concederme esta pieza, señora Clark? –me lancé a sus brazos abrazándolo como si fuese a desaparecer en cualquier comentario.

—Te amo –recargó su cabeza en mi hombro y sonrió pasando sus brazos por mi cintura para abrazarme.

—Te amo más, amor.

Chérie - identity v | o.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora