Dificultades
La forma en la que te había conocido era diferente a la de los demás en la mansión. Sus caminos se cruzaron hace dos años, lo habías conocido en una noche cuando habías ido al cementerio para visitar a tus padres. Te encontrabas mal, cuando ambos se habían ido dejaron un hueco en tu corazón que creías no podía llenarse con otra cosa, por eso tomaste la decisión de matarte, o al menos eso planeabas cuando te encontró. Te observó a la lejanía, por lo general las personas no iban a altas horas de la noche, pero ahí estabas tu; llorando desconsoladamente mientras repetías una y otra vez lo mucho que lo sentías.¿Por qué lo sentías? se preguntó, se acercó de poco a poco, solo para asegurarse de que te encontrabas bien, quien sabe, quizá estabas ebria y lo único que necesitabas era descansar. Mientras se acercaba a ti, se enteró de lo que pretendías, pudo dejar las cosas y no interferir en tan dura decisión, sin embargo, decidió interferir. Esa noche fue como si no pudiera controlar sus acciones, en un parpadeo ya estaba a tu lado ofreciéndote consuelo, al principio no comprendías porque un extraño te brindaría apoyo emocional, pero era lo que necesitabas en ese momento. No querías sentirte sola en este gran mundo lleno de personas malas.
Todo ocurrió de una forma "cliché", había llegado en un momento duro de tu vida y te salvó del agujero en el que te encontrabas, comenzaste a visitarlo todos los días, hablaban durante horas y al amanecer te marchabas para ir a tu trabajo, eras organizadora de eventos. Así pasaron dos años, en los cuales las cosas entre ustedes se intensificaban más al punto de sentir que no podían vivir sin el otro, pero todo eso cambió cuando Andrew recibió una carta, sabías lo mal que la había pasado en su infancia por lo que no tuviste objeción cuando preguntó lo que opinabas, sabías que estaría lejos durante mucho tiempo pero eso no importaba. Tu corazón era completamente suyo.
Los primeros días fueron los más dolorosos, a pesar de su trabajo estabas acostumbrada a su presencia en la casa durante el día, pues trabajabas desde ahí. Solías mandarle cartas, no te había dado muchos detalles sobre el juego al que había sido invitado, pero estabas segura de que estaba bien. Algunas de ellas eran respondidas y otras simplemente no, te alegraba saber que había hecho varios amigos; pues tú eras la única que tenía. Las dificultades se hicieron presentes cinco meses después de su partida, si bien no estaban muy lejos el uno del otro, te había dejado muy claro que no debías ir a visitarlo, hasta ahora habías cumplido con esa promesa, pero comenzabas a sentirte sola.
Lo único bueno de tu trabajo era que te mantenía bastante ocupada la mayor parte del día, debías salir a comprar varias cosas, hacer llamadas y costear lo que se pagaría por los eventos. Una mañana llegó una carta con el mismo sobre que tenían las cartas que Andrew te enviaba, pero esa no estaba firmada a su nombre, sino por el de la mansión. La leíste con curiosidad, en ella te invitaban a trabajar para ellos, pero no como jugador, más bien como "asistente" si así podía llamarse. Te dejaban a cargo de todos los eventos que realizaban cada temporada, lo viste como una oportunidad para estar más cerca de Andrew por lo que aceptaste y en dos días te encontrabas siendo recibida por un mayordomo. Tu primera impresión al ver el lugar con detalle fue lo escalofriante que era, tenía un aura que provocaba escalofríos; debías acostumbrarte, pues de ahora en adelante sería tu nuevo hogar durante un tiempo indefinido.
Imagina la sorpresa y emoción en el rostro de Andrew cuando te presentaste como trabajadora, sin embargo, también se encontraba preocupado por tu bienestar, si bien sabía que no participarías en los juegos, no quería que te ocurriera algo; eras su todo. Durante la noche lograba escabullirse hasta tu habitación, donde dormían abrazados hasta que amanecía y debía marcharse a su habitación. Una de esas muchas noches Andrew no lograba dormir, pensaba en lo poco que había vivido hasta ahora, lo único que había amado y lo había hecho feliz hasta ahora era su madre y por supuesto, tu.
—_____ –te llamó mientras movía un poco tu hombro, abriste un ojo y al verlo despierto, tallaste tu rostro preguntándote que ocurría.
—Si, ¿Andrew? –sonreíste un poco, cosa que provocó que también sonriera.
—¿Te casarías conmigo? –tus ojos se abrieron como platos, claro que para nada te esperabas tal pregunta y mucho menos en este contexto.
—¿Q-qué? –su rostro pálido adquirió un color rosado y bajó su mirada avergonzado.
—Estaba pensando, eres la única persona que no me apartó y ha estado conmigo sin tratarme como un monstruo, ¿lo soy? –abriste la boca para hablar, te interrumpió –Te amo, eres lo único que le da sentido a mi vida. Eres mi todo y quiero compartir el resto mi vida contigo si me lo permites.
Las lágrimas se acumularon en tus ojos, Andrew siempre había sido un chico tímido que prefería reservar sus pensamientos para si mismo, por lo que el simple hecho de que se abriera de esa forma contigo te hacía más que feliz. No lo dudaste cuando lo envolviste en tus brazos, no tenías idea de lo mal que se sentía consigo mismo y ahora tenías un nuevo objetivo; enseñarle a amarse.
—No existe un humano perfecto Andrew, todos tenemos defectos, después de todo es lo que nos hace ser humanos y lo que nos hace ser nosotros mismos. De otra forma seríamos todos iguales, como unos robots, la vida sería monótona y aburrida –una mueca graciosa se formó en tu rostro, esto provocó que riera un poco –Si vives preocupándote por lo que las personas piensen sobre ti, nunca vas a poder vivir bien.
Sonrió de lado mientras te abrazaba más, se sentía cómodo hablando sobre sus pensamientos contigo, de ahora en adelante se abriría más contigo.
—Vamos a vivir una sola vez, si quieres pintarte el cabello, píntalo; si te gusta una persona, cuéntale al respecto; si quieres bailar, ¡maldita sea, házlo! –te levantaste de un brinco de la cama, extendiendo tu mano hacia el, que te miró confundido más la tomó.
Comenzaste a brincar sobre la cama mientras gritabas entusiasmada, Andrew al principio creyó que los demás se molestarían por el escándalo, pero después de unos segundos debatiendo consigo mismo comenzó a hacer lo mismo que tu, tenías razón.
—Sobre tu propuesta, ¡sí quiero casarme conmigo Andrew! –brincaste a sus brazos, provocando que ante el acto inesperado ambos cayeran al suelo entre risas.
—¡¿Podrían callarse!? ¡Algunos tenemos partidas temprano! –la voz de Jack se escuchó por todo el lugar, provocando que rieran.
—¡Yo estoy feliz! ¡Andrew y ____ se van a casar, felicidades! –esta vez fue Michiko quien gritó, tal vez habían hecho un poco de ruido.
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Chérie - identity v | o.s
Fanfiction- ̗̀🥀┊Con este libro de one-shots, les traigo capítulos con sus personajes favoritos. - ̗̀🥀┊Actualizaciones lentas. - ̗̀🥀┊Se recomienda leer el libro con el fondo negro para poder apreciar mejor los separadores, disfruten la...