Escenario

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Me pareció que sería divertido hacer eso así que, es un pedido de mi para mi, ahr. Si les gusta este tipo de contenido no olviden hacérmelo saber, pueden dejar sugerencias si así lo desean.;)

Es el día de tu cumpleaños y todos intentan hacerte una fiesta sorpresa, ¿qué puede salir mal?

—Mary, ¿viste el libro que estaba leyendo el otro día? –preguntó la joven albina a la platinada, esta última se sobresaltó pues no la había escuchado llegar

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—Mary, ¿viste el libro que estaba leyendo el otro día? –preguntó la joven albina a la platinada, esta última se sobresaltó pues no la había escuchado llegar.

—¿Qué es un libro? –decidió hacerse la tonta pensando que la habías visto con las decoraciones las cuales escondió detrás de ellas, sin embargo, había exagerado un poco.

Frunciste el entrecejo y reíste divertida, te acercaste un poco.

—¿Te sientes bien? –comenzó a caminar de espaldas hacia su habitación.

—¡Estoy excelente, tengo que irme! –se apresuró a entrar a su habitación, sacudiste la cabeza olvidando el reciente suceso y decidiste ir a la biblioteca, era probable que lo dejaras ahí.

Mary no había sido la primer en actuar extraño, Mike; por ejemplo te había preguntado »¿qué era un pastel?« cuando se encontraron después del desayuno y ni hablar de Víctor, quién había fingido que no te escuchaba para evitar hablar contigo.

—¿Hay alguien aquí? –preguntaste mientras abrías la puerta de la biblioteca, silencio.

Sin más, te encaminaste hacia la sección con la letra del libro que estabas leyendo esa mañana, un libro sobre microbiología.

Miraste entre los estantes buscando el libro que habías perdido, tal vez alguien lo encontró y lo habrá puesto en su lugar correspondiente. Especialmente porque a Michiko le encantaba que las cosas estuvieran limpias y en orden, parecía la madre del hogar yendo detrás de todos pidiéndoles que limpiaran o recogieran cualquier cosa que usaran, era divertido verla regañar a alguien por no hacerlo como debía.

Una vez incluso te había hecho limpiar el comedor más de cinco veces como castigo por haber comenzado una guerra de comida, según había dicho ella »La disciplina y el orden van de la mano« así que después de un buen regaño, pasaste horas limpiando el comedor hasta que brillara por todos lados.

—¡Booo! –alguien gritó mientras colocaba sus manos sobre tus hombros, en un acto de reflejo tomaste del brazo a esa persona y lo estrellaste contra el librero provocando que este tambaleara y algunos libros cayeran al suelo —¡Auch! Debo admitir que no esperaba este tipo de reacción por tu parte.

Chérie - identity v | o.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora