Joseph Desaulniers

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Humana.
Aclaración; la madre de rayita juega como cazadora en la mansión.

—¡No ____, lo sigues haciendo mal! –gritó tu madre nuevamente, contaste mentalmente intentando contener lo que querías decirle, Hastur y Jack te miraban de lejos

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—¡No ____, lo sigues haciendo mal! –gritó tu madre nuevamente, contaste mentalmente intentando contener lo que querías decirle, Hastur y Jack te miraban de lejos.

—¿No crees que su madre es muy dura con ella? –preguntó Jack, Naib que recién había llegado respondió por el cazador.

—¿Dura? es una perra –Hastur se echó a reír, era lo que diría pero más fuerte y hostil, nada raro en los comentarios del mercenario.

—Yo iba a decir que no debía tratarla así simplemente por ser su madre, pero lo que dijo Naib lo explica mejor –asintió, los tres jóvenes posaron su mirada en ti, que huías de tu madre y sus portales.

Estabas cansada, llevaban tres horas "entrenando" como tu madre había dicho para que mejoraras, quería que fueras la mejor en todo.

—Ni siquiera entiendo porque entrena con ella si sabe que no las van a poner juntas, va contra las reglas –se quejó Jack.

—Esas reglas son nuevas, ya no permiten que Emma juegue contra Leo –dijo Vera metiéndose a la conversación.

—¿Hoy es el día de metanse a la conversación de Jack y Hastur? –el de varios ojos se cruzó de brazos, la presencia de Naib no le molestaba, pero Vera podía ser molesta muchas veces, maldito perfume.

—No te molestes pulpito –el rostro de Hastur enrojeció de la ira, pero antes de que pudiera darle una buena golpiza a Naib, tu madre lo llamó.

—Hastur, querido, ¿pues venir un momento? –preguntó, parpadeó un par de veces asimilando lo que había dicho y se señaló así mismo –Sí cariño, no hay otro Hastur en este lugar.

Comenzó a caminar hacia la dirección en la que se encontraban, tu madre pasó su brazo por los hombros del pelirrojo y comenzó a hablar.

—____ quiero que mires a Hastur, el es bueno en todorecalcó ambas palabras, el cazador frunció el entrecejo y te pidió disculpas con la mirada.

—Quédate con el entonces –te encogiste en hombros, estabas cansada de la actitud de tu madre –Todo estaba perfecto hasta que llegaste, gracias por arruinarlo.

Tus palabras enfurecieron a Amy, tu madre. Se acercó a ti olvidando totalmente a Hastur y te proporcionó una bofetada que dejó su mano marcada en tu mejilla izquierda.

—Yo te dí a luz –te reíste, siempre que la confrontabas comenzaba con la misma historia de "yo te dí la vida, yo te cuidé" le gustaba resaltar que había hecho cosas por ti.

—¡Felicidades! ¿debo aplaudirte por hacerte cargo de algo que claramente era tu responsabilidad? perdóname, pero yo no decidí si quería nacer o no, fue tu decisión –por su mirada supiste que se había quedado sin palabras, sostuviste su mirada y cuando no dijo nada comenzaste a caminar hacia la salida del mapa de la iglesia, era uno de los más espaciosos para practicar.

—¡_____! ¡Vuelve acá, no hemos terminado! –te ordenó, te giraste mientras continuabas caminando de espaldas.

—Yo ya terminé –te encogiste en hombros, sabías de sobra que habías hecho lo correcto.

—Eso fue intenso –Hastur regresó con Jack y Naib, el de ojos azules sonrió.

—Yo creo que tomó la mejor decisión, era hora de que alguien la pusiera en su lugar –dicho esto caminó en la misma dirección por la que habías ido siendo seguido por ambos cazadores.

—Tal vez su madre necesita un loquero, saben de que hablo –Jack hizo una seña extraña y Hastur le miró extrañado.

—Todos en la mansión lo necesitan –simplemente sacudió su cabeza y siguió caminando.

Perdieron durante unos segundos de vista a Naib, lo miraron afuera de una habitación observando por el pequeño espacio de la puerta al interior, les hizo una seña para que se callaran y señaló dentro de la habitación.

—Puedo hacer todo lo que ella quiere, pero no es suficiente –escucharon una voz femenina, claramente la tuya, Naib les volvió a hacer una seña para que siguieran escuchando.

—Es muy dura con usted, ¿no es así? –Jack rodó los ojos, le había dicho muchas veces a Joseph que no fuera tan formal a la hora de hablarle a la persona que le gustaba pero parecía no entender o no querer hacerlo.

—Te he dicho que puedes hablarme de tu, Joseph –reíste un poco limpiando tus mejillas y sus mejillas ardieron —Pero creo que es adorable.

—Lady _____ –se corrigió al instante con un notorio color rojizo en sus mejillas —____, no necesitas esforzarte para agradarle a tu madre o intentar ser lo que ella quiere que seas. Eres una humana y ninguno es perfecto, todos tenemos nuestros defectos y esos son los que nos hacen quienes somos.

Sus palabras levantaron tu ánimo como nunca lo habían hecho, lo envolviste en tus brazos, pasándolos por su cuello y pegándolo a ti.

—Gracias Joseph –no supo si corresponder tu abrazo, por lo que finalmente después de un pequeño debate consigo mismo optó por envolver sus brazos alrededor de tu espalda baja con una gran sonrisa en el rostro.

—No dejes que eso te afecte, no tiene derecho a llegar y cambiar tu esencia solo porque a ella no le es suficiente, todos te aman ____ —no era mentira, tenías un fuerte lazo con todos en la mansión y agradecías poder llamarlos familia.

—En verdad gracias, siempre estás ahí, levantando mi humor –el sonrió.

—Para eso están los amigos –tanto a el, como a ti esa palabra había dolido, amigos.

Fuera de la habitación Jack quería entrar a ahorcar a Joseph, estaban tan cerca de confesar lo que sentían por el otro hasta que lo había arruinando con esa frase.

—Maldito enano –mustió siendo callado por Hastur y Naib.

—Sí, lo sé –le diste tu mejor sonrisa de "estoy bien, no pasa nada" y te levantaste del sillón, separándote de el —Debo ir a...ya sabes, preparar lo que utilizaré en las partidas de hoy.

Asintió y después de desearte suerte, saliste de la habitación al mismo tiempo que tus amigos corrían a buscar donde esconderse. Ojalá pudieran ser algo más que amigos.

Chérie - identity v | o.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora