- ̗̀🥀┊Con este libro de one-shots, les traigo
capítulos con sus personajes favoritos.
- ̗̀🥀┊Actualizaciones lentas.
- ̗̀🥀┊Se recomienda leer el libro con el
fondo negro para poder apreciar mejor
los separadores, disfruten la...
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—¡Sal de aquí _____! –el grito de Melly se escuchó por gran parte del mapa.
Suspiraste mientras comenzabas a correr lejos de la silla cohete que acababa de salir por los aires, sabías que te había visto así que debías darte prisa antes de que fuera tarde. Podías sentir tu corazón latiendo fuertemente contra tu pecho con cada paso mientras corrías hacia el interior de la iglesia en el intento de perder a tu cazador, más te seguía muy de cerca pisándote los talones. Eras la última de tu equipo que quedaba, pues Tracy, Patricia y Melly ya habían sido eliminadas, eras de rescate y te sentías culpable por no haber llegado a tiempo cuando Melly se encontraba en su segunda vez en la silla, lo peor es que la última máquina estaba a punto de ser terminada.
Cuando ibas camino a salvar a Tracy habías visto la escotilla, se encontraba por la zona del cementerio, procurabas correr mirando hacia atrás, sabías que podía usar su paraguas para alcanzarte en cualquier momento. Saltaste una ventana y sentiste una pizca de esperanza al ver la escotilla a unos metros, tu cazador aprovechó ese momento para utilizar el paraguas, adelantándose y quedando frente a ti. Te sorprendiste y retrocediste unos cuantos pasos tropezándote con tus propios pies y como consecuencia cayendo al suelo, comenzaste a arrastrarte mientras el se acercaba lentamente a ti, podías suplicarle que te dejase ir, pero sería perder tu orgullo, pues tenías un historial bastante largo y curioso con el. Siempre peleando por quien era mejor y dejándote para el final en todas las partidas.
—Está bien, ganaste por esta vez –tu voz fue temblorosa, había algo diferente en el ambiente que te provocaba escalofríos.
Se inclinó hacia ti atando la campana a su cintura, te tomó de la barbilla y acercó su rostro al tuyo con esa sonrisa, esa maldita sonrisa que te hacía sentir cosquilleos cada vez que te dedicaba una.
—Por poco me arruinas la victoria, solo porque lo hiciste bien te dejaré ir, _____ –dicho esto se alejó rápidamente de ti, caminando lejos de la escotilla.
Te levantaste confundida y tocaste tu barbilla dudando si eso realmente había ocurrido o había sido alucinación tuya. Caminaste con lentitud hacia ella y dudaste en entrar, mientras una parte de ti quería marcharse para limpiar toda la tierra que llevabas encima la otra pedía a gritos que lo siguieras para exigir una explicación sobre lo que acababa de ocurrir. Decidiste irte, podrías conversar con el durante la cena después de darte un largo y relajante baño, ser de rescate no era nada fácil, muchas veces debías correr tras tus compañeros para evitar que los cazadores los golpearan y ataran. En cuanto Emily te vió subir las escaleras hacia tu habitación se ofreció a acompañarte, pues había notado la sangre que corría por tu brazo.
—Tu ropa está rasgada –una mueca se formó en tu rostro, recordaste que había sido rasgada cuando corrías para salvar a Tracy por primera vez.
—Está bien, es solo un suéter –ella sonrió de lado, todos estaban al tanto de lo mucho que ese suéter significaba para ti, sin embargo, asintió.
–¿Partida difícil? –preguntó mientras colocaba el algodón con alcohol sobre tu brazo y después en tu espalda, te moviste un poco al sentir el ardor sobre tu piel expuesta.
—Demasiado, Wu Chang realmente se esfuerza por fastidiarme los rescates –rió un poco, ya había vivido lo que era tenerlos a ambos en una partida, había más tensión que de costumbre por sus fuertes personalidades, chocaban mucho; eran como el fuego y el hielo.
—Pero lograste escapar, ¿no? –pensaste en ser honesta con ella, pero simplemente asentiste con una suave sonrisa en tu rostro —Terminé, dejaré las pastillas para el dolor en donde siempre –sacó la caja de pastillas de su uniforme y las dejó sobre el mueble junto a la puerta para después salir cerrando detrás de si misma.
Cuando te metiste a la ducha un millón de pensamientos cruzaban tu cabeza, entre ellos el que más se repetía era ¿por qué había decidido dejarte ir? se supone que se odiaban mutuamente, debía ser gratificante poder restregar en tu rostro que te había atrapado metros antes de llegar a la escotilla y te había eliminado.
Sacudiste la cabeza y suspiraste alejando tus pensamientos sobre cazador, miraste tu brazo y sentiste una increíble nostalgia al recordar tu suéter te invadió, tu mejor amiga te lo había regalado meses antes de fallecer por una enfermedad. Al salir de la ducha lo miraste sobre la cama, lo tomaste y saliste de la habitación caminando hacia el comedor para la cena, lo tiraste al bote de basura después de pasar algunos minutos mirándolo anonadada, no querías deshacerte de el pero no tenías opción, estaba lleno de tierra, sangre y roto.
Entraste al comedor y buscaste a Wu Chang con la mirada, no lo viste por ninguna parte por lo que simplemente tomaste asiento entre Naib y Eli, tus mejores amigos. Eli percibió la tristeza que había en ti pero decidió no decir nada, eras como una caja fuerte y hasta ahora nadie había logrado hacer que tú corazón se ablandara, lo poco que sabían sobre ti y porque estabas ahí era lo que les habían contado antes de que llegarás y algún que otro detalle porque habías decidido comentarlo.
Mientras comías una de las galletas que Mary y Michiko habían preparado, te percataste de que se encontraba al otro lado de la mesa, exactamente frente a ti. Al mirarte alzó una ceja, te cruzaste de brazos y lo miraste de la misma forma, retándolo. Se levantó de la mesa, casi diciéndote que fueras detrás de el con una mirada, mordiste tu mejilla pensando en que decisión tomar.
