Querer y amar.
Aclaración; ¿qué tal un capítulo corto y soft?—¿Ves esta flor de aquí? –preguntó la niña de cabellos albinos mientras se agachaba y señalaba dicha flor —Es bonita, ¿no lo crees?
—Lo es –su acompañante se agachó un poco para mirar la flor, estaba a punto de arrancarla para regalarla a su amiga cuando lo detuvo.
—¡No la arranques! –se cruzó de brazos y un puchero se formó en sus labios—Norton, ¿sabes cuál es la diferencia entre querer y amar? –preguntó tras el silencio que los había envuelto, el de cabellos negros se sentó a su lado y negó con la cabeza.
—No lo sé, ¿cuál es? –se atrevió a preguntar, la pequeña niña sonrió ampliamente.
—Algún día lo sabrás –afirmó tras clavar sus verdes ojos en los de su mejor amigo.
(...)
—La nueva superviviente llegará mañana, estudió antropología y tiene un doctorado en historia –terminó de leer el joven de cabellos rubios la carta que había llegado esa mañana.
—Se escucha interesante –habló Ganji, esta sería la primer superviviente después de su llegada por lo que en realidad le alegraba ya no ser el novato del lugar.
—Con el tiempo te acostumbras y al final ya no es tan emocionante –murmuró el joven de cabellos azabaches mientras miraba fijamente una flor que llevaba a todos lados con el.
—¿Puedo preguntar algo sobre eso? –Patricia señaló la flor, Norton asintió después de pensarlo un momento —¿Por qué cuidas una flor demasiado? –una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.
—Representa a la persona que amé –se sintió confundida al escuchar tal respuesta, pues esperaba algo diferente.
Nunca se les cruzó por la mente que llevaba dicha flor a todos lados dentro de un pequeño frasco que colgaba de su cuello, era una pequeña pero bonita flor llamada centaurium de color lila y centro amarillo. El día concluyó de la misma forma que siempre y una vez todos se reunieron a cenar en el comedor para después ir a descansar, se volvió a dar el aviso de que al día siguiente llegaría el nuevo integrante.
El cielo estaba nublado, las nubes cargaban con grandes cantidades de agua y el viento chocaba con fuerza contra las ventanas a la mañana siguiente cuando el timbre de la silenciosa mansión resonó por todos alertando a los hogareños, el más emocionado de todos bajó las escaleras corriendo para poder recibir a la recién llegada.
—¡Hola, buenos días! –casi le gritó a la joven mujer una vez abrió la puerta, en la puerta se encontraba una albina de ojos azules, pero si observabas bien; habían pequeñas partes verdes.
—¿Por favor podrías ayudarme con el equipaje? –preguntó la ojerosa mientras amarraba su cabello en una despeinada coleta y tomaba una de las maletas, el joven bateador asintió.
—Te llevaré al comedor, debes estar hambrienta después del viaje tan largo –Ganji habría sido el único de todos que leyó el expediente completo —¿Puedo preguntar cómo es Egipto, Doctora ____?
—Es hermoso, la cultura y las pirámides son una cosa increíble, he dedicado gran parte de mi vida a buscar tesoros –el moreno la escuchaba con atención, estaba emocionado por una persona nueva.
—¡Oh sí! ayer vi su documental sobre un posible tesoro perdido con todas las pistas y los pergaminos –realmente estaba emocionado, la mujer solamente soltó una pequeña risa; siempre solían halagar su trabajo pero le parecía cómico la forma en que el joven hablaba de este.
Llegaron al comedor tras breve conversación donde todos estaban esperando, le ofreció sentarse a su lado antes de entrar a dicho lugar.
—Familia, ella es la nueva superviviente ____ Avery; antropóloga con doctorado en historia –la presentó formalmente de los demás, en cuanto el nombre llegó a oídos de Norton giró su cabeza tan rápido que pareció una escena de película de terror.
—¿____? –la mujer escuchó su nombre y cuando miró en aquella dirección fue como si el tiempo se hubiese detenido.
Al igual que en una película de romance, Norton se levantó de su asiento para correr hacia ella y viceversa; la sostuvo en sus brazos y dió vueltas con ella sin importarle el lastimar a uno de sus compañeros.
—¡Campbell, eres tú! ¿p-pero como? dijeron que habías muerto –habló confundida refiriéndose a ese accidente en el que Norton había estado involucrado.
—Estoy aquí, soy real –colocó sus manos sobre su rostro en estado de shock, como si no pudiera creer que se encontraba entre sus brazos y luego rompió en llanto; todos en la habitación siendo espectadores de aquél reencuentro.
—Estás vivo, estás vivo –se aferró a él con tal fuerza que parecía que lo rompería, como si tuviera miedo de que al soltarlo se esfumaría.
—¿Alguien me explica que está ocurriendo? –la voz del mercenario había cortado con la escena.
—Permítanme presentarla bien, ella es ____ Campbell Avery, mi esposa –la mujer seguía sin poder articular una sola palabra que no fuera reemplazada con llanto.
»Si algo está perdido, se puede encontrar« con aquellas palabras en mente se había propuesto buscar hasta en el último rincón del mundo una pista o señal del ser que había amado desde que era una niña, todo había sido en vano hasta ese momento. Fue hasta que se separó de el cuando notó el colgante que llevaba en el cuello, le dió un pequeño golpe en el hombro.
—¡La arrancaste! –aquella no era solamente una flor, había sido una flor que encontraron jugando en el bosque cuando eran niños, una flor única en su especie.
—Quería llevarme una parte de ti a donde fuera –se disculpó, las suaves manos de la albina se colocaron sobre su mejilla y el cerró los ojos al sentir el tacto de su amor después de tantos años.
Aquella misma noche se quedaron hasta que el cielo estuvo cubierto de estrellas platicando en el jardín de todo lo que habían vivido todos esos años sin verse.
—____ –la nombrada lo miró —Nunca me explicaste cuál era la diferencia entre querer y amar.
Se echó a reír, observó una flor frente a ellos, quizá la única del jardín y se levantó para guiarlo hasta ella.
—Mira esta flor, es linda –se agacharon a su altura —Cuando quieres algo, lo tomas; es como arrancar esta flor –con ayuda de sus manos hizo un pequeño hoyo en la tierra, tomó una de las semillas que había encontrado en una de sus expediciones y las colocó sobre las manos del topógrafo —Cuando amas algo, lo cuidas, proteges y le das todo tu amor para que crezca –guiando sus manos colocaron las semillas en el hoyo y lo taparon con la tierra.
—Ahora necesitará agua... –una gota cayó sobre su nariz, la mujer juntó su frente con la ajena y sonrió.
—La lluvia ayudará.
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Chérie - identity v | o.s
Fanfic- ̗̀🥀┊Con este libro de one-shots, les traigo capítulos con sus personajes favoritos. - ̗̀🥀┊Actualizaciones lentas. - ̗̀🥀┊Se recomienda leer el libro con el fondo negro para poder apreciar mejor los separadores, disfruten la...