Chérie - identity v | o.s

Naib Subedar

¿Confías en mí?

—¿Puedes dejar de ser tan aburrida y disfrutar un poco la vida? –te habló el castaño al ver que seguías de mal humor.

Naib, tu mejor amigo y tu habían decidido viajar juntos para despejarse de las abrumadoras vidas que llevaban, mientras el quería viajar a alguna parte de América, tu habías decidido algo más tradicional; París. El problema es que le pediste que hiciera una reservación en el hotel con días de anticipación, por supuesto lo había olvidado y ambos se encontraban buscando otro hotel a no muy buena hora, pronto serían las tres de la mañana.

—No soy aburrida Naib, podrían asaltarnos, somos vulnerables para cualquier ladrón –señalaste las maletas, temías que el viaje se tornara en un completo desastre.

—Ya dije que lo sentía, olvidé reservar la habitación –se disculpó nuevamente, suspiraste mientras te sentabas en el césped.

Frente a ustedes se encontraba el famoso Arco del triunfo, después de hacer una mueca tomó las maletas y se acercó a ti, sentándose a tu lado.

—Lamento haber arruinado el viaje, _____ –sonreíste un poco, lo que más te pesaba era que habías decidido este destino para confesarle tus sentimientos.

—No, está bien –asentiste, pensó en alguna forma de alegrarte.

Se puso de pie y tomó ambas maletas para comenzar a caminar, volteando a ver de vez en cuando si le seguías, confundida pero lo hacías. Cuando llegaron debajo del puente, dejó las maletas y se paró frente a ti extendiendo su mano.

—¿Confías en mí? –sonrió, provocando que tu también lo hicieras mientras tomabas su mano.

—Sabes que sí –colocó tu mano sobre su hombro y la otra en tu cintura, reíste –No tenemos música.

—Dame un momento –tomó su teléfono y colocó la canción que solías cantar cuando estabas feliz.

En ese preciso momento, te sentiste en un mundo opaco, vacío de colores donde todo era borroso y solamente ustedes dos, eran los que brillaban en colores fuertes. Lo que no sabías es que ambos se veían con claridad el uno al otro dentro de ese mundo borroso sin vida, entonces supieron que se habían enamorado de la persona que era para ustedes.

—Why do birds suddenly appear every time you are near? –comenzó a cantar mientras sus ojos estaban clavados en ti.

—Just like me, they long to be close to you –continuaste cantando con tus mejillas en un color carmesí.

—Why do stars fall down from the sky every time you walk by? Just like me, they long to be close to you–cantaron ambos, te separó por un momento para darte una vuelta.

Bailaron durante lo que parecieron ser horas, entre risas y una que otra mirada que decía todo lo que sentían por el otro.

—One the day that you were born the angels got together and decided to create a dream come true –la verdadera razón del porque amabas aquella canción, era porque te recordaba a el.

—So they sprinkled moondust in your hair of gold and starlight in your eyes of blue –lo señalaste, provocando que un color rosado se extendiera por todo su rostro, miró hacia otro lado avergonzado.

En algún momento te envolvió en sus brazos, dándote un cálido abrazo, tus brazos se envolvieron alrededor de su cuello con una sonrisa. Tu corazón comenzó a latir fuertemente contra tu pecho, por un momento te preocupó que pudiese escuchar lo acelerado que se encontraba, más el de el se encontraba de la misma forma; latiendo fuertemente por lo que sentía por ti.

—Estoy enamorado de ti –dijo sin más, te separaste lo suficiente para ver su rostro, intentando decifrar si era una broma pesada o verdad.

—Y-yo.... –se separó por completo de tu rascando su nuca visiblemente nervioso.

—Escucha, si no sientes lo mismo no te sientas obligada a responder, podemos seguir siendo amigos y.... –lo tomaste de la camisa y lo hablaste hacia ti, besándolo.

—Yo también estoy enamorada de ti –confesaste, su sonrisa se ensanchó.

—Al final valió la pena haber olvidado reservar la habitación –golpeaste suavemente su hombro mientras reías.

—Estoy de acuerdo, cariño.