Emil

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Locos
Advertencia; Es el primer o.s que escribo desde hace meses así que espero no decepcionarles; corto.

—Emil –una mujer de cabellos rubios y ojos grises le llamó, vestía un abrigo beige, jeans azul cielo y botines color camello.

El hombre de cabellos negros -casi del mismo color que la obscuridad- giró sobre sus talones en busca de la portadora de aquella voz tan dulce.

—Estuve buscándote todo el rato –se plantó frente a el en aquél puente que tanto caracterizaba el mapa del parque de diversiones, contrario a otros días aquél había una enorme nube que había tapado el sol que en la mañana deslumbraba todo el lugar, el viento era fuerte y frío, y pequeños copos de nieve comenzaban a caer.

—Aquí me tienes –respondió de forma divertida, la partida de diez personas había comenzado al menos hace media hora y de momento solamente faltaba una máquina con los supervivientes a la cabeza de la partida siendo únicamente dos los eliminados.

—Quiero decirte que... –sus palabras se vieron interrumpidas por Luca gritando.

—¡Dejen de platicar y comiencen a decodificar o les arrancaré las piernas! –pasó a su costado con los trillizos pisándole los talones.

Intercambiaron miradas antes de correr juntos hacia la misma máquina y comenzar a decodificar con ayuda de Naib, quién se encontraba ahí.

—Iré a rescatar a Norton, sigan decodificando y por favor no lo arruinen –ambos se encargaron de aumentar el progreso de la máquina mientras el mercenario se alejaba hacia la otra parte del mapa.

—Tengo que hablar contigo –murmuró ella, sus ojos viajaron momentáneamente de la maquina a la rubia mirándola con confusión, se sorprendió cuando lo apartó de la máquina con su empujón —No la toques o se activarán las puertas y Naib aún no salva a Norton.

Ambos esperaron en un silencio que se tornó un poco incómodo hasta, esperaban el momento en que hirieran a alguien para terminar las máquinas cuando a lo lejos Norton, Naib y Patricia corrían hacia ellos gritando.

—¡Activala, ACTIVA LA MÁQUINA CARAJO! –gritó el topógrafo y la mujer presionó la tecla que iba a liberar el caos.

—No se queden ahí imbéciles –Naib los tomó del brazo a ambos y se adentraron a la carpa del circo.

—Primero debemos averiguar quién está en la puerta –las miradas de los presentes se dirigieron hacia ____ y ella suspiró redignada.

—Más les vale cuidarme –dicho esto se sentó cruzando las piernas en el suelo y un aura verde la rodeó haciendo que levitara, a su alrededor se formó una especie de red que los protegería de un golpe mientras utilizaba su habilidad.

Viajó hasta la puerta más cercana y miró a Violetta parada en ella colocando telarañas -pese a que la superviviente estaba delante de ella, no podía verla y aunque lo hubiera hecho; no podía hacerle daño- cuando volvió a su cuerpo la red aún seguía ahí.

—Nuestra arañita está en la puerta del frente –señaló la dirección, justo cuando estaban pensando que harían, Tracy entró por la carpa defendiéndose para colocar sus manos sobre sus rodillas y respirar fuertemente.

—Ya lo tengo solucionado –tomó su control, la mecánica probablemente habría escondido a su robot cerca de la puerta, solo hacía falta crear una distracción para el cazador.

—Bien, soy sacrificio –antes de que pudieran reclamarle había salido corriendo en dirección a la puerta donde al Violetta verla no dudó en comenzar a perseguirla.

La guió hasta el puente donde los trillizos ya la esperaban, se vió acorralada por ambos cazadores y sonrió, se colocó en posición de pelea abriendo las palmas de sus manos.

—Solamente pierden el tiempo, no van a lograr atraparme –si algo debían reconocer todos los cazadores, era que aquella rubia era la mejor en su categoría; contención. Eran contadas las veces que lograban atraparla durante alguna partida, era rara la vez que ocurría —Aunque me logren atrapar, saben que no será un empate ni victoria para ustedes y al final querré una fotografía de sus rostros al ver qué me escapé por la escotilla.

—Esta vez no vas a escapar –estaba logrando su cometido al provocarlos, pues eso le daría tiempo a los demás de poder abrir las puertas y marcharse, lo último que sus amigos vieron fue como los cazadores se abalanzaban sobre ella.

(...)

—Carajo Violetta, no tenías que golpearme en la nariz –la joven mujer mantenía su mano sobre el puente de su nariz apretando para que parara de salir la sangre.

—Fue la emoción del momento –colocó más hielo sobre su pómulo, había recibido una patada por parte de la rubia al intentar defenderse.

—Vaya, esta vez si pelearon feo –se burló el pelinegro cuando entró a la sala de estar —¿Dónde están...?

—Ellos quedaron peor –presumió, la mujer araña se levantó de su lugar y caminó hacia la puerta.

—Dejaré solos a los tórtolos –dicho esto desapreció al cruzar el umbral de la puerta, Emil se sentó junto a la rubia.

—Estás loca –se cruzó de brazos y su mirada se posó sobre ella: su cabello rubio estaba brillante y despeinado, sus ojos grises tenían un pequeño brillo, las pupilas dilatadas y sus mejillas bañadas de un tenue color rosado —Eres lo más bonito que he visto en toda mi vida y sé que nunca te lo he dicho, y me da miedo confesar... –colocó sus dedos sobre la barbilla de la rubia e hizo que lo mirara —Pero antes quiero besarte que llevo loco tratando de decirte que ya no puedo vivir sin ti, llevo años tratando de decirte que te amo.

La mujer colocó su mano alrededor de la muñeca ajena, podías mentir con las palabras pero si algo no podía hacerlo era el corazón; el pulso del contrario estaba acelerado y aquella simple acción provocó que dentro de ella explotaran sus emociones haciendo que su corazón bombeara con rapidez.

—Así que sí sientes eso por mi –enarcó una ceja, esta vez fue el rostro del pelinegro el que rápidamente se pintó de un color carmesí, una sonrisa se curveó sobre sus labios y rió —También me gustas, Emil.







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⏰ Última actualización: May 22, 2022 ⏰

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Chérie - identity v | o.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora