Naib Subedar

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Volviste ll

Después de una larga noche donde pasaste dos horas hablando con el anfitrión por un teléfono exclusivo para casos urgentes, como este; habían acordado que volverías al juego al día siguiente y esta vez no volverías a tener una oportunidad para sal...

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Después de una larga noche donde pasaste dos horas hablando con el anfitrión por un teléfono exclusivo para casos urgentes, como este; habían acordado que volverías al juego al día siguiente y esta vez no volverías a tener una oportunidad para salir de ahí. Serías algo así como una sorpresa en la partida, en la cual se encontraban Luca, Fiona y José, más este último estaba indispuesto para la partida, por lo que de le cambiaron el lugar a Naib, aún siendo su día libre.

El mapa era la iglesia, en parte te sentías alegre, pues era el mapa en el que eras mejor conteniendo al cazador, pues pertenecías a la categoría de contención. El cazador en este caso sería Wu Chang, era uno de los más difíciles de contener.

Faltaban tres máquinas cuando logró tirar a Fiona, quién se había encargado de intentar contenerlo todo el tiempo que pudo, era evidente quien debía ir a rescatar por lo que continuaste decodificando una de las máquinas que Luca había conectado, Naib hizo a la perfección su rescate y al ver qué no había ido tras Fiona comprendiste porque, pues viste como perseguía a Luca quien corría hacia ti mientras gritaba que decodificaran; suspiraste, no eras la mejor decodificando por lo que en cuanto viste que iba a golpear al amante de la electricidad, te cruzaste recibiendo el golpe que iba proporcionado a el.

—¡Termina de decodificar! –gritaste para comenzar a correr con Wu Chang pisándote los talones, Luca te agradeció con una sonrisa y se puso manos a la obra.

Se escuchó una campana, la cual indicaba que habían golpeado a alguien, se sorprendió al ver que habías sido tu. Naib miró a Fiona y esta asintió, la máquina estaba a punto de estar lista y Luca se encargaba de la última, por lo que ir a rescatarte no sería un problema. Mirabas el sótano con desagrado mientras movías tus brazos en un intento realmente inútil por liberarte, pues sabías que las cosas no funcionaban así. Wu Chang se había ido tras Luca, no podía permitir que el decodificador terminase la última máquina sin al menos haber mandado de vuelta a dos de ustedes a la mansión. Suspiraste creyendo que tal vez nadie iría a tu rescate, estabas a punto de pasar el primer límite cuando miraste a Naib bajando los últimos escalones y corriendo hacia ti para liberarte.

—Gracias –murmuraste, el asintió; ninguno de los dos tenía la menor idea de que decir en aquella situación.

—Debemos irnos, Luca ya terminó la máquina y estaba esperándonos –rascó su nuca, estaba nervioso.

—De acuerdo –ambos comenzaron a subir las escaleras cuando sus corazones comenzaron a latir fuertemente.

—Oh vamos, danos la oportunidad de escapar –le dijiste al cazador mientras comenzabas a correr con Naib detrás tuyo a modo de escudo humano.

—Eso no sería divertido –se encogió en hombros, Luca esperaba que alguno de ustedes cayera para terminar la máquina.

Naib hacia de todo para llamar su atención, incluso le había tirado unos cuantos palets y había sido ignorado, hasta que Fiona intentaba crear un "súper portal" como tú los llamabas para llevarlos al otro lado del mapa. Justo cuando la pelirroja lo creó y salió de el a donde se encontraban fue recibida con un golpe seguido de otro al intentar huir del lugar. Luca activó la única máquina y Fiona se levantó para salir corriendo cual rayo de la iglesia.

El castaño y tú intentaron hacer lo mismo, más Wu Chang fue más rápido y te golpeó, tirándote al suelo, te amarró a los globos y cuando comenzaba a salir de la iglesia para llevarte a las sillas que se encontraban en lo que parecía ser un pasillo hacia una boda, sin embargo fue electrocutado y como consecuencia te soltó, más la distracción le duró poco y golpeó a Luca por error, tirándolo. Te sentiste en deuda, por lo que creaste una ilusión para acercarte y curarlo mientras Wu Chang descubría quien era la verdadera tu.

—Deberías irte, al menos aseguren una victoria –te regañó mientras se mantenía agachado.

—No te voy a dejar, me salvaste y es momento de que haga lo mismo –hizo una mueca y asintió sin estar muy de acuerdo, pocos segundos antes de que se acabara el tiempo terminaste de curarlo y nuevamente te golpeó.

—¡Salgan de aquí! –ordenaste mientras el cazador te tomaba del pie y arrastraba hasta la silla más cercana.

Era claro que el mercenario no quería dejarte, en realidad fue arrastrado a la salida por la pelirroja y el castaño, dejándote atada a la silla cohete.

(...)

Colocaste una bolsa de hielo sobre tu mejilla donde yacía un moretón que apenas comenzaba a tomar un color morado intenso.

—Lo siento ____, no quería golpearte en el rostro –se disculpó por quinta vez, negaste con la cabeza mientras reías.

—No puedes elegir donde golpearnos, además, es tu deber –sonrió de lado y revolvió tu cabello para así salir del comedor, pues la mayoría de supervivientes y cazadores habían terminado con la cena.

—¿Duele? –tu cabeza se levantó al oír esa voz e hiciste una mueca.

—¿Alguna vez te han golpeado en el rostro con una sombrilla? puedo asegurar que duele más de lo que parece –el sonrió y se sentó a tu lado.

—Escucha yo.... –alzaste tu mano y la colocaste delante de su rostro, iniciando que se callara.

—Tengo algo muy importante que decirte, y no quiero que me interrumpas –tragó fuerte y asintió, centrando toda su atención en ti.

Suspiraste, era ahora o nunca podrías decirle lo que sentías por el, después de tanto tiempo de haberlo ocultado.

—Te conozco mejor que nadie, se sobre tu pasado y tu sobre el mío, sabes cómo cuidarme y comprendes muchas cosas de mí –sentir su mirada clavada en ti, aumentaba tus nervios –Y sé lo que dirás, estoy intentando contenerme lo prometo.

Tus ojos se encontraron con los suyos y por primera vez notaste un brillo en ellos que antes no habías visto.

—Estás en mi mente, sé que me dirás que quizá me estoy precipitando, eres la luz del sol que mantiene mi corazón latiendo –sonreíste levemente y tanto tus mejillas como las de el se tiñeron –Cuando estoy contigo no puedo evitar enamorarme.

No sabías como continuar, ni siquiera estabas totalmente segura de ser correspondida, tomó tu mano y entrelazó sus dedos.

—No sé como expresar lo que siento ahora mismo, pero puedo asegurar que te amo con la misma intensidad que tú, tal vez más. –su mirada permaneció clavada en sus manos unidas.

Que lo abrazaras definitivamente lo tomó por sorpresa, pero sus manos se envolvieron alrededor de ti.

—¡Ocurrió! ¡Por fin se dijeron lo que sentían! –los gritos de Patricia los obligaron a separarse asustados.

—¿Cuánto tiempo llevas ahí? –abrió por completo la puerta, la mayoría si no es que todos estaban detrás, incluida tu abuela.

—Llevamos lo suficiente.

Chérie - identity v | o.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora