Naib Subedar

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Volviste l

Mirabas dudosa la gran puerta de la mansión que se había convertido en tu hogar, la persona detrás de este juego macabro al que habías accedido participar te había ofrecido tu libertad el día anterior, diciendo que tenías dos días para pensarlo

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Mirabas dudosa la gran puerta de la mansión que se había convertido en tu hogar, la persona detrás de este juego macabro al que habías accedido participar te había ofrecido tu libertad el día anterior, diciendo que tenías dos días para pensarlo. No le habías comunicado la noticia a nadie, salvo Lucky quien había sido el encargado de darte la carta. Una parte de ti quería salir lo antes posible de ese lugar y buscar a tu familia, mientras que otra anhelaba permanecer en ese lugar para siempre, no porque te gustara el juego o la vida que llevaban. Más bien por una persona, Naib; ese mercenario había logrado robarte el corazón meses después de llegar a la mansión, te parecía ciertamente adorable a pesar de que su rostro siempre estaba serio.

Toda la mansión había notado tus sentimientos por el, cabe admitir que no eras para nada discreta a la hora de observarlo durante el desayuno, la comida o cena. Incluso durante una partida solías errar las calibraciones por distraerte mirándolo, parecías acosadora. A todos les parecía divertido, a algunos les molestaba que te distrajeras por ello y a el, le parecías totalmente adorable. Le gustaba mirarte solo para observar como tus mejillas se teñían de un color carmesí y mirabas hacia todos los lados, menos a el. Eran los clásicos tórtolos que no descubrían sus sentimientos por el otro y por lo tanto, no decían nada por miedo a dañar su "amistad".

Te sentaste en los escalones y suspiraste, tener que tomar una decisión de ese peso no era fácil para ti. ¿Preferías aquella persona que tanto amabas en lugar de buscar a tu familia? no. Te levantaste decidida y tomaste tus maletas que se encontraban al pie de las escaleras en caso de querer irte, lo que no sabías era que sería la peor decisión que tomaras.

Te fuiste sin decir nada, no te despediste. No soportarías hacerlo, mucho menos mirar a los ojos a Naib por lo que tu creías sería la última vez, el único que sabía de tu partida fue Lucky, hasta que al día siguiente nadie te encontraba en la mansión y un día después, el chico de anteojos dió la explicación del porque te habías ido. Naib se sintió traicionado, varias veces se habían prometido que ambos saldrían juntos de ese lugar y vivirían una vida llena de adrenalina, alegría y colores.

Después de varios meses en busca de tu familia, los habías hallado. Estabas contenta, no podías esperar a que te vieran y volvieran a estar juntos como hace dos años, más no fue así. En cuanto te vieron en su puerta actuaron como si nada, creíste que quizá estarían en algún tipo de shock, pasaron los días, semanas, meses y nunca te sentiste como en la mansión.

(...)

Mirabas el cielo recostada en el césped de la casa de tus padres mientras reflexionabas sobre la radical decisión de abandonar ese lugar. Tu abuela, la única que se había alegrado por tu llegada y te había consentido desde que llegaste notó que parecías distraída y triste. Se acercó a dónde estabas y se sentó en la hamaca que había colgada de dos árboles, sonrió.

Chérie - identity v | o.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora