Chérie - identity v | o.s

Amor es amor - San Valentín

Imagina:
Es su primer San Valentín juntos.

Naib Subedar  (male reader);

El mercenario no parecía una persona muy romántica o detallista, es por eso que te sorprendió ver qué había organizado una cena para ustedes en la terraza de la mansión.

—No abras los ojos, es trampa –te atrapó intentando ver por lo que colocó sus manos sobre tus ojos para evitar que vieras.

—Ups, me atrapaste –reíste un poco y permitiste que siguiera guiándote a obscuras.

Habían subido algunas escaleras, abrió una puerta y sentiste el viento chocar contra tu rostro junto con el aroma de flores.

—Puedes abrirlos –quitó sus manos de tus ojos y los abriste segundos después, la boca casi se te cae hasta el suelo al notar lo que había hecho.

—Esto es... –las palabras no salían de tu boca, por un momento se preocupó de que no fuera de tu gusto.

Habían luces color cálido como iluminación, haciendo todo más romántico, una mesa en el centro con dos sillas y como centro de mesa un fino florero con únicamente un alcatraz, simple pero bonito.

—¿Horrible? ¿Feo? –preguntó, sonreíste y negaste con la cabeza.

—Es increíble y muy bonito –se sintió inexplicablemente aliviado de que te gustara —No parecías este tipo de persona pero estoy gratamente sorprendido.

—¿Cómo que no soy ese tipo de persona? –pasaste tu brazo por sus hombros y lo atrajiste hacia ti.

—Sabes a lo que me refiero, mi amor –besaste con cariño su mejilla provocando que un color carmín se extendiera por su rostro.

Eli Clark (fem reader);

—Te prometo que te gustará –había rentado un vehículo para viajar a la ciudad donde una sorpresa esperaba por ti.

—Estoy segura de que me encantará –tomó tu mano y la besó.

El resto del trayecto hubo silencio, uno para nada incómodo, disfrutabas de su compañía y estar juntos en un día especial como este era lo mejor.

—No sabía si sabes como funciona esto, pero si no es así te enseñaré. Hace un mes me dijiste que querías ir a una pista de patinaje así que ¡aquí estamos! –extendió sus brazos cuando abrió la puerta, estabas sorprendida y extrañada al mismo.

Te lanzaste a sus brazos repartiendo besos por todo su rostro mientras el reía con las mejillas sonrojadas.

—¡Me encanta! –te colgaste de su cuello, besó tu cabeza.

—Me alegra que te guste cariño –sin despegarse de ti, comenzó a caminar dentro. Se acercaron a las bancas y te pidió que te quedaras ahí mientras iba por los patines.

Ahora comprendías porque te había regalado ropa abrigada en la mañana, hacía mucho frío en el lugar que por cierto, estaba completamente vacío.

—¿Cómo conseguiste que entráramos? –preguntaste apenas regresó con dos pares de patines, comenzaste a quitar tus botas mientras lo mirabas en espera de una respuesta.

—De una forma legal, podemos estar aquí –comentó divertido, amarró sus patines y se levantó, se hincó y te ayudó a ponerte los patines, estabas teniendo problemas para hacerlo.

 Tomó tus manos para ponerte de pie y caminaron hacia la pista, fue el primero en entrar seguido de ti, apretó tus manos cuando notó que ibas a resbalar.

—No te dejaré caer, lo prometo –después de darte esa sonrisa de "todo va a estar bien" te sentiste con más confianza y comenzaste a disfrutar de su cita.

—Confío en ti –te acercó a el, acomodó un mechón de tu rebelde cabello y te besó con cariño.

Norton Campbell (fem reader);

—¡____ apúrate o llegaremos tarde! –tomó tu mano y te ayudó a bajar lo más rápido que pudo del vehículo, aún no te había contado a dónde iban.

—Si me hubieras dicho a dónde vamos habría sabido que zapatos ponerme –caminabas con dificultad debido a los tacones que llevabas puestos.

—Si te decía a dónde vamos ya no es sorpresa –golpeaste su hombro y el rió, las personas que los veían pasar los miraban con ternura al escuchar su pequeña discusión.

Dejaste que te guiara a su destino, por más que observabas los alrededores no podías reconocer el lugar así que lo más probable es que no hayan ido antes de eso.

—¿Ya casi llegamos? –estaban caminando por un sendero rodeado de árboles grandes de diferentes tipos.

—Ya casi –besó el dorso de tu mano y te miró —Sólo espero que no vayas a marearte o esto terminará muy mal.

Tus ojos se abrieron de forma exagerada, ¿a qué lugar iban como para marearse? quisiste darte la vuelta cuando pensaste en lo mucho que se había esforzado por buscar algo que fuera de tu agrado, no podías hacerle eso.

Imagina tu sorpresa cuando delante de ustedes había un prado con un globo aerostático en el centro de este, Norton te veía con emoción y no pudiste evitar sonreír al ver lo tierno que se veía en ese momento.

—¡Ven vamos! –te cargó como saco de papas quitándole todo el romanticismo a la cita y te llevó hasta el globo.

—¿Sabes cómo manejar esto, verdad? –abrió la canasta y te metiste sujetándote de los bordes.

—Amor, soy Norton Campbell; no hay nada que no sepa hacer –le dedicaste una mirada que supo decifrar al instante —Por supuesto que sé como hacerlo, tomé un pequeño curso porque quería que esto saliera bien –explicó mientras subía y cerraba la canasta.

—Es bueno oír eso porque si no sabías y la caída no nos mataba, te mataría yo misma –ambos comenzaron a reír.

—Yo también te amo.