Un corazón roto por la traición busca un lugar para desaparecer, una corazón confundido que no tiene idea de que hacer con sus sentimientos ¿será el amor mas grande que la desconfianza? ¿se puede sanar un corazón roto?
- ¡Lilian! – grito Lionel y trato de darle una bofetada, pero el señor Zor-El se lo impidió. – suéltame Ezra. – decía Lionel tratando de zafarse del agarre de Ezra y así arremeter contra su esposa.
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- ¡Bas...ta! – decía Ezra forcejeando con el señor Luthor, a quien tenía sujeto de los brazos. – deben centrarse en lo importante, la felicidad de su hija Lionel. – trataba de razonar el señor Zor-El. – ahora voy a soltarte y espero que no hagas una tontería. – justo después de decir esto lo soltó y el señor Luthor simplemente permaneció de pie en silencio. – ahora bien, Lilian si tu hija está enamorada deberías pensar en su felicidad y no en lo que es mejor para ti.
- ¿Cómo te atreves Ezra? Mi hija es muy importante para mí, es todo lo que tengo y solo quiero que sea feliz ¿Qué harías tú en mi lugar? Dejar que tu hija sea feliz con una mujer y sea rechazada por la sociedad y el mundo o buscarle un hombre bueno y honesto que la cuide, valore y respete y así no tenga que ser señalada cuando pase por la calle. – alegaba la señora Luthor, su padre había sido muy claro cuando fue a su casa para hablar acerca de su compromiso con Lionel, esas fueron las palabras que le dio.
- Yo prefiero la felicidad de mi hija, no me importa lo que piense o deje de pensar la sociedad, si ella es feliz, yo la acepto tal cual es, no veo porque debería importarme la opinión de terceros, siempre y cuando ella sea feliz. – refutaba Ezra, el no permitiría que su hija fuera infeliz con alguien a quien no amaba.
- Vaya, maravilloso que pienses de esa manera ¿no lo crees así Regina? – decía Lilian, no permitiría que su hija estuviera con una mujer y tenia que aliarse con alguien para que la apoyara.
- basta ya Lilian, ya has dicho bastante, cierra la boca. – hablaba Lionel tratando de contenerse, no quería tener que mostrar otro espectáculo frente a Ezra.
- Regina por favor, piensa bien las cosas ¿Qué futuro les espera a nuestras hijas? Estar siempre en la boca de la gente, ser vistas de manera diferente, ser rechazadas, no puedo creer que tú quieras que todo esto le pase a nuestras hijas. – trataba de convencer a Regina Arias, de alguna manera tenía que conseguir tiempo para poder avisarle al padre de Ezra lo que estaba pasando, estaba segura que él no permitiría nada de eso.
- desafortunadamente Lilian apelas a la persona equivocada, soy una mujer de ciencia, de mente a abierta, a mí no me importa en lo más mínimo que Samantha este con Alexandra, al contrario, estoy fascinada con la idea. – por fin Samantha se habia mostrado como era, por fin se habia revelado a ella, llevaba años tratando de hacerla entender. – lamento mucho que no puedas entender que aquí lo que realmente importa es el bienestar y la felicidad de nuestras hijas, ya no estamos en esa época retrograda donde te señalaban solo por ser diferente, las cosas han cambiado, sé que todavía existe gente que piensa como tú, pero ya no es la gran mayoría. – exponía la doctora Arias, ella solo quería que su hija fuera feliz y sabía que Alexandra era su felicidad, los días que estuvo viendo a Kara pudo ser testigo del cambio en su humor, su sonrisa que trataba de disimular torpemente... ver así a Samantha lo valía todo.
