Un corazón roto por la traición busca un lugar para desaparecer, una corazón confundido que no tiene idea de que hacer con sus sentimientos ¿será el amor mas grande que la desconfianza? ¿se puede sanar un corazón roto?
Cuando el hermoso mercedes que habia traído a Kara desde el aeropuerto al lugar que sería su nuevo hogar, se detuvo en la entrada fue recibida por su padre, los empleados que laboraban en la mansión y algunos miembros de su familia, todos se habían reunido para darle la bienvenida a la primogénita y futura heredera del imperio Zor-El, solo había un pequeño detalle, nadie le dijo a Kara que tendría que heredar tal imperio. La mayoría de los miembros de la familia Zor-El estaban ahí, todos tenían curiosidad de conocer a la heredera "perdida" como habían comentado algunos; pero a Kara no le apetecía nada estar de social en esos momentos, simplemente quería llegar a su cuarto y encerrarse ahí por un largo, largo tiempo.
La rubia entro a la mansión después de darles solo un ligero saludo a los que suponía eran su familia; Ezra la habia seguido al interior pues tenía que aclarar ciertas cosas con su hija.
- Kara, acércate, es necesario que te diga algunas cosas. – comenzó Ezra de manera tranquila. – Veras, es muy importante que cuando dejes la mansión... - pero ya no le fue posible continuar ya que la misma Kara lo había interrumpido.
- padre ¿Qué te hace pensar que yo tengo deseos de salir? – cuestiono la rubia de manera cortante, pues salir era lo que menos deseaba en esos momentos. – lo único que quiero es estar sola por favor – pidió con molestia en su voz. – Así que ¿podrías decirme donde está mi cuarto? – cuestiono la rubia cruzando sus brazos.
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- Kara toda la familia se ha reunido para darte la bienvenida, rara vez sucede esto, solo te pido que... – pero al parecer su hija no estaba de humor para nada en este momento ya que nuevamente lo había interrumpido.
- yo no se los pedí padre. – corto Kara lo que sea que le fuera a decir su padre. – discúlpame, pero no me importa, aun si la misma reina de Inglaterra viniese me importaría una mierda. – y era verdad, ella no conocía a esa "familia" de la que hablaba su padre y ni siquiera le interesaba conocerla.
- Ezra se tensó por las palabras de su hija, pero sabía que tenía que ser paciente con ella. – solo quédate un poco más por favor, dame ese gusto. – Intentaba inútilmente su padre para que esta permaneciera más tiempo en convivencia y conociera a su familia.
- he dicho que no padre ¿Qué no entiendes o hablo en chino? Estoy cansada del viaje – respondía la rubia, sabía que era gracias su padre que se había podido librar de aquel infierno, pero aun así no quería saber nada de nadie.
Por suerte para ellos la conversación se llevó dentro de la mansión y no afuera donde estaban todos los invitados; Ezra no quiso insistir más, sabía que su hija estaba pasando por un mal momento, no sabía qué, pues Kara se habia negado a decirle, pero sabía que había sido bastante malo cuando su hija comenzó a beber, fumar y sacar bajas calificaciones; salió al jardín e informo que su hija se encontraba indispuesta por lo que los invitados optaron por retirarse y dejar a la joven descansar y relajarse.
