Un Amor para Recordar

Capítulo 45

- Kara se tensó al escuchar las preguntas de su prometida ¿Qué le diría? jamás pensó estar en esa situación, suspiró - sí, la conozco, está persona que está frente a ti, amenazándote... es mi... es mi madre. - soltó Kara con dolor, pues jamás pensó que su madre fuera capaz de hacer esas cosas, ese día que se suponía debía ser el más especial en su vida.

Continuara...

- Lena no podía creer lo que había escuchado ¿esa mujer era la madre de su rubia? ¿De verdad lo era? - ¿tu... madre...? ¿Ella... es tu... madre? - cuestionaba aun sorprendida por la respuesta que le había dado su prometida.

- si... lo es. - respondía Kara con dolor, sabía que su madre la odiaría por el resto de su vida por estar con otra mujer, pero jamás pensó que haría algo así, presentarse el día de su boda y prácticamente secuestrar a su prometida y amenazarla.

- tu madre. - repitió Lena, tratando de convencerse que esa mujer que amenazaba con matarla, le había dado la vida a la persona más maravillosa que había conocido. - señora. - hablaba Lena, sabía por Kara que no la aceptaba por ser lesbiana pero tal vez aun había un poco de esperanza. - yo amo a su hija. - comenzaba la pelinegra. - Le aseguro que nunca le haría daño, la amo de verdad, así que, por favor... - pero ya no pudo continuar pues Alura había comenzado a reírse estridentemente.

- jajajajajaja ¿amor? - decía Alura con asco. - eso no es amor, ustedes son mujeres, ¡ambas! no pueden sentir amor entre ustedes, eso que ustedes tienen no es más que una aberración ante los ojos de dios. - explicaba Alura con molestia. - Kara es mi hija, la crie y eduque para que fuera alguien en la vida, no me voy a quedar de brazos cruzados viendo cómo se destruye a sí misma. - no lo permitiría, ningún hijo suyo iba a perderse si ella podía evitarlo.

- es mi vida mamá, ya soy mayor de edad, puedo tomar mis propias decisiones. - trataba de razonar Kara, pues al parecer su madre ya no sabía lo que hacía o decía. - está. - dijo extendiendo sus brazos para que su madre viera a su alrededor. - es la vida que quiero llevar, al lado de la persona que amo. - explicaba Kara. - mamá, me criaste y educaste bien, esto no es culpa tuya, no es culpa de nadie, uno no elige de quien enamorarse. - trataba de razonar. - yo me enamore de Lena no porque ella fuera una mujer sino por todo lo que ella representa, por todo lo que es capaz de brindar sin esperar nada a cambio, por su corazón, por su alma. - decía Kara viendo a Lena mientras decía esas palabras, pues era lo que sentía por ella.

- tonterías. - le restaba importancia Alura. - vas a cancelar esa boda Kara y te iras conmigo a Midvale. - volvía a ordenar la rubia mayor con autoridad.

- madre, el irme contigo y dejar a Lena es como si hundieras esa arma en mi corazón... y creo que eso sería menos doloroso que separarme de Lena. - hablaba Kara con decisión; no estaba dispuesta a permitir que su madre dijera que su amor era una tontería, ella sabía muy bien lo que sentía, después de todo, ya estuvo a punto de morir de amor.

- no digas tonterías Kara. - esas eran tonterías, no era amor, entre dos mujeres no puede surgir ese sentimiento. - en Midvale iras a ver a un psicólogo que te quitara eso. - dijo Alura señalando a Kara de abajo hacia arriba. - los hermanos en la congregación oraran por ti, sacaran a ese dominio de la homosexualidad de ti y volverás a ser una niña normal. - aseguraba Alura con ilusión, pues otra vez su familia estaría completa y tendría a sus tres hijos con ella.

- esto no es una enfermedad madre, no lo puedes solucionar enviándome al psicólogo o pidiendo que oren por mí. - decía Kara con desesperación, las primeras lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, pero se resistía a dejarlas. - yo soy esto, soy feliz tal cual soy, soy la misma niña que diste a luz y viste crecer, soy tu hija, si tú no puedes amarme como soy, el problema no es mío, sino tuyo. - decía Kara, poco a poco se había ido acercando a Lena y ahora ya estaba justo a su lado.