Captítulo 48

68 10 0
                                    

- una vez que las cuatro chicas estuvieron dentro de la casa, las luces se encendieron y una multitud salía de Dios sabe dónde y gritaban. -¡BIENVENIDAS! - su familia y amigos estaban ahí para recibirlas con una hermosa sorpresa, en el recibidor había un cartel que decía ¡bienvenidas Lori y Rubí!

Continuara...

- oh por Dios. - exclamo Lena al ver todo lo que su familia y amigos habían hecho para ellas.

Las bebés habían comenzado a llorar asustadas a causa de los gritos de bienvenida que se habían escuchado, Lena y Alex hacían de todo para tratar de calmarlas, pues parecía que todos querían tener su turno para tomar a ambas niñas en sus brazos, Kara y Sam habían llevado a sus esposas a la sala para que se sentaran claro que después de mirar reprobatoriamente a sus familiares y amigos por el susto que les habían dado a sus hijas.

- muchas gracias, esto sí que ha sido una grata sorpresa. - comenzaba Alex una vez que estuvo sentada y su pequeña había dejado de llorar.

- sí, Alex tiene razón, muchas gracias, pero no tenían por qué molestarse. - complementaba Lena quien también había logrado tranquilizar a la pequeña Lori.

- no es ninguna molestia Lena, al contrario, lo hacemos con mucho gusto, después de todo, tanto tu como Alex son las primeras del grupo que se casan y son madres. - decía Nia con una sonrisa en el rostro, pues en cuanto le habían dicho lo que había acontecido no lo pensó dos veces para organizar esa bienvenida.

- si Lena, Nia tiene razón ¿Quién sabe? Tal vez la siguiente sea yo y les toque hacerme una fiesta a mí. - decía Sara viendo a Ava que se había puesto más que roja por el comentario que había hecho su novia.

- Sara, mide un poco tus comentarios, mira cómo has puesto a la pobre de Ava. - reprendía Nia como si de una niña pequeña se tratara.

- vamos Nia, déjame soñar, aunque sea un poco. - decía Sara mientras le mostraba la lengua a su amiga.

- no tiene nada de malo que sueñes, siempre y cuando te guardes tus sueños para ti. - respondía Nia de igual manera mostrándole la lengua a Sara a lo que todos comenzaron a reír por la escena que las chicas estaban representando.

Después de las risas por esa escena, Sara como Nia y Ava, habían comenzado con los cuestionamientos hacia las nuevas mamás, no lo podían evitar, tenían mucha curiosidad sobre ese tema y no se cortaban ni un pelo en cuestionar ¿Cómo había sido? ¿Les dolió? ¿Qué sintieron? Una y mil preguntas eran lanzadas hacia Lena y Alex quienes buscaban apoyo en las mujeres mayores, por suerte sus madres y su suegra en el caso de Alex, estaban ahí para ayudarlas.

- bien, chicas, tranquilas. - comenzaba Regina para ayudar un poco a sus niñas. - dar a luz a un hijo es lo más maravilloso que le puede pasar a una mujer, es la cúspide de su vida o cuando menos yo lo vi así cuando nació Sam, no he de mentirles, duele y mucho, pero después de todo ese dolor viene lo más gratificante de todo, poder ver a tu hija y tenerla en tus brazos, es una sensación indescriptible y cada mujer lo experimenta de diferente manera, como por ejemplo, yo estuve más de doce horas en labor de parto, mientras que Lena y Alex estuvieron un tiempo distinto, sin mencionar que el parto se adelantó, cosa que no paso conmigo, así que no importa cuánto pregunten, cuando les toque su turno no será nada comparado con lo que les he dicho o con lo que les puedan decir Lena y Alex. - decía Regina cortando con la fase de preguntas de una manera más que elegante y sutil.

- Lena ¿me dejas cargarla? - cuestiono Nia acercándose a su amiga, pues desde que la habían visto llegar tenía muchos deseos de cargar a la niña.

Un Amor para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora