Capítulo 39

69 12 0
                                    

- tenemos que hablar. - hablo la rubia entrando a la habitación de Lena y cerrando la puerta tras de sí, era ahora o nunca, ya tenía una decisión, quería escuchar a Lena y que ella la escuchara, tenían que cerrar el ciclo para así poder ser felices, porque pronto serian una familia, por fin tendría SU familia y eso era algo que estaba anhelando.

Continuara...

Mientras Lena se había quedado sin habla al ver al amor de su vida, la cual creía le gritaría al verla de nuevo, Alex había sido recogida como le había dicho Kara y llevada a la mansión Zor-El, de acuerdo a lo que le había dicho el chofer, Kara quería que se arreglara, así que justo ahora estaba lista para salir al lugar donde la llevaría el chofer; Sam por otro lado ya estaba en el restaurant, después de que Kara la llevara a su casa, solo se tomó un baño, se cambió y salió corriendo, bueno salió en el coche de su madre, no quería utilizar la moto ¿el motivo? No quería arruinar la vestimenta de su... ¿su qué? Bueno después de esa comida o cena la podría llamar su prometida, llego al restaurante y al pedir hablar con el gerente se lo concedieron, después de todo la familia Arias también era muy importante, Sam hablo con el hombre y le conto con mucha dificultad y tan roja como un semáforo lo que quería, el hombre le indico que le ayudaría con gusto, así que Sam solo tenía que decir lo que quería hacer.

Sam estuvo pensando sobre lo que haría, ella no era de hacer ese tipo de cosas, ni siquiera tenía imaginación, cuando salían, era Kara quien planeaba todo, ahora eso no sería posible, Kara no la ayudaría, bueno, si se ponía a pensar Kara le había dado la clave hacia algún tiempo "deja que tu corazón te guie" bien pues eso iba hacer, llamo a un camarero, le pidió un menú en blanco y un uniforme, así como también pidió que ningún reportero estuviera cerca, era una locura, pero se estaba dejando llevar y eso era bueno, por suerte termino justo a tiempo, Alex ya estaba esperando por Kara aunque claro esta no llegaría; bien había llegado el momento ya no podía hacer esperar más a Alex o terminaría llamando a Kara, se había puesto el uniforme de camarero, tomo el menú que había escrito y se dirigió a la mesa de Alex.

- buenas tardes, señorita. - saludo Sam para hacerse notar e inclinando su cabeza.

- Alex volteo hacia el saludo y se sorprendió muchísimo al ver a Sam y más por cómo iba vestida. - Sam. - susurro la pelirroja saliendo de su sorpresa.

- mi nombre es Sam y estaré a su servicio, permítame. - dijo la castaña y le sirvió un poco de agua en la copa. - aquí tiene el menú. - era el momento de la verdad, había escrito en ese menú sus sentimientos y tenía muchas esperanzas.

- gracias. - respondió levemente Alex tomando el menú que le ofrecía la castaña, eso debía ser obra de Kara con seguridad, pero por ahora no lo tomaría en cuenta, abrió el menú y se sorprendió, estaba escrito a mano y lo que tenía escrito no eran precisamente platillos, volteo a ver a Sam y está le sonrió, le devolvió el gesto y comenzó a leer...

Sé que no me esperabas a mí, debo de admitir que esto ni siquiera fue idea mía, sabes muy bien que este tipo de cosas no se me dan para nada, pero hay algo que quiero decirte y es muy importe...

Alex tú fuiste la primera en venir a mí, aun cuando yo en un principio no lo deseaba, te acercaste, te empeñaste tanto en ser mi amiga que no me di cuenta en qué momento fue que te metiste en mi corazón, te preocupabas por mi cuando nadie más lo hacía, tú fuiste mi primera amiga. Alex yo nunca me había enamorado, mi madre casi siempre estaba de viaje en sus seminarios y no sabía muy bien que significaba estar enamorada, ni mucho menos si era correcto sentir amor por una mujer, así que cuando me dijiste lo que sentías sentí miedo y me aleje, sé que esa fue la primera vez que te lastime y no sería la única, porque después vinieron más, te daba señales y me arrepentía, no sabía hasta qué grado te estaba lastimando hasta que Zor-El llego, ella me hizo abrir los ojos, darme cuenta de cuales eran mis sentimientos hacia ti, me había enamorado y otra vez Zor-El tuvo que ayudarme para confesarme, debo admitir que eso no es algo de lo cual me sienta orgullosa, pero gracias a eso fue que pude estar contigo.

Un Amor para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora