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- ¿Y Noah? - pregunto una vez estamos solos en mi oficina.

- Se quedo con Erick en el coche ya que se durmió en el camino- responde mi hermosa esposa sobando su hermosa panza de casi seis meses.

Me acerco a ella colocando mis manos en su cintura para juntar nuestros labios, adentro mi lengua a su boca explorando toda esta. Intensifico más el beso - ¡joder! - la necesito ya, con solo besarla hace que se me produzca una maldita erección Intento llevarla hacia el sillón, pero esta ve mis intenciones.

- André.... estamos en tu oficina- jadea cuando nos separamos del magnífico beso.

- ¿Y? no veo el problema- cuestiono tratando otra vez de llevarla al sillón.

- Sabes que ahora tengo que encontrar una posición cómoda- dice con un puchero en sus magníficos labios.

- Y hare que le encuentres- trato de convencerla metiendo mi mano en su blusón dando una caricia a su panza para luego guiarla a sus senos donde doy un apretón haciendo que suelte un gemido.

Sonrío de lado ya casi la convenzo, comienzo a repartir besos en su cuello, me dejo caer en el sillón y la siento ahorcajadas en mis piernas, junto otra vez nuestros labios y sé que ya lo logré cuando esta pasa sus brazos por mi cuello atrayéndome más a ella, saco su blusa arrojándola, por un lado, cuando intentó quitar su sujetador la puerta se abre abruptamente - !Mierda!-

- Señor hay…. perdón no quería interrumpir- se disculpa con una sonrisa socarrona en sus horribles labios.

Mierda hoy si la mato, quito a Dacota de mis piernas dejándola en el sillón trato de sacar mi pistola de la cinturilla de mi pantalón, pero unas delicadas manos me detienen, trato de contar hasta diez para calmarme, pero no puedo. Cuando veo a mi Dacota está ya tiene su blusa puesta.

- No vale la pena- dice para tratar de calmarme.

- ¡¡Largo de aquí no quiero ver tu horrible cara ahora y agradece que mi esposa salvo tu falso culo, largo!!- grito haciendo que esta salga como si el diablo fuera detrás de ella.

Veo entrar a Erick preocupado tal vez por mis gritos, froto mi cara -enserio hoy es el día en que me tiene que andar jodiendo esta estúpida- No me había dado cuenta que Erick traía a mi bebe y ahora Dacota intenta cargarlo, se le ha dificultado hacerlo ya que su panza no la deja, pero aun así ella lo hace.

Sonrió viendo a Noah estirar sus bracitos a mi dirección, voy a su encuentro y gustosamente lo cargo llenándolo de besos al igual que él a mí, solo que este me deja toda babeada mi cara. Aunque Noah no es mi hijo de sangre yo lo amo y haría cualquier cosa por él, al igual que lo haría con mis copias y sé que no tome una mala decisión al adoptarlo.

- ¿Vamos a comer? - Pregunta mi esposa sobando su panza, con esto del embarazo a cada rato quiere andar comiendo y bueno quien soy yo para negarle eso a mi mujer.

- Todo lo que quieras amor- digo dándole un casto beso en sus labios.

Veo a Erick y este me hace un movimiento con los ojos y esa es mi señal que tiene algo importante que decirme.

- Amor puedes adelantarte, solo quiero indicarle algo a Erick- me excuso.

- Claro amor los esperare en la camioneta, pero no se tarden tenemos hambre- dice agarrando a Noah y salir de mi oficina.

- ¿Algo grabe? - pregunto tomando asiento en mi silla indicándole también que tome asiento enfrente mío.

- Son tus padres hijo- dice tranquilamente.

Empuño mis manos al escuchar eso - ¡mierda! - estos viejos no se cansarán hasta querer ver a Dacota y ella ni de chiste quiere verlos, ya que rechazaron a Noah y sabe que solo quieren acercarse por nuestros dos bebes. Necesito arreglar esto pronto, no los quiero que sigan detrás de mí a cada rato.

- Necesito que vayas con ellos y les lleves mi mensaje, qué si quieren seguir vivos con todos los lujos que tiene que me dejen en paz, porque no me importara que sean mis padres para matarlos y dejar sus cuerpos en un basurero- digo con una sonrisa de lado jugando con una navaja de mi escritorio.

- Mañana mismo iré a dejar tu mensaje- dice levantándose y arreglando su saco hago también lo mismo para por fin ir a comer con mi familia.

- Ahh Erick por favor ni una palabra de esto a Dacota, ella no sabe que mis queridos padres están haciendo toda esta mierda- digo suspirando

- Tú sabes lo que haces hijo- contesta dándome una palmada en el hombro.

Nos dirigimos al estacionamiento subterráneo del edificio, nos introducimos a la camioneta donde mi Dacota está esperando. Estas se ponen en marcha solo espero que nada más me joda el día porque juro que no dudare en usar mi arma.











Esposa Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora