Esposa Del Mafioso

8

- ¿Y todo bien? - pregunta desinteresadamente haciendo que mi vista se vuelva borrosa por las lágrimas.

- Perfecto- contesto tragando el nudo que se había formado en mi garganta

- Entonces vamos a casa- dice sacando a Noah de su cochecito caminando hacia una de las camionetas.

Siento mis piernas temblar, intento sostenerme de algo, mi vista se está volviendo borrosa, pero siento unos brazos sostenerme.

- ¿Hija que te pasa? -oigo la voz de Erick, pero no logro verlo bien ya que aún tengo la vista borrosa.

André grita mi nombre creo que por como estoy.

- ¡Amor que tienes! - pregunta una vez llega a mi lado quitándome de los brazos de Erick.

Siento como mi enojo crece, haciendo que le dé un intento de empujón André, pero solo logró moverlo unos centímetros de mí.

- ¿Ahora si soy amor verdad? - digo furiosa por su "preocupación".

- ¿Que te pasa? - dice haciéndose el idiota.

- ¿Es enserio André? ¡¡Joder!!- bramo furiosa.

Intento retomar mi camino hacia una de las camionetas sintiendo los pasos de estos, aún el mareo no se va completamente pero mi enojo es más grande.

- Dacota espera- trata de tomar mi brazo, pero lo esquivo. -Dacota, ¡Mierda que te pasa! -me grita cerca de la cara cuando este logra sostenerme de los brazos haciendo que al fin mis lágrimas rueden libremente por mis mejillas.

Intento liberarme de su agarre, y siento que hace más presión.

- André me estas lastimando- susurro entre el llanto.

- ¡Dime que mierda te pasa! - me grita presionando más su agarre.

Suelto un gemido de dolor y este me suelta al escucharme.

- Dacota... lo siento yo...- no lo dejo terminar y salgo corriendo como puedo subiéndome a cualquier camioneta y gracias a Dios es donde está Noah.

Intento sobar mis brazos, pero estos me duelen, siento más lágrimas rodar por mis mejillas al ver cómo están marcados los dedos de André, donde mañana estarán morados por mi piel blanca.

Veo como Erick trata de calmarlo, André le grita diciendo que lo suelte que quiere venir conmigo. Quito mi mirada de ellos y me concentro en Noah que me ve curiosamente. Le sonrió para no asustarlo lo sacó de su silla colocándolo en mi regazo, pero este no pierde el tiempo y comienza a buscar mis pechos.

Saco mi pecho izquierdo acercándoselo a su boquita, intento sonreír al verlo comer amo verlo comer, balbucear, intentar jalar mi cabello o ver los hermosos pucheros que hace cuando no lo atiendo rápido, como no hacerlo si es mi bebé mi hijo, acaricio su suave y regordeta mejilla al igual que sus manitas que descansa en mi pecho aferrándose a él.

La puerta siendo abierta y cerrada me saca de mi ensoñación, haciendo que de un respingo en mi lugar. André se sienta a mi lado lo veo de reojo y este me ve fijamente pero no dice nada, Erick entra en el asiento delantero solo dándome una sonrisa y se la devuelvo o eso intento.

La camioneta se pone en marcha suspiro, paso mi mano en mis mejillas donde solo hay ya lágrimas secas. Noah después de un rato suelta mi pecho y lo acomodó en mi hombro para sacarle los gases, un pequeño eructo sale de sus labios haciendo que sonría como tonta.

Vamos sumergidos en un silencio incómodo bueno no tan silencioso, Noah va balbuceando y Erick le responde como si le entendiera.

Voy tan concentrada viendo por la ventana que no me doy cuenta que la camioneta ya está parada enfrente de nuestra casa, Erick está con la puerta abierta esperando que baje de esta. Me ayuda con Noah al igual que conmigo. Nani nos espera en la entrada de la puerta con una sonrisa como siempre. ¿Pero se le borra al verme? - tan mal me veo-.

- ¿Mi señora que paso? ¿Salió algo mal con la doctora? - me pregunta preocupada.

Yo solo niego, porque si hablo siento que volveré a llorar y no quiero, subo lo más rápido que puedo las escaleras, pero a quien engaño apenas y puedo subir más que llevo a Noah en brazos.

Siento unos pasos detrás de mí y sé que es André, no quiero verlo ahora y claro que si le digo eso no me dirá -Claro Dacota cuando tú quieras hablamos- obvio ni en mis mejores sueños pasará eso y les digo algo, realmente tengo miedo de lo que pueda pasar adentro de nuestra habitación.