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ANDRÉ

—¿Y cómo la convencerás? — vuelve a preguntar Matías quien ya me tiene arto.

— Shilby me está tratando de ayudar— contesto al fin, para que deje su maldita preguntadera.

Sí, mi hermana esta con Dacota tratando de que vaya conmigo esta noche a nuestra cita que tengo preparada, pero desde el accidente sobre el manchón del labial me la ha vuelto a poner difícil.

—Siempre anda salvando tu culo esa mujer— se burla este junto a Dalton.

—No te preguntes, mi mujer también esta con ellas— me guiña Dalton.

—Genial— sonrió falsamente levantado mis dos manos.

Bueno que les cuento, desde que tuvimos ese problemilla Dacota se volvió alejar de mí literalmente, con decirles que me mando a dormir al sillón dos noches y cuando me permitió entrar nuevamente a nuestra habitación dividió la cama con una muralla de cabeceras.

Al principio pensé que era un chiste y me reí, pero cuando ella no se río conmigo supe que no era chiste.

—El fin de semana que fui a Rusia me encontré con alguien. — habla de repente Dalton haciendo que fijemos nuestra atención en él.

—¿Y me debería de importar? —pregunto alzando una de mis cejas.

—Depende que sea en tu vida

— Ah no eso me suena a una mujer, yo mejor me voy no quiero tener problemas con la pelirroja—habla Matías comenzando a retroceder a la salida.

— Quieto— le apunto rápidamente con mi dedo. —Habla ya. — demando viendo como Matías comienza a negar con su cabeza.

—Me encontré con Rachel, bueno la vi de lejos. — dice rascando su nuca algo inquieto.

—No esto está mal, muy mal. — comienza a lloriquear Matías caminando de un lado para otro.

— Esa maldita perra hace tiempo que dejo de importarme. — gruño viendo a Matías.

—¿Quién es esa? Mejor no me respondan no quiero involucrarme con eso. — quiero tranquilizarlo dándole un golpe en los huevos para que se siente ya.

—Con estar aquí ya estas involucrado. — se burla Dalton.

La habitación queda en silencio, mi mente viaja vagamente a los recuerdos que tengo con Rachel me carcajeo al recordar lo imbécil que fui al creer en ella.

—¿Nos casaremos?

— Claro amor tendrás la boda de tus sueños. — susurro cerca de sus labios.

— Te amo, bebé.

— Yo también. — sonrío besando sus pequeños labios.

— Dijimos que no volveríamos hablar de ella, pero...— dice rebuscando en su saco algo. — Tengo que enseñártelo. — me extiende una fotografía.

—Métete eso por el culo. — gruño negando a recibirle la fotografía. — No quiero saber nada de esa mujer.

—Solo.... solo te pido que le des un vistazo. — extiende más la fotografía.

—Esto me huele muy mal. — susurra Matías quien para de dar vueltas.

Al ver que no quiero agárrala me la pone enfrente de mis ojos, dejando ver lo que contiene. Es Rachel ya no es la misma que conocí años atrás, ahora es toda una mujer su cabello ahora lo lleva corto no largo como lo recuerdo.

Esposa Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora