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—¡Dame a mi bebé! — grito viendo como le apunta con el arma.

—Te lo daré si vienes conmigo.

—Por favor Tomas, te lo ruego deja a mi bebé, ir...iré contigo, pero déjalo a él — sollozo comenzando a caminar hacia el pero un guardia me detiene.

—No mi señora, es peligroso— replica uno de los guardias.

— Pero tiene a mi bebé —intento soltarme de su agarre.

— Vamos hermosa Dacota, mi paciencia se está acabando—. Tomas da unos pasos hacia atrás.

—¡Espera! — grito deteniendo su andar—. Iré contigo, pero primero déjalo a uno de mis guardias.

—¿Dejarlo? Oh no querida no has entendido, el viene con nosotros o si no como seríamos una familia — sonríe como un puto maniático.

— Pero... —trato de hallar alguna escusa, pero mi mente está en blanco.

—¿Sabes? que tú ganas, sería un estorbo en nuestras vidas, además tendremos más bebés y no te preocupes también me encargue de desaparecer a esos dos que llevas en tu vientre.

Por instinto llevo mi mano a mi vientre, no sé qué está pasando por la mente de Tomás al decir todas estas locuras. Nunca le di una idea para que el pensara que tuvimos algo, muchas veces le dije que lo quería sí, pero como un buen amigo, nunca quise que pasara algo como esto, si solo hubiera sabido que algo como esto ocurría jamás hubiera aceptado su amistad.

Estoy a punto de retomar mi camino e ir a su lado, pero unos rechinidos de neumáticos hacen que me detenga. Mi corazón late feliz al ver unas camionetas negras, joder André.

—Vaya, vaya faltaba el payaso para comenzar la fiesta — dice haciendo que voltee a verlo y los nervios nuevamente se apoderan de mi al ver a mí bebé en sus brazos.

(Si hubiéramos estado en otra situación me hubiera muerto de la risa) me recrimina mi mente asiendo que sacuda mi cabeza, no es momento.

— Te estábamos esperando — canturrea. Siento la mano de André posarse en mi cintura, suspiro un poco tranquila.

—Matías llévala a la camioneta— siento mi cuerpo erizarse, su voz es dura, y su agarre en mi cintura es firme.

—André mi bebé — le susurró viéndolo, quien tiene la mirada fija en Tomás ni siquiera voltea a verme.

Siento como Matías me jala intentando llevarme a una de las camionetas, pero me niego hacerlo no quiero irme sin mi bebé, sé que es algo estúpido ponerme en riesgo embarazada, pero es mi bebé.

—No, no por favor— sollozo intentado soltarme.

—Dacota, tranquila vas a lastimarte — intenta tranquilizarme algo que no sucederá hasta tener a Noah conmigo.

— Si ella se va, ya no será divertido.

— Cállate hijo de puta — gruñe André apuntándolo con su pistola.

Ahogo un grito al verlo como le apunta, ¡Dios! Esta loco, Noah está en brazos del verdadero loco.

— André...  —susurro

—Dacota por una maldita vez en tu vida hazme caso, ve a la camioneta.

— Pero...

—¡Ve a la maldita camioneta! —me grita, jadeo al ver su rostro rojo, las venas de su cuello resaltan más de lo normal.

Me suelto bruscamente del agarre de Matías creo que lo agarre desprevenido ya que no tenía tanta presión en su agarre.

—¿Si me voy contigo dejarás a Noah verdad? — me atrevo a preguntar a Tomas, quitando las malditas lágrimas que resbalaban por mis mejillas.

—¿Hasta ahora entendiste? —  se burla.

Camino hasta el, pero la voz de André a mis espaldas hace que me detenga.

—Ni se te ocurra dar un paso más Dacota — me advierte, no volteo a verlo porque sé que lo que haré es por salvar a Noah, aunque tenga que arriesgas la vida de mis otros dos bebés y la mía.

Retomo mi camino hasta quedar enfrente de él, me sonríe al ver que al fin está logrando lo que quería. Pero un disparo resuena en todo el estacionamiento. 

Veo caer a Tomás enfrente de mí, cae de rodillas aún con Noah en sus brazos, veo su hombro izquierdo que comienza a sangrar haciendo que suelte a Noah quien cae sobre su trasero, mi bebé comienza a gatear a mi dirección comienzo a caminar hacia él, jadeo al ver como Tomás intenta agarrar su arma nuevamente quien la había soltado, pero una patada en su cara lo detiene.

—Oh maldito hijo de perra, acabas de ganarte tu muerte — le gruñe André agarrándolo del cuello, su cara está ensangrentada por el golpe que le dio.

Tomo a Noah en mis brazos, sintiendo al fin como el aire llega a mis pulmones.

—¿Esta bien? — me pregunta Shilby quien tiene un arma en sus manos, ella fue quien disparó.

Solo asiento a su dirección, veo como André da indicaciones a sus hombres sobre Tomas quien lo suben a una camioneta. Su mirada se dirige a mí y sé que no está nada contento por lo que hice.




























































































Tenemos nueva portada 🙂
Mil gracias a SOFIA TURANO 🧡🤧

Esposa Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora