— Tan malditamente mía— Gruñó jadeando sacando mi polla para volver e enterrarme en ella de golpe.
—André. —Gime enterando sus uñas por toda mi espalda.
Se siente tan jodidamente bien.
Agarro sus caderas impulsándome para que mis embestidas sean más rápidas y profundas. Quería hacerle el amor lento disfrutar pero mi cuerpo reaccionó, bueno más bien mi polla reaccionó al estar más de un mes sin poder estar dentro de ella.
Pero tenemos toda la noche para disfrutarnos.
Sus pechos se mueven al ritmo de mis embestidas al igual que sus gemidos, que son música para mis oídos. Y joder ni hablar del sonido que hacen nuestros cuerpos al estar conectados de esta deliciosa manera.
— Vamos, Amor, dame tus pechos.— Jadeo, deseoso, viendo el movimiento brusco de estos.
Dacota, sin rechistar los agarra con sus dos manos juntándolos para ofrecérmelos.
Sonrió al ver como sus pezones están duros apuntando a mi dirección, y sin pensarlo dos veces me inclino un poco agarrando uno de ellos en mi boca comenzando a succionar de él, muerdo y los disfruto queriendo metérmelo todo en la boca pero simplemente no puedo, mierda.
Quito una de mis manos de sus caderas poniéndola al lado de su cabeza, sonrió al verla fascinada viendo hacia abajo donde nuestros cuerpos están unidos.
—¿Te gusta así? — Quita su mirada para posarla en mí, su cara sonrojada y un poco sudada por el esfuerzo hace que se vea más caliente de lo normal.
Asiente contestando mi pregunta.
—Con palabras, Nena. —Gruño, sujetando su cara en mi mano sin detener mis movimientos.
—Sí... sí, me gusta.— Jadea al sentir una de mis embestidas profundas.
Me levanto, quedando solo en mis rodillas, agarro sus muslos montando sus piernas en mis hombros y enrollando mis brazos en ellas. Ver su cuerpo desde este ángulo es el éxtasis para mí.
Mi polla palpita en su interior que está caliente y húmedo. ¡Mierda! Que delicioso.
Siento mis dedos ser enterrados en sus muslos, mis embestidas no paran, siento mi cuerpo sudado al igual que veo el de mi mujer. Las gotas saladas que se deslizan por en medio de sus pechos, eso sí que no.
Me inclino llevando sus piernas hasta casi topar con sus pechos.
— André.— Jadea al cambio brusco que hice.— No soy tan... flexible.
—No te preocupes, trabajaremos en ello todos los días.— Beso hasta alcanzar las gotas saladas con mi lengua que quieren llegar a sus pechos.
Una pequeña risa escapa de sus labios pero rápidamente se vuelven gemidos, siento mi polla crecer en su interior y se que ella también lo está sintiendo.
Suelto uno de sus muslos llevando mi mano a su botón de placer, acariciándolo con mi pulgar.
—André, André…— Comienza a gimotear, sintiendo como aprieta mi polla en su interior.
Aceleró mis estocadas sin despegar mis dedos de su centro, acelerando también mis movimientos de estos.
— ¡Ah, André! — Gime, alto curvando su espalda enterando sus uñas en mi espalda, sonrió sintiendo como se viene.
En poco tiempo la acompaño, vaciándome dentro de ella.
Joder, tan delicioso.
— изысканный—Gimo satisfecho. —¿Todo bien? —Pregunto viendo que tiene los ojos cerrados.
—Perfecto. —Me sonríe, abriendo un poco los ojos llenos de cansancio.
**
— Vamos, Nena.. mira el hermoso amanecer desde esta vista.— Gruño, volviendo a estampar mi mano en una de sus nalgas.
Mi otra mano está firme en su cadera empujándome en su interior que siempre me recibe gustoso con unos deliciosos apretones.
Veo como hecha un rápido vistazo hacia el ventanal pero creo que eso es lo de menos en estos momentos.
— ¡Oh!— Jadea, al estampar mis dos manos en sus exquisitas nalgas.
La tengo en cuatro, viendo esta hermosa vista que nos da a esta altura el hotel, pero creo que eso lo dejaremos para más tarde.
Me importa más el choque de nuestros cuerpos "Clap, Clap" más nuestros flujos es la mezcla y sonido perfecto.
Por la mierda que esto es todo lo que necesito, sin olvidar que tengo más en casa esperando por nosotros, pero, Dacota, gimiendo mi nombre, en cuatro, con su cuerpo sudoroso por las horas en que hemos estado así, más mis marcas.
La puta gloria.
— Vamos, Amor. —Gimo levantándola.
Quedando su espalda ahora pegada a mi pecho, llevo mis dos manos a sus pechos sujetándolos fuerte, no paro de embestirla hasta sentir ese temblor de su cuerpo que me indica que su orgasmo está cerca.
—André... más.. más duro.—Chilla enterando sus uñas en mi cuello. Quien soy yo para negarme a su petición
Aceleró más mis embestidas haciendo que se escuche más el chocar de nuestros cuerpos unidos, estrujó sus pechos en mis manos sintiendo como aprieta mi polla al llegar a su orgasmo.
—¡Dacota! — Gimo vaciándome nuevamente en su interior.
Su cuerpo cae en la cama gimiendo ya que saco mi polla de golpe de su interior, sonrió al ver como mi semen cae por sus muslos, ya no puede retenerlos, me inclino besando su espalda sudorosa al igual que lo está mi cuerpo.
Siento algo resbalar por mi nariz y pienso que es sudor pero al ver la espalda de Dacota me doy cuenta que no es sudor.
Me paso mi mano y veo que es sangre.
—André.— Dacota, voltea y jadea.
— Tranquila, Nena. Fue por la excitación.— La calmó limpiándome con la sabana.
— Pero... —La calló besando sus labios hinchados.
—Ahora sí, quieres meterte al jacuzzi. —Me levanto caminando a esta encendiéndola.
Voy al cuarto del baño sacando un par de cosas, vuelvo a regresar al jacuzzi y comienzo a echarle lo que encontré. Me vale mierda si no es para esto.
—André.— Me llama mi hermosa mujer estirando sus brazos hacia mi.
—¿Agotada?
— No siento las piernas, más bien, no siento nada de mi cuerpo.
— Justo en mi ego, Cariño.— Sonrío, inflando mi pecho haciendo que ría.
La cargo en mis brazos llevándola al jacuzzi que burbujea y tiene un color diferente, creo que por todo lo que le eche.
Me meto en ella sin soltarla, siento su cuerpo estremecerse en mis brazos cuando el agua caliente hace contacto con su cuerpo. La acomodo en medio de mis piernas, recostándola en mi pecho.
Suelto un suspiro recostando mi cabeza en la orilla de ésta. Se siente relajado esto más con mi mujer en medio de mis piernas sabiendo que la he satisfecho completamente.
Hecho un vistazo hacia el ventanal y sonrío de lado al ver como esta opacado, donde también hice mía a Dacota pegada a él.
—Sera que podemos pedir de comer. —La voz de Dacota hace que baje mi mirada a ella.
— ¿Quieres que pida a la habitación o prefieres bajar? — Pregunto besando su frente.
—Si pueden traerlo aquí estaría bien. —Me sonríe, volviendo su vista hacia la ciudad.
— Entonces... ¿ya puedo tocarte de ahora en adelante? — Pregunto, viendo como se le forma una sonrisa en su hermoso rostro sonrojado.
—Veremos tu comportamiento.— dice, queriendo ocultar su sonrisa en forma seria.
Nos estamos como media hora más dentro del jacuzzi, decidimos salirnos para poder ducharnos y así yo poder ordenar la comida. Dacota es la primera en ducharse mientras yo pido que nos suban la comida.
DACOTA
Cierro mi bata, saco la ropa del bolso para poder cambiarme, pero me detengo al escuchar que tocan la puerta de nuestra habitación.
Salgo de la habitación para hacia la puerta, la abro topándome con un empleado del hotel que me sonríe al verme.
— Traigo el desayuno. ¿Puedo pasar? —Me pregunta, sin dejar de sonreír
—Sí, pasa. Ponlo por aquí.— Le sonrió señalando el comedor.
Entra empujando el carrito con la comida dejándolo a un lado de la mesa.
—¿Quiere que lo sirva o así esta bien?— Estoy apunto de contestarle, pero la voz detrás de mí me detiene
— Así déjalo, largo.—La sonrisa que tenía el muchacho se le desaparece por completo.
— André.— Le recriminó por cómo le hablo.
— Largo.
— Lo siento.. señor, solo le estaba preguntando a su hija sii....
— ¿Qué?
—¿Qué?— Pregunto confundida.— Sabes que, así déjalo, gracias. —Sonrió nerviosa sintiendo la mano de André en mi cintura.
Nos da una última mirada antes de casi salir huyendo de la habitación.
— ¿Por qué mierda todos piensan que eres mi hija?— Irritado besa mi cuello.
— No sé. —Me río comenzando a servir la comida.
— Iré a terminar de quitarme el jabón. —Dice, dándose vuelta revolviéndose el pelo aún con espuma.
Camino junto a los guardias saliendo del hotel donde pasamos la noche, siento una pequeña mano que me toca haciendo que voltee a ver hacia abajo.
—Disculpe, Señorita, puedo ayudarle a cargar sus cosas y usted puede pagarme lo que quiera.— Me habla un niño como de unos 8 años.
Detengo con la mirada al guardia que quería alejarlo de mi lado.
—Claro, Cariño. Toma, ayúdame con mi bolsa. —Le sonrió entregándole el bolso que esta ligero.
El camina delante de mí caminando un poco raro por llevar mi bolso abrazado. Sonrió viendo como baja las gradas hacia la calle dando pequeños saltos.
Llegamos a la camioneta donde veníamos con André y se queda viendo asombrado.
—Gracias, Cariño. Espérame un momento.— Le quito mi bolso metiéndola en la camioneta.
Busco mi billetera sacando un billete de 50 dólares.
—Ten. —Le sonrió entregándoselo.
—Gracias. —Me sonríe de vuelta viendo el billete.
Me ve y se da la vuelta comenzando a caminar hacia una pequeña carriola desgastada que está en una esquina, veo como camina hacia ella pero de repente se detiene y voltea a verme.
Me ve un poco dudoso pero camina de nuevo hacia mi.
—Disculpe este....
—Dime, Bebe. ¿Qué sucede?— Le pregunto, poniéndome a su altura.
— ¿Es que este billete me alcanza para comprar leche para mi hermana y un pan para mí?
Me le quedo viendo sintiendo una sensación rara al escuchar lo que me pregunta.
—¿Tu hermanita es la que esta allá?—Señaló la carriola. A lo que me asiente.
Sale corriendo donde esta y la empuja hacia donde estoy.
—Dios. —Susurro viendo a la bebe de aproximadamente unos dos meses.
— Sucede algo. —Pregunta André llegando a mi lado.
Niego sin dejar de ver a los bebés que están enfrente de mi.
—Sube, Nena. —Me dice André dándoles una mirada a los dos, y se que los esta inspeccionando por su ceja arqueada.
Volteo a verlos una vez André va a cerrar la puerta, me levanta su manita despidiéndose de mi y como puedo también le digo adiós.
—Perra descuidada de su madre. —Habla André conduciendo a nuestra casa.
En todo el camino me la pase callada, solo contestándole con un "sí" o con un "no" a lo que me preguntaba, sintiendo todavía esa sensación rara en mi pecho.
Suelto un suspiro al ver como abren las rejas dando el paso a nuestra casa, donde en la entrada de esta nos espera Shilby con dos bultitos y Matías con un Noah desesperado en brazos.
Uno de los guardias me abre la puerta ganándose una mirada asesina de mi esposo, sonrió al ver a Noah emocionado por nuestra llegada.
—Ten, ya no lo soporto.— Habla Matías entregándole a Noah
—Le encuentro un minino rasguño y estas muerto.—
—¿ Qué? Estas loco, el que resultó todo rasguñado fui yo, más cuando le quise dar un baño.— Dice indignado.
—Mis hermosos bebés.— Sonrió tomando a mis bebés en brazos. — Mi hermoso bebe grande.—Beso la regordeta mejilla de Noah.
—Papá, papá. —Dice aplaudiendo, ruedo los ojos.
— Sí, papá, papá. —Lo anima este.
—Están en perfectas condiciones.—Sonríe un poco nerviosa su hermana.
—Eso espero. —Habla borrando su sonrisa que le daba a Noah para volver a su cara seria viendo a su hermana.
Entramos a la casa donde también nos recibe una sonriente Marina, me ayuda a llevar las cosas a la habitación y acomodarlas mientras les cuento un poco como me fue con André, obviamente omitiendo muchas, pero muchas partes, shilby intenta que diga más de algún detalle íntimo pero no lo logra.
—Que aguafiestas eres. —Rueda los ojos al ver que no le diré nada.
—No soy aguafiestas, soy.... mmm discreta.
—Uy sí, muy discreta como tus chupetones.— Me sonríe pícara haciendo que me ponga colorada.
Nani solo niega sonriendo.
**
—¡Ey¡ Sin morder. —Regaño a Noah quien esta prendido en mi pecho.
Me duelen sí, cada vez. Por inercia pego un brinco alejando mi pecho ganándome una mala mirada de Noah, pero eso no lo pensaba mientras André me las estaba succionado y mordiendo a su antojo la noche anterior.
—Nena, vendré tarde no me esperes despierta. —Entra André a la habitación.
—¿Trabajo?
— Sí lo normal. —Me sonríe de lado, dándome a entender que su normal es ir a matar a alguien.
Se despide de los bebés al igual que de Noah, quien no le pone tanta atención por estar prendido en mi pecho.
—Te amo.— Me da un último beso saliendo de la habitación.
Espero a que Noah termine de comer, los abrigo bien dejándolo un rato en la alfombra mientras hago lo mismo con mis otros dos bebes, una vez listos tomo un profundo suspiro.
—Vamos. —Susurro para mí, tomando a Noah mientras dos guardias toman a mis otros dos bebés.
Solo saldré un momento.
Volví :) JAJAJAJJAJJA
ESTE ES MI NUEVO INSTAGRAM (nineth_21) YA NO PUDE RECUPERAR MI OTRA CUENTA :(
NECESITO QUE ME TENGAN PACIENCIA YA QUE TENGO A UNA CHICA HERMOSA QUE ME AYUDA A EDITAR MI HISTORIA Y TAMBIEN AYUDA A OTRAS CHICAS :) ETONCES DEMORA UN POQUITO
L@S AMO 🧡

ESTÁS LEYENDO
Esposa Del Mafioso
Lãng mạnDefinitivamente ahora si era una relación donde todo es amor, o eso creían. Créditos a la portada: Sofía Turano (Wattpad: @sofıiturano)