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Quito toda mi ropa arrojándola al cesto de basura, al igual que mis zapatos, y mi reloj y los pequeños pendientes de mis orejas, con lo único que me quedo es mi argolla que resalta en la tinta impregnada de mi dedo. No quiero tener nada de lo que use en ese sótano.

Me ducho rápidamente, necesito estar con mi mujer e hijos ahora. Salgo del baño con una toalla enrollada en mi cintura, camino hacia el vestidor y esta vez dejo a un lado mis trajes formales, me coloco mi bóxer, un pantalón de mezclilla color negro al igual que una simple camisa del mismo color, mis botas militares y mi chaqueta de cuero, pronto empezaría la temporada de invierno.

Salgo de la habitación una vez he terminado, camino hacia la cocina donde sé que se encuentran las demás empleadas.

- Necesito que alistes una pequeña maleta con cosas necesarias para mi hijo al igual que para mi esposa, ahora- demando a la primera que se me cruzo. - Ah después quemas todo lo que deje en el cesto de basura en el baño- digo viendo cómo uno de mis hombres está esperando para decirme algo.

Esta asiente rápidamente desapareciendo de mi vista.

- Mi señor, Erick ha llamado diciendo que su esposa insiste en saber por usted- habla el guardaespaldas, una vez le indico que hable.

- Dile que voy en camino- camino hacia las escaleras donde viene bajando la empleada con lo que le pedí.

Agarro la pequeña maleta y la pañalera saliendo de la casa, veo como uno de los hombres rápidamente abre la puerta de la camioneta y la cajuela para meter las cosas que llevo. Una vez listo tomamos camino hacia el hospital.

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- André... - me recibe la voz de Dacota al entrar a la habitación.

Dejo en el sillón las cosas que traía conmigo y voy a su lado. Besos sus labios mordiéndolos y chupando su labio inferior al separarnos. Beso la pequeña frente de Noah quien duerme plácidamente a su lado, ¡mierda! Tenía que traer su cuna portátil gruño en mi mente ¿ahora donde dormirá.?

- ¿Dónde estabas? ¿fuiste a ducharte? - pregunta pasando una de sus manos por mi pelo húmedo.

- Tenía que tirar algo a la basura- sonrío dando besos húmedos por sus mejillas.

- ¿A quién mataste ahora? - me recrimina, me conoce tan bien.

- A la perra de Carol- y siento una gran satisfacción al decir eso, ¿está mal?

- ¿Que? - susurra sin poder creérselo.

- Si, ya no te molestará más- beso su frente, quería seguir mis besos a su cuello, pero sé que si lo hago parare con una erección. 

Solo asiente creo que la aturdió un poco la noticia.

- ¿Erick y Marina? - pregunto molesto, se supone que tendrían que estar cuidándola.

- Mande a que fueran a comer algo, bueno más bien los obligue así que no te enojes con ellos - beso su puchero asintiendo.

- Eso hora de que duermas- digo colocando una manta que estaba también en la maleta.

- Noah dormirá conmigo- coloca también la manta sobre él. - ¿Dónde dormirás? Pregunta preocupada.

- En el sillón, es desplegable- sonrío besando castamente sus labios.

Esta tan cansada que se quedó dormida rápidamente, salgo solo para indicarle a uno de los guardias que le digan a Erick y Marina que vayan a casa y regresan mañana a primera hora. Me acomodó en el sillón realmente no dormiré tengo que velar por ellos ahora, ya después habrá tiempo para dormir.

Suspiro viendo la hora en el reloj de pared apenas será media noche. No tengo que preocuparme por mi empresa o mi trabajo en la mafia tengo gente en ello que saben que alguna equivocación ni siquiera vivirán para decírmela. Bueno a la única que no puedo matar es a mi hermana, es la única familia que me queda también ahora aparte de Dacota y mis hijos, la única que ha querido quedarse a mi lado no por ambición si no porque me quiere.

Se que todo lo que tengo ahora se lo debo a mi padre porque el me metió en este mundo y me enseñó todo acerca de él y se lo agradezco de verdad, pero ahora tengo una familia por quien luchar y defender " La familia es primero" me dijo el y eso es lo que estoy haciendo, cuidando a mi familia y si tengo que quitarlo de mi camino no dudaré en hacerlo.

Al igual que todos aquellos que quieran joderme, tendrán el mismo destino que lo tuvo la perra de Carol.

Unos pequeños quejidos hacen que salga de mis pensamientos, camino rápidamente lo tomo en mis brazos para que no despierte a Dacota pero este se sigue removiendo y en cualquier momento llora, lo vuelvo acomodar al lado de su madre tomo un gran suspiro, bajo la bata de Dacota sin despertarla, ¡mierda! Maldigo al ver sus pechos descubiertos.

- André maldita sea cálmate- susurro para mí mismo sacando el seno de Dacota llevándolo a la boquita de Noah quien rápidamente lo toma. esta solo se remueve, pero no despierta. - No sabes cuánto te envidio pequeño diablillo- susurro en su regordeta mejilla este solo me ve con sus grandes ojos verdes estirando su mano para tocar mi nariz.

Esposa Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora