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DACOTA

- Amor...déjame explicarte- camina hacia mí, intenta tocarme, pero retrocedo un paso.

- ¿Que explicaras? ¿Qué me estuviste engañando todo este tiempo? - grito furiosa.

- No es así... - no lo dejo terminar, realmente estoy cansada que él sea así siempre y no quiero dañar a mis bebés.

- Esta bien no hay problema André, yo... yo solo quise ayudarte, pero fue algo estúpido como dijiste - digo dándome vuelta para irme de ahí.

Pero no doy ni tres pasos y ya me tiene sujeta del brazo. Intento zafarme, pero no lo logro.

- Amor no fue algo estúpido yo solo no quise ir, no las necesito- se excusa como si fuera algo normal y para mí no lo es.

- ¿No las necesitas? - pregunto incrédula viéndolo a los ojos.

- Sabes que no.

- ¿André cómo puedes decir eso?

- Estamos bien así - sonríe, ¿realmente está sonriendo en este momento?

- Hablas por los dos, pero no es así- susurro

- No llores por una estupidez, mejor te llevaré a la cama para que descanses- dice caminando por el pasillo conmigo aún agarrada del brazo.

- No André ¡basta! - grito soltándome de su agarre. - Ya no puedo, realmente ya no... ya no quiero vivir con este miedo que tengo al pensar que en algún momento tu perderás la razón y me trataras como antes, que llegues a golpearme aun estando embarazada, miedo a que me llegues a golpear con nuestros hijos presente no lo soportaría si vuelves hacer el mismo de antes... - pero me interrumpe sujetando mi muñeca izquierda y no termino de decir todo lo que quiero.

- Mierda cállate ya - brama furioso asiendo presión en su agarre.

- Es más, aún lo sigues siendo - sonrió melancólicamente

Quito su mano de mi muñeca y me voy de ahí, las lágrimas ya caen por mis mejillas, las limpio bruscamente estoy enojada con André, hasta conmigo misma por seguir creyendo en él, pero eso es lo que hace cuando uno está enamorado ¿no?

Intento subir el primer escalón, pero un tirón en mi vientre hace que me detenga.

- ¡Dios mis bebés! - gimo de dolor al sentir más tirones. - Ay... Ayuda- intento gritar, pero mi voz no sale me duele mucho.

Me doblo del dolor sintiendo que cada vez se hacen más fuertes, intento sostenerme del barandal, pero no tengo fuerzas.

- ¡Mi señora! - oigo el grito de Nani.

- Me duele - sollozo una vez la tengo de rodillas a la par mía.

- Resista... iré por el mi señor - trata de calmarme desapareciendo de mi vista.

No pasa ni un segundo cuando ya tengo a un André alarmado a la par mía.

- ¿Amor que tienes? - pregunta preocupado colocándome en su regazo.

- Mis bebés - susurro tocando mi vientre, siento que en cualquier momento me desmayare del dolor.

- ¡Mierda! - dice levantándose conmigo en brazos.

Salimos de la casa y André comienza a gritar cosas, pero no logro distinguir bien lo que dice, el dolor me está matando.

- Noah, mi bebé - susurro intentando no cerrar los ojos.

- Tranquila, Marina se quedará con él - dice y con eso la camioneta se pone en marcha.

- Me duele, me duele - gimo adolorida llorando, no quiero que nada les pase a mis bebés.

Todo esto es mi culpa, yo tenía que estar guardando reposo ya no tenía que alterarme con nada.

- No Dacota, nada de esto es tu culpa es solo mía - susurra André besando mi frente, es como si hubiera leído mis pensamientos.

- Hija todo estará bien si, tranquila - me apoya Erick quien va sentado en la parte delantera de la camioneta.

Siento como algo baja por mis piernas.

- André... al... algo está bajando por mis piernas- digo asustada.

Solo da un vistazo al guardia que maneja y con eso es su señal de que si voltea a ver en algún momento es hombre muerto.

Me acomoda mejor en los asientos, baja mis pantalones negros que son de maternidad tengo los ojos cerrados del dolor que estoy sintiendo, pero al quedar la camioneta en silencio los abro.

- ¿Que suce...? - no termino de hablar al ver lo que escurría en mis piernas, es sangre.

- André... - susurro horrorizada.

- Conduce más rápido ¡joder! - grita André al que guardia y lo obedece.

Vuelve a colocar mis pantalones en su lugar, estoy en shock esto no puede estar pasando, no puede, mis bebés tienen que estar bien todavía no es tiempo para que salgan.

Oigo que André y Erick me hablan, pero solo veo manchas enfrente de mí, siento como mi vista es pesada, mi cuerpo como comienza a relajarse, el dolor desapareció, pero sé que no es normal que me esté sintiendo así.

- Mis bebés - susurro cayendo en un sueño profundo.

Esposa Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora