Esposa Del Mafioso

57

Camina hacia mí, quitándome a Noah de mis brazos, comienza a inspeccionarlo suspirando al ver que está completamente bien.

—Gracias —le susurra a Shilby.

—Sabes que haría todo por la familia —sonríe, dejándonos solos.

Siento sus brazos rodearme, asiéndolo yo también, mi cuerpo aún tiembla por toda la adrenalina que acabamos de tener.

—Te mereces unos buenos azotes en tu hermoso culo —gruñe chupando mi cuello.

— Lo sé —susurro.

— Como también sabes que me estoy conteniendo ¿verdad?

—Te amo — respondo sonriendo, toco su mejilla con mi temblorosa mano para acercarlo a mi para poder besar sus labios.

—Vamos— nos separamos del beso, caminamos hacia una de las camionetas.

En la que subieron a Tomas se fue primero, veo a mi alrededor y por todo el ajetreo no me había percatado que había como 60 camionetas rodeando el estacionamiento y no digamos de los hombres de André, la gente solo hizo como que no vio nada algo que agradezco.

Nos metemos en una camioneta donde también va Matías, André al decirle al chófer que podemos irnos lo hace de una manera ruda, más de lo normal. Volteo a verlo, su expresión es seria aún tiene resaltadas las venas, Noah va en su regazo de una manera tranquila creo que hasta él sabe que su papá va muy enojado.

**

Al fin llegamos a casa, André ayuda a bajarme con Noah dormido en sus brazos, los guardias que siempre están custodiando la casa saludan André, pero este ni caso les hace pasa de largo. Caminamos hacia nuestra habitación donde deja a Noah en nuestra cama.

—Matías quiero a todos en el patio trasero ¡ya! — le habla a este que venía detrás de nosotros.

—Sí, mi señor —acto seguido, salé de la habitación.

—¿Porque mandaste a reunir a todos? —pregunto confundida.

—La doctora estará aquí en unos minutos para revisarte a ti y a Noah — responde ignorando mi pregunta.

Lo observo como quita su saco tirándolo en un sillón de la habitación, se arremanga las mangas hasta sus codos dejando expuestos más de sus tatuajes. Camino hacia el ventanal haciendo a un lado la cortina y me sorprendo al ver como el patio se llena de los hombres de André.

—André ¿qué vas hacer? — vuelvo a preguntar quitando mi vista del patio para verlo a él.

Unos toques en la puerta hacen que solo me dé una mirada para ir abrirla, dejando ver a la doctora junto con Shilby. Deja que entren a la habitación, André le susurra algo a su hermana para dirigirse a la salida.

—André contéstame—lo detengo antes que salga de la habitación.

—Quédate aquí y deja que la doctora te atienda.

—No hasta que me digas que estás intentando hacer.

—Dacota has lo que te digo y no me hagas cabrearme más —gruñe tomando mi brazo para llevarme a la cama—. No salgas de aquí hasta que yo te diga.

— André soy tu esposa tengo derecho a saber.

—¡Entonces compórtate como tal y obedéceme!—me grita asustándome y despertando a Noah.

—No soy tu puta sumisa para obedecerte, soy tu esposa —grito de vuelta—. Así que dime que mierda piensas hacer con todos los guardias.

En un rápido movimiento me acorrala contra la pared, pego un grito por lo brusco que fue. Veo de reojo como Shilby agarra a Noah y sale de la habitación junto con la doctora.

—Cuida tu maldita boca Dacota, sabes que me estoy conteniendo, pero no me hagas hacer que mande todo a la mierda — su mano se posa en mi mejilla derecha—. Así que te quedas aquí mientras yo voy arreglar toda la mierda que pasó hoy — da un casto beso a mis labios, pero corro mi cara para que sus labios peguen a mi mejilla quien gruñe separándose de mí.

Lo veo irse, mi cuerpo está inmóvil, casi pensé que volvería a darme una paliza, no sé de dónde saque valentía para hablarle de esa forma, pero fue algo que no me arrepiento, ya me casé de tenerle miedo. Shilby y la doctora entran a la habitación.

—¿Estas bien? — pregunta Shilby dejando a Noah en la cama.

Solo asiento.

—Tú sabes que hará André ¿verdad? — me muevo al fin de mi lugar.

Esta me ve dudosa, pero asiente.

—Dime.

—André me matará — dice asustada

— No lo hará, ahora dime— exijo

—Reunió a todos porque piensa que alguien de aquí lo traicionó.

—¿Que? — susurro incrédula.