72

13.3K 799 467
                                        

DACOTA

— ¿Feliz? — pregunta André.

—Mucho cariño, pero ya quita esa cara, no fue para tanto. —digo acomodando su camisa.

—¿Que no fue para tanto? — pregunta incrédulo— Ese imbécil me pregunto que si te dejaba salir con él. —gruñe frunciendo su entrecejo.

—Pero le deje en claro que no podía, porque tú eres mi esposo y no mi padre mucho o hermano mayor. — sonrió besando su mejilla que están rojizas por su enojo.

—Me hubieras dejado dejárselo en claro, pero con mi puño en su cara.

—Ya, no se volverá hacercar.

—Claramente no lo hará porque no te volveré a llevar a ese restaurante. —sonríe de lado

—Pero es uno de mis favoritos.

—Iremos a tus otros favoritos nena. — besa ahora mi mejilla dándole un ligero mordisco.

Río al sentir sus besos detrás de mí oreja, hace cosquillas.

—Vamos dame mi premio, por no partirle la cara a ese hijo de puta. —susurra aun dando besos detrás de mí oreja.

—Te estoy dejando que tengas tus manos sobre mi cuerpo, ya es mucho premio para ti. — sonrió al ver su cara de frustración.

—Oh vamos nena, me controle cuando menciono que nuestros hijos eran tus hermanos. — me carcajeo al recordar eso.

Tuve que sentarme en su regazo para que no se levantara y matará a golpes al muchacho y aclararle que era mi esposo y mis hijos, el chico se fue muy avergonzado a su mesa.

—Aja. — digo viendo como Dalia se pasea enfrente de nosotros.

Lo ha estado haciendo desde que llegamos a casa, pero creo que André no se ha dado cuenta.
Quito mi atención de ella para ponercela a mi esposo.

—¿Sabes? Quiero sentir tus deliciosos labios en mi pol...— lo callo colocando mi mano en su boca.

—Estas muy informativo, cariño.

—Mi maldito fetiche es hacerte gemir mi nombre en cada habitación y lugar de nuestra casa.

—Para eso tendrías que sacar a todos de aquí. — digo viendo como Dalia viene hacia nosotros.

— ¿Y tú crees que no lo haría? — me pregunta retándome.

—Yo sé que eres capaz de todo bebé. —beso sus labios.

—¿No se les ofrece algo? — su voz hace que tengamos que separarnos de nuestro beso.

—дерьмо ¿acaso nos escuchaste llamarte? No ¿verdad? — le dice André, viéndola enojado.

—Solo pensé que....

—Me vale una mierda lo que hayas pensado, lárgate. — escupe parándose del sofá haciendo que esta de unos pasos hacia atrás.

Solo me da una mirada antes de dar media vuelta e irse.

—Maldita mujer. — susurra viendo por donde ha desaparecido.

Esta chica se comporta extraña cuando se trata de André, las demás empleadas que trabajan aquí siempre andan huyendo por toparse con él, hasta tiemblan a la hora que les toca servir la mesa o hacer algo enfrente de él.

—Bueno iré a la habitación con los bebés. —digo parándome del sofá.

—Saldré a verificar un cargamento, regresaré por la noche. —dice besando mis labios.

Esposa Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora