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Siento en mis manos un cosquilleo por tener mi arma y darle un tiro entre ceja y ceja a esa maldita puta. Mis hombres me ofrecieron una de sus armas, pero me negué quiero hacerla con la mía quien me espera en casa ansiosa.

Una puta sonrisa aparece en mi rostro al ver como las rejas de mi casa se abren para darnos paso, la camioneta se estaciona, mi puerta es abierta salgo de esta rápidamente y un sonriente Matías con mi arma en sus manos me recibe.

- ¿Dónde está? - pregunto llegando a su lado recibiendo mi preciosa arma.

- En el sótano - sonríe de lado.

Me adentro a la casa caminando hacia el sótano de esta, no quisiera matarla aquí en mi preciosa casa que comparto con mi mujer, pero digamos que me urge deshacerme de este estorbo. Bajo las escaleras que dan a esta parte de la casa donde ya hay varios de mis hombres en todo el pasillo que da a esta habitación.

- Vaya, vaya no creí que fueras tan estúpida de volver a venir a mi casa, pero creo que te subestime - sonrío con burla viendo su horrible cara.

Matías le arranca la cinta que tiene en su boca recibiendo un quejido por lo poco amable que fue.

- Pero bien que buscabas a esta estúpida para follarla - ahora la que sonríe con burla es ella.

- Tienes un punto por eso, pero te follaba gimiendo el nombre de Dacota - digo dando una vuelta alrededor en la silla que está atada.

Se mueve bruscamente intentando liberarse, pero es algo que no sucederá. Veo su rostro furioso, ¡ups! Creo que la ofendí.

- No, me buscabas porque me amabas y lo sigues asiendo, esa estúpida niña no te da lo que yo te daba - brama furiosa.

Error al llamar estúpida a mi mujer. Agarro en puño su cabello, haciendo su cabeza bruscamente así atrás.

- Mira maldita puta de cuarta, a mi ¡Mujer! La respetas, es más ni la menciones en tu asquerosa boca sucia - gruño soltando su cabello.

Sacudo mi mano retirando mechones de su cabello que quedaron en esta, que puto asco.

- Sabes que solo estás por capricho con ella, tú me amas, sabes que podemos ser felices juntos, yo puedo darte ese sexo que tanto te gusta, si es por los mocosos puedes quitárselos yo los criar como míos es más hasta puedo dártelos - sonríe como una desquiciada.

- En primer lugar, mis hijos no son ningunos mocosos - estampó mi puño en su nariz escuchando ese ¡crack! rompiéndose. - Segundo, antes me mato en volver a follarte y tercero ¡mi Mujer! Dacota me da el mejor sexo que he podido tener en mi puta vida, es más con ella no tengo sexo...con ella hago el amor- sonrió de lado solo de imaginar como hago mía a Dacota ¡Dios!

Cuando follaba con ella la amarraba a la cama para que sus asquerosas manos no me tocaran, siempre utilice condón, gemía el nombre de Dacota, llegaba al clímax con imaginar su rostro, imaginar quién era a ella a quien tomaba, esta estúpida solo era con quien desquitaba mi enojo, la golpeaba cuando terminaba de follarla al ver que no era mi Dacota.

Enserio no sé qué me paso al no escoger una puta de categoría más alta.

- ¡Eso es una mierda! - grita removiéndose en la silla. - Esta bien, está bien puedo ser tu amante con eso estaría bien - ¿Habla es enserio?

- Ni para eso le llegas- canturreo con una pequeña carcajada. Esta mujer si está loca.

Podre ser un hijo de puta con Dacota y todo, pero nunca la engañaría antes me pegó un tiro en la cabeza que hacerle eso, ella me da todo lo que siempre he querido porque buscar a alguien más. Hice todo para que este conmigo, podré cagarla con mi actitud, mis celos, mis cambios de humor, pero por una infidelidad de mi parte nunca.

Comienza a gritar estupideces, es hora de acabar con esto ya. Le indico a mis guardias que la sujeten bien, grita y patalea, realmente es un dolor en el culo esta perra.

- Bueno ya mucha charla - digo quitándole el seguro a mi arma esta me ve asustada.

- Aunque me mates muchos quieren joderte, en los que crees que están de tu lado realmente son tus enemigos y van a destruir todo lo que tienes eso te lo juro - grita viéndome furiosa y asustada.

- ¡Oh! No te preocupes por ellos pronto Irán hacerte compañía - me burlo apuntando mi arma en su frente.

Esta palidece, pero no me suplica que no la mate, es algo en que le doy un 0.00001% de mérito por su valentía.

- ¿Tendrás los huevos para decirle a mi hijo que mataste a su propia madre? - dice viéndome.

- Créeme que me lo agradecerá, no te preocupes por él, mi mujer es una excelente madre con él y pronto le dará hermanitos quien está muy feliz por conocerlos - sonrió triunfante al ver caer sus lágrimas no de miedo o tristeza, si no de rabia por lo que acabo de decir.

- Vete al diablo André Black - gruñe furiosa.

- Querida yo soy el diablo- y con eso aprieto el gatillo, el disparo hace eco en toda la habitación.

Últimamente estoy sonriendo mucho, pero ¡joder! Sonrío al ver su cuerpo sin vida con un hermoso agujero en su entrecejo. Un estorbo menos para mí, y fue tan simple, no tuve que gastar mi tiempo en buscarla.

- Despedacen su cuerpo y tírenlo en un basurero y limpien bien el lugar es el sótano de la casa de mi mujer - digo quitando unas manchas de su asquerosa sangre que salpicaron en mi rostro al igual que mi ropa. - Matías necesito que te encargues- digo caminando fuera de este lugar, necesito una ducha antes de ir al hospital con mi mujer e hijos.

- Si mi señor - responden todos a mis órdenes.

Uno menos, me quedan 4.

Esposa Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora