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—¿Para qué quieres toda esta mierda de cursilería? — me pregunta Matías viendo la lista que le di.

—Para algo que no te importa imbécil.

—Pues a este imbécil si le importa, por eso pregunto.

A veces, no que digo, siempre he querido poner mis manos en su garganta y estrangularlo hasta que me pida piedad. Pero sé que Dacota se enojaría y no quiero eso, en fin.

—Cuidado con lo que haces André. — me advierte Erick quien está sentado enfrente de mi escritorio.

¿Por qué me ve así?

—¿A qué te refieres? —Pregunto confundido.

—Todo esto no es algo de lo que tú haces muy... no, algo que no has hecho nunca en toda tu vida.

—¿Y?

—Mira "hijo" si me llego a enterar que metiste a ese hotel y a dichosa habitación decorada, como dice ahí ese papel, a una mujer que su pelo no es rizado ni mucho menos lo tiene pelirrojo, eres hombre muerto— lo dice cerca de mi cara, en qué momento se levantó.

—¿Y si es así qué? —lo reto y realmente no me espera su respuesta.

Mi cara se contrae al igual que todo mi cuerpo al sentir el pisotón que me ha dado, ¡mierda!

—Maldito viejo— gruño levantándome, pero no fue una buena idea, mi pie punza de dolor, genial ahora andaré cojo.

—Como te decía, cuidado con lo que haces André Black— me sonríe sínico.

Y como me lo esperaba Matías se suelta en la risa, hasta se está poniendo rojo de tanto que se ríe.

— Joder. — susurra una vez que se le ha detenido la risa, limpiándose hasta las lágrimas que se le salieron.

—чертовски старый. —Una vez se me ha pasado un poco el dolor vuelvo hablar. — ¿qué mierda te hace pensar que llevare a otra mujer que no sea Dacota?

—Mmmh a ver, ¿esto es para que te perdone? — pregunta Matìas tomando asiento a la par de Erick.

No le contesto porque sé que si lo hago hará una de sus chistosadas que solo él sabe hacer.

—Dejando eso ya aclarado, ahora hablemos de negocios. — habla Erick sin darme una respuesta a lo que le pregunte.

—¿Alguna novedad? — digo también olvidando el tema.

— Tienes reuniones a los cuales asistir. — comienza a explicar sacando unas hojas de un folder.

—¿Urgentes?

—Tienes que ir a México y Guatemala. —Jodida mierda la mía.

¿Es enserió? Tengo que viajar ahora que mis copias han nacido, no puedo dejar a Dacota sola con todo esto.

A menos que los llevé conmigo, habla una vocecita en mi cabeza, una sonrisa de lado se forma en mis labios y por las miradas que me dan estos ya se deben de imaginar lo que pensé.

—Nos vamos de vacaciones. — Celebra Matías. — Genial tal vez pueda conocer alguna latina. —Susurra para el mismo, pero obviamente lo escuchamos. 

**

DACOTA

—¿Quieres ponerte estas cosas? — me pregunta con una mueca graciosa.

—Vamos, no pueden ser tan malos. —veo a la rubia que tiene a Alik en sus brazos.

—Yo los use como por 4 años, y son jodidos. — dice— Pero si tú quieres ponérselos sabes que te apoyo, podemos buscar una clínica adecuada. — me sonríe.

Esposa Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora